Leo x Frank

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Advertencia :contiene escenas +18

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Era de noche. Leo seguía manejando el Argo II rumbo a Grecia, los párpados le pesaban y a cada rato pasaba el peso de una pierna a la otra del cansancio de mantenerse en pie.

El entrenador Hedge se encontraba dormido a un lado de la pequeña habitación de comandos. Estaba sentado en un pequeño taburete, que para la suerte de Hedge no parecía tambalearse.

Necesitaba despertarlo para poder echarse una siesta. Toco su hombro y lo sacudió con suavidad, pero no dio respuesta alguna, volvió hacerlo, esperando que esta vez sí funcionara volvió a tocarlo con un poco más de entusiasmo, aún así el hombre mitad carnero seguía durmiendo. Lo pensó unos minutos. Una idea arriesgada. Se acercó a la oreja, del hombre mitad cabra, y soplo. Acto seguido le gritó, el hombre se despertó aturdido y agarrando rápidamente el bate pensando en matar a un monstruo, pero se encontró con el rostro cansado de Leo.

—Entrenador tengo que dormir, por favor tome usted el mando— se frotó los ojos con su antebrazo para mantener sus ojos abiertos.

—Ponlo en automático niño—. Ojala pudiera pensó Leo

—No puedo, estamos en una zona muy peligrosa, por favor— respondió el moreno ya casi dormido.

Este aceptó a regañadientes y Leo se dirigió a su camarote. Cuando tuvo contacto alguno con la cama cayó rendido. No se habría despertado de no ser porque sintió a alguien acostándose a su lado, por un momento pensó que podría ser Piper, pero a no ser que Piper hubiese engordado veinte kilos más desde la mañana no estaba seguro de que fuera ella.

Se volteo, topándose con un chico robusto con rasgos asiáticos, Frank.

Leo había estado pensando en el últimamente, no exactamente como un amigo, había llegado a masturbarse pensando en el ¿Que espanto verdad? ¿O triste?

En cuanto sintió el roce de sus cuerpos noto que su amiguito se estaba poniendo duro debajo de su pantalón de franela y las sábanas gruesas que lo tapaban — el quería salir a saludar — pensó Leo. Intentó calmarse por unos segundos, pero toda la sangre de su cuerpo de pronto quería bombear hasta allí abajo.

—¿Qué haces aquí? — se sentía acalorado, sus mejillas le ardían y a pesar del tono oliva de su piel a los tomates les daría envidia el color que Leo tenía en sus mejillas, era un perfecto color rojo que se notaba hasta con poca luz.

—No lo se... algo me trajo hasta ti fu-fue un impulso— pensándolo bien el asiático tampoco se quedaba atrás. Su piel perfecta y blanca como la porcelana se volvía poco a poco de un color rosado. A pesar de que lo único que daba algo de luz a esa habitación era una pequeña lámpara de noche, ambos podían notar el sonrojo del otro.

—Frank...— Es lo único que Leo logró decir, la situación era extraña, pero algo le decía que estaba pasando lo que tanto anhelaba o quizás no, y sus fantasías lo estaban afectando más de lo que debería.

—¿Si? — Frank aún aturdido por la belleza de Leo, no pensaba con claridad, fue acercando sus cuerpos poco a poco. Quedaba tan poco espacio entre los dos que podían sentir su respiración, Leo acabó con los escasos centímetros que los separaba tomando por sorpresa al más alto, lo beso, para Valdez era la mejor sensación del mundo. Quizás se arrepentiría en la mañana, pero ahora era lo que su chamuscado corazón le pedía. Ambos se movían en sincronía perfecta.

Frank movía sus manos con agilidad, tanta que el más bajo no se dio cuenta cuando las manos de Frank se dirigían a sus pezones, una electricidad recorrió su cuerpo haciéndolo gemir levemente, pero fue suficiente para que el asiático embistiera su boca. Ambas lenguas bailaban entre ellas con desesperación.

One-Shots De Percy Jackson Yaoi/Yuri/Hentaii [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora