❮❮Omnisciente❯❯
Nadie sabía lo que le pasaba a Nicolás, él estaba actuando extraño. Jaime quería saber que era, pero cada vez que preguntaba el moreno cambiaba rápidamente de tema.
Cada vez se preocupaba más, temía del futuro, solamente le quedaba pensar que Nicolás estaba bien, que era sólo paranoia.
Cómo hubiera deseado eso...
Jaime miraba atento a su moreno dormido, se veía tan tranquilo, ojala y hubiera sido así.
~[...]~
Los meses pasaban, y Nicolás aún estaba con su extraño comportamiento. Intentaban saber el por qué, pero siempre el moreno callaba.
—Ya po', Nico, tú sabí' que podí confiar en mí –Le habló Manuel ya cansado de tanto preguntar, era la séptima vez que lo hacía, y no cree que le responderá ahora.
—N-No, si no m-me pasa n-nada.
—... Tú no sabí' mentir –Lo abrazó cuando el moreno empezó a llorar de la nada, le dolía que estuviera así.
—N-No lo puedo decir –Susurró, aferrándose más al abrazo de su contrario.
—¿¡Y por qué no!? –Se separó un poco rápidamente para poder verlo a la cara–. ¡Estái' pal' pico por culpa de esa wea! Por fa, dime, no se lo diré a nadie.
Nicolás suspiró, quería decirlo, pero sabía que empeoraría las cosas. Miró a Manuel y se tensó, estaba apunto de hacer algo que se arrepentiría, pero lo hizo; besó a Manuel.
~[...]~
❮❮Nicolás❯❯
Me siento la persona más asquerosa del mundo, habían pasado dos semanas cuando besé al Yelo y... Otras cosas más.
Sé no debí hacer eso, pero pude librarme todo este tiempo de sus preguntas.
¿Cómo pude engañar así al Jaime? No, no lo debe saber por nada en el mundo, no soportaría perderlo.
—¿Qué piensas, bebé? –Sentí como me abrazaba por detrás y depositaba un beso en mi mejilla, me dolía.
—E-En nada, Jaime –Estúpido.
Tal vez debería aceptar "eso", sería mejor para todos, o para mí, porque soy un weón cobarde, lo acepto.
Cuando el gruñón se fue, me apresuré para tomar mi celular y marcar ese maldito número. Obviamente, esperé a que contestaran.
—¿Sí, Gaule? –Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, la voz del hombre era tan ronca.
—E-Eh –No sabía qué decir, estaba nervioso–... E-Esta bien.
—Buena elección, en la noche, tienes tiempo para pensarlo bien.
Cuando cortó, mis lágrimas se hicieron presentes, las que aguanté todo este tiempo. ¿Cómo llegué a cagar así mi vida?.
[•••]
Por fin era de noche, la mayoría durmiendo para reponer fuerzas. Pero por mi parte, estaba mirando el techo con mi corazón acelerado, tenía miedo.
Volteé para ver a mi novio durmiendo, maldita sea, demasiadas emociones a la vez.
Con cuidado, salí de la cama y me cambié mi pijama a ropa más oscura. Sabía que era el momento de ir. Me dirigí, con cuidado de hacer ruido, a la puerta de salida y me quedé quieto, ¿en serio haría esto?.
Miré mi alrededor, el "hogar" que creé junto a Jaime, ¿mandaría todo a la basura?.
Solté un sollozo, y abrí la puerta para obviamente salir. Como dije; soy un weón cobarde.
[•••]
❮❮Omnisciente❯❯
Jaime estaba recién despertando, una agradable mañana según él, todo estaba muy callado como para ser Santiago.
Miró a su lado derecho, en busca de su moreno y para su sorpresa no estaba ahí, pensó que solo fue al baño o estaba en la sala. Hubiera deseado eso.
Se levantó rápidamente, le intrigaba que no hubiera ningún sonido de Nicolás, había que admitir que él era ruidoso y extrañas veces estaba en silencio. Lo buscó por todas partes del departamento y ninguna pista de él, ya se estaba desesperando.
No sabía que hacer, no había ninguna pequeña carta de "voy a salir, vuelvo pronto" o algo por el estilo, simplemente no estaba.
Sim importarle que estaba en pijama y descalzo, salió del lugar hacia la bentida recepción, valía la pena preguntar, ¿no?.
—O-Oye, Sofi, necesito saber a-algo –Habló cuando por fin llegó al lugar, bajar por las escaleras fue una mala idea.
—Jaime, ¿qué sucede? –La chica lo miró algo preocupada por su aspecto, durante todo el tiempo que lo ha visto vivir en el lugar, era la primera vez que estaba así.
—E-El Nico, ¿ha bajado?
—No, no lo he visto –Buscó con la mirada al otro receptor nocturno, el cual estaba intentado mantenerse despierto–... ¡Carl, grinco culiao, ven! –El nombrado fue hacia ellos algo molesto, odiaba que le dirigiera así–. ¿Alguien en la noche salió?
Jaime miraba todo atento, su corazón estaba apunto de estallar, estaba pensando lo peor.
—Ehm... Sí, alguien había pasado por aquí en la noche –Hablaba casi dormido–. Por lo que pude ver y recuerdo, era moreno o no lo sé. Vean las cámaras.
Sofía, sin perder tiempo, buscó el vídeo de seguridad por el computador junto a Jaime. Cuando por fin lo encontraron, pudieron ver claramente que sí era Nicolás, yéndose quién-sabe-donde.
—P-Pero... ¿Por qué se fue?, ¿D-Dónde estará ahora?, ¿C-Con quién está?, n-no, no es él, obviamente no...
Jaime intentaba estar calmado, pero no podía, cada vez estaba más desesperado. Temía que a su Nicolás le pasara algo, no se lo perdonaría.
[×××]
Habían pasado meses desde la desaparición de Nicolás, ya habían comunicado esto con la policía, pero no había ningún rastro de él.
Jaime había caído con una pequeña (gran) depresión, se echaba la culpa de que Nicolás no estaba ahí, a su lado. No sabía que hacer.
Como por arte de magia, los meses pasaron a años, y fue lo peor; Cuando ya pasan más de 4 años de que una persona está desaparecida, la policía, la toma por muerta. Sabía que Nicolás estaba vivo, estúpidos policías.
Ya estaba perdido, sin Nicolás no era nada, aunque suene cliché. Sus amigos lo dejaron solo, estaba perdido.
En una de sus malditas noches de insomnio, fue a caminar con su gran ciudad, necesitaba relajarse un poco.
Hasta que vio una tienda con una gran iluminación.
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Uh, tanto tiempo sin actualizar esto, kdkd.
