Capitulo 1: Atrapada

50 7 1
                                    

Ahora que lo pienso, no me hubieran pillado si hubiera doblado dos metros antes de encontrarme con ese hombre.

Alithea Lynxhilt fijo su objetivo muy temprano, siguió las rondas del hombre y donde iba usualmente, calculaba el tiempo en el que se demoraba en tal lugar y espero el tiempo perfecto.

Su objetivo: el General Robert Arnoux. Mano derecha del Rey Roland III de Estana.

En realidad, este hombre-Robert- le había llamado la atención. ¿Por qué su cliente le había pedido que matara a la mano derecha del Rey?

No.

Aparto eso inmediatamente. Aquí ella debía enfocarse en una sola cosa. Matar al general. Nada más.

Alithea se permitió un suspiro antes de desaparecer en las sombras y caminar por una vía de comerciantes.

La gente gritaba sus precios y los niños de bajos recursos corrían por allí, pobres de aquellos que caminaban sin ver, esos pequeños ladrones ya tenían su billetera en las manos. Pero tenían justificación, el rey tenía poco interés en la clase baja gracias a un conflicto internacional con Ursius, un país del este que a pesar de ser pequeño le daba muchos problemas al rey.

Caminando por el lado de sombra de la calle, pensó en doblar un poco más adelante para llegar más rápido, pero en vez de eso camino más adelante.

Y allí lo vio, el cabello negro intachable, los ojos castaños claro y el uniforme de la guardia. Le costó un minuto para que la reconociera antes de que todo se volviera negro para Alithea.

***

Se sentía estúpida.

La habían capturado un poco antes de que terminara el trabajo y saliera de la ciudad. Se sentía tan estúpida que más bajo no podía caer.

Había despertado y había sido informada de que la habían llevado a la cárcel de obsidiana. Donde el dicho era "Si no mueres afuera, te mueres aquí dentro"

No había salida. O eso fue lo que le dijeron los reos las primeras semanas. A finales de agosto intento escapar.

Pero obviamente, no resulto. Pero no porque no pudiera, ella podía si quisiera, pero simplemente no quiso escapar.

Tras un año en la cárcel de obsidiana, Alithea había acabado por acostumbrarse a andar de aquí para allá encadenada y a punta de espada. Había miles de esclavos y reos allí y casi todos recibían un tratamiento parecido, aunque Alithea solía ir y volver hacia los campos de castigo acompañada por media docena de guardias más que el resto. Era de esperar, siendo la mejor asesina de reino.

Pero aquel día, la aparición de un hombre encapuchado la cogió por sorpresa. Eso era nuevo.

El hombre la arrastro por todas partes. Y cuando se dirigieron a una sala vacia Alithea supo que su hora había llegado. La iban a ahorcar.

Los esclavos la observaban pasar con lastima y muchos se despedían de la joven que había sido tan amables con ellos. Ella les devolvió la sonrisa triste.

Los guardias parecían hablar con el hombre, ella había agudizado el oído cuando se presento como Edmund Rowe, el capitán de la guardia de los nobles.

Alithea observo la mano enguantada que le agarraba el brazo. El cuero oscuro del guante combinaba perfecto con la suciedad de su piel.

La muchacha era consciente de que, aunque solo tenía dieciocho años, los campos de castigo y trabajo forzado ya habían dejado huella en su cuerpo.

En SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora