Capitulo 3

72 12 0
                                    

Charlotte

Luego de un rato largo en la fiesta,decidí volver a mi habitación en la residencia.

Extrañaba a Dean y pensé que iría a la fiesta pero me había dicho que estaba cansado . No lo culpaba, tenía nuchas cosas para estudiar y practicaba rugby y soccer.

Caminé las cinco cuadras que separaban el departamento Wellington de la residencia. Los pies me dolían y solo quería recostarme en la cama, dormir y no despertar nunca más.

Subí los trece pisos hasta llegar al vestíbulo que me correspondía. Una pareja estaba besándose morbosamente en el medio del pasillo.

-Eh...permiso-dije amablemente. Nada sucedió.-¿Hola?

Me ignoraron. Okay, lo siento por ellos. Me metí entre los dos,separándolos.

-¡Oye!-exclamó el chico. La loca de su novia anagó con agarrarme del pelo. Me corrí y abrí mi habitación de repente.

Lo que había allí no era para nada lindo. Sophie, mi compañera de cuarto, arriba de Dean, el que era mi novio. Oh dios, ayúdame con esto.

-¡¿QUE MIERDA HACEN?!-exclamé.

-¡Charlotte!-exclamó Sophie, que solo tenía un brasier negro puesto.

-Mierda Charlotte, no debías aparecer.

-¡Y tu no deberías meterme los cuernos!-grité como loca.

Luego, comenzé a ignorar todas sus excusas. La habitación era simple, dos camas con un ropero en el medio, frente a el una puerta que daba al baño, entre los dos lados de la puerta había dos cómodas.Debajo de mi cama tenía una valija con cosas valiosas y libros,pasaría por ella mañana. Agarré un bolso, metí lo primero que encontré, mi cepillo de dientes y me fui.

Esperé a que Dean me siguiera, no sucedió.

Toqué la puerta del departamento de los Wellington, con las lágrimas en los ojos amenazándo con salir.

Johan abrió, sin remera ya y con algo de alcohol encima todavía.

-¿Qué sucedió Carlota?-me preguntó, tomando mi bolso y dejándome pasar. A veces los chicos me dicen Carlota, ya que es mi nombre en España.

-Dea...-no pude ni terminar el nombre del estúpido bastardo.

Le había dado absolutamente todo durante un año y el maldito me había estado metiendo los cuernos desde hace quien sabe cuanto tiempo.

Me tiré en el sillón. Hafren no tardó en aparecer, con un pote de helado y una manta. Los chicos se sentaron a mi alrededor también. Un amigo de Mason también estaba allí, no sabía su nombre.

-¿Qué paso Lottie?-preguntó Spike.

-Dea...Dean y Sophie...-no podía respirar bien.

-¿TE METIÓ LOS CUERNOS?-exclamó Hafren.

Y la verdad, todo tenía sentido. Dean y Sophie siempre habían parecido atraídos pero nunca lo había querido ver. Estaba realmente ciega por amor. Dios soy patética

Lloré aún más fuerte. Mason me hacía caricias en la pierna pero no bastaba. Comenzé a comer el helado.

-¿Puedo pasar la noche aquí? Luego me buscaré algún departamento, quizá me den otra habitación en la residencia...

-Puedes quedarte aquí cuanto tiempo necesites-dijo Bentley.

Sonreí un poco. Los Wellington siempre me han salvado en los peores momentos y no puedo estsr más agradecida por ello.

LiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora