CAPÍTULO ÚNICO

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Lo que le estaba haciendo, era cruel; y lo estaba conduciendo derecho hacia la locura.
Hacerle revivir los recuerdos, remover su conciencia y jugar con su culpa, parte por parte, rincón por rincón y poco a poco, iba a matarlo. Tan crudo como suena no es más que la verdad. Iba a matarlo y Draco no iba a mover un pelo por detenerlo. No podía, ya no.
Las memorias pueden hacerte sentir la persona más feliz y dichosa de a momentos, como también la persona más desgraciada en cuestión de segundos.

Bien lo sabe, porque él cayó en la segunda opción.

• • •

—Pudiste haberlo evitado—. Un susurro rompió el silencio.

—No. No podía—respondió en medio de sollozos, ahogándose con sus palabras—, al menos no sin perder, la vida de mi madre estaba en medio.

—Fue completamente tu culpa—. La maliciosa voz continuaba, feliz de ver cómo la cordura de Draco pendía en un hilo.

—No, no lo fue—. Su voz sonando quebrada, su garganta pasando factura después de tantas horas gritando.

—¡Sí lo fue! —vociferó—Decías amarlo y al final qué ¿eh?

—¡Cállate, cállate! P-por favor... No más.

—Pudiste haberlo salvado. Sólo una cosa debías hacer por él, protegerlo ¿tan difícil era?

—¡Basta!— Cayó al suelo de rodillas, apretando con sus manos fuertemente sus oídos, en un vano intento de callar las malditas voces.

—Debías protegerlo de tu padre. Harry había sido desarmado y no podía defenderse, y aunque pudiera ambos sabemos que él no le haría daño a Lucius, al fin de cuentas es tu padre.

—¡Lo sé! ¡sé que no pude salvarlo! Deja de recalcarlo. Perdóname Harry, perdóname.

—Draco, abre la puerta—. La voz de Narcissa interrumpió sus lamentos, se escuchaba lejana, las voces en su cabeza no le permitían escuchar claramente el exterior.

—Tú culpa. Todita tu culpa— canturreaba.

—No. Calla...cállate.

—¿Por qué debería de hacerlo? Esto va a quedar en tu conciencia lo que te reste de vida—. El matiz burlón lo único que lograba era poner a Draco aún más histérico.

Sus lágrimas no paraban de caer y sus gritos le dañaban la garganta.

—¡Draco Malfoy abre la puerta! — La turbación e impotencia de Narcissa se hizo presente.
Sus golpes no cesaban y la magia no ayudaba.
Sea cuál sea el hechizo que había puesto Draco al encerrarse le hacía imposible contrarrestarlo. Y en el estado de desesperación en el que se encontraba, su mente no podía razonar claramente.

—Te haré sufrir un poco más—. Seguía, empeñado en que Draco se rompa, exultante por todo su sufrimiento. Ignorando sus sollozos y sus "No, por favor "

El recuerdo de ese día se arremolinaba en la cabeza de Draco, y tras sus ojos pasaba con dolorosa claridad.

No quería, no podía soportarlo otra vez.

• • •

Mansión Malfoy, seis meses atrás.

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