¿Los Estandares Fangirl Se Aplican A Un Fanboy?

Capítulo 8

Capítulo 8: ¿Una posibilidad?

Llegué demasiado contenta a casa, casi flotaba. Entre a la casa dando saltitos. Mi mamá siendo una bruja psíquica como era, se dio cuenta de que algo me pasaba.

-¿Qué te sucede Kate? Has estado actuando raro desde que llegaste de la biblioteca. ¿Acaso te encontraste con Voldemort?- Pregunto riéndose de su propio chiste.

-JaJa. Que ocurrencias tienes madre. No, solo estoy muy contenta por los nuevos libros que me compré.

-De acuerdo...- Dijo escéptica.

Le sonreí y subí saltando los escalones hasta mi habitación. Abrí la puerta y aspire. Por fin en mi guarida. Me dirigí inmediatamente hacia mi librero. Muchos libros estaban metidos casi a presión en él. Unos dos más no le harían daño.

Saque mis libros de la bolsa. Acaricié la portada del primero, lo olí disfrutando del aroma a libro nuevo. Lo puse en su lugar destinado en mi librero y sonreí satisfecha.

Tome el libro por el que tanto había luchado, me senté en mi cama y lo abracé. Ya había perdido la cuenta de cuantas veces había hecho ese gesto en el día. ¡Y qué día! Fue un primer día de clases agotador y por si fuera poco conocí a un Fanboy. No me cansaba de decirlo. ¡Conocí aun Fanboy! Sonreí como una idiota.

Comencé a besar apasionadamente a mi amado libro. Lo tenía pegado junto a mí.

Justo en ese momento comenzó a sonar una cancioncilla de One Direction. Mire a mi celular inmediatamente. Era el tono predispuesto por y de mi mejor amiga. Le dirigí una última mirada de anhelo a mi libro y le dije.

-Después continuamos bebé.

Y conteste mi celular. La voz de Alex se escuchó de fondo.

-¿Qué tal mi parabatai?

-Hola Alex. Siempre tan oportuna. ¿Sabes? Interrumpiste un momento de pasión inigualable.

-No me digas... ¿Te estabas besando con uno de tus libros cierto?

-Como me conoces.- Me reí.

-¿Y qué me cuentas? ¿Llegó tu carta de Hogwarts?- Le pregunte divertida.

-Aún no.- Suspiro.- Los únicos que llegaron hoy, fueron mis primos.

-¿Tus primos? Dije extrañada ya que no los conocía.

-¡Sí! ¿Te acuerdas que te conté de ellos una vez? ¿Los mellizos? ¿El dúo de la destrucción?

Recordaba que una vez hace años ya Alex llegó a mi casa toda enojada ya que sus primos se iban a quedar de visita en su casa. Ellos le sacaban sus libros y la molestaban. Esa vez Alex me rogó por quedarse a dormir en mi casa.

-Ah, ya me acuerdo.

-Bueno, resulta que el dúo de la destrucción se vino a vivir a la ciudad, más precisamente, ¡a la casa al frente de la mía! - Grito tan fuerte que me hizo doler el oído.

-¿Qué? Huy pobre de ti Alex. Mis condolencias.

-Gracias Kate.- Dijo sarcástica.

-Oye Alex y ahora que están más grandes no estarán más maduros y te dejaran en paz.

-Uff ya quisiera, Zara está hecha una perra total y que decir de Nathan, es insoportable.

-No sé qué decirte parabatai, tienes todo mi apoyo en esta situación, si quieres puedes venir a mi casa.- comente esperanzada, ya que sería divertido tener a Alex aquí.