Love Can Kill (Between Loves Parte 2)

3. Y la bomba explotó

Todo sucedió en cámara lenta para mí. El ruido de los fragmentos del enorme vidrio cayendo al suelo, el ensordecedor grito de Hailey y la bala atravesando limpiamente el cráneo de Elena. Mi amiga. El brusco movimiento de su cabeza al recibir el impacto... me perseguiría por el resto de mis días aquella imagen. Las lágrimas caían, pero yo no era capaz de cerrar ni los ojos ni la boca. La sangre de Elena manchó el vidrio que estaba detrás de ella segundos antes de quebrarse por completo. De alguna forma un poco de esa sangre, manchó la pared blanca que estaba detrás de la enorme caja de vidrio. No podía dejar de observar como la vida de mi amiga se pagaba lentamente en sus ojos. Su cabeza quedó inclinada hacia atrás aun con la mordaza en la boca. Escuchaba gritos y jadeos. Los cuerpos de los demás se movían en cámara lenta. Miré a Rhys cuando escuché un grito de su parte. Estaba mirando a la persona que estaba detrás de mí. Reece dio un paso hacia delante. Había otro ruido que estaba jugando con mi mente. Rhys también se movió y luego todo fue un caos.

Hailey corrió hacia Elena.

Reece corrió hacia Hailey.

Rhys corrió hacia Reece.

Y yo no podía dejar de oír ese pitido a lo lejos zumbado en mi cerebro.

Cuando fui consciente de lo que estaba debajo de la silla de Elena, sentí que la vida se me iba en un suspiro. Nadie hacia más que observar. Jordan solo corrió a esconderse porque temía que el francotirador que había asesinado a Elena. Le hiciera lo mismo a él. Me levanté de la silla gritando desesperadamente.

—¡BOMBA!

Di un paso y caí al suelo gritando y llorando. Traté de arrastrarme hacia ellos. No sabía si me habían escuchado o no. Necesitaba llegar hacia él. Reece tomó a Hailey de la chaqueta y tiró de ella para alejarla de su amiga. Ella pataleó y se quitó la chaqueta con las sacudidas de su cuerpo. Casi pudo tocar a Elena, pero Rhys se lo impidió. Entre los dos hermanos la arrastraron. El pitido se hizo más frecuente. Sentí como me levantaban del piso.

Y la bomba explotó.

Grité. Salí volando como los demás. Mi espalda rebotó en el suelo. Me quedé sin aire. Abrí la boca exageradamente con todo el cuerpo tenso. Aire. Necesitaba aire. Oxígeno. El techo del lugar, la madera y todo lo que habían utilizado para construir el tejado, caían envueltos en llamas hacia todos lados. Mis oídos no sangraban por dentro, pero se sentía como si lo hicieran. Grité el nombre de Rhys un millón de veces, pero no pude oír mi propia voz. Ellos tampoco podrían. No podía levantarme. No pude arrastrarme tampoco. Rodé para intentarlo, pero no pude, solo me quedé allí de boca contra el suelo, llorando y gritando. James apareció frente a mí. Me habló, veía como sus labios se movían, pero yo no pude escucharlo. El horror estaba plasmado en su rostro. Elena, Hailey, Rhys y Reece, todos en el mismo lugar de la explosión.

James me tomó entre sus brazos y me levantó. Pude observar de una altura más especifica como Christian, Tayler y April buscaban con desesperación a los demás entremedio del fuego y los escombros que seguían cayendo pedazo por pedazo. Cada vez que pestañeaba mi vista se tornaba aun más borrosa. El dolor en mi abdomen me obligó a retorcerme entre los brazos de James. Me sujeté con más fuerza. Solo me importaba que encontraran a Rhys y a los demás. Mi estómago se revolvió cuando los vi atravesar la entrada arrastrando a Rhys y a Hailey mientras ayudaban a Reece a caminar. Grité cuando un brazo demás apareció colgando de la melena rubia de Hailey. Elena. Era el brazo de Elena. Tenía su brazalete de las serpientes. La muñeca tenía marcada la textura y forma de la cuerda con la que la habían inmovilizado. Se le veía la piel quemada y la carne desde el codo. Sangraba. April gritó horrorizada cuando se dio cuenta, pero aun así no soltó a Hailey. Nathaniel corrió hasta ellas para ayudarla. Noté su expresión de horror al notar lo que quedaba del cuerpo de Elena. Él sacudió el cabello de Hailey desde arriba. El brazo cayó al suelo y pude ver el hueso por dentro. Incluso con la vista borrosa pude verlo.