August 22nd, 2015

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Olías a poesía.

De esas escritas

a las tres de la mañana

con ayuda del humo

de mi cigarro.

Pero pensabas que fumar no era poético,

sino que te agarraba

y destrozaba.

Y estabas tú,

de madrugada,

con tus sonrisas.

Ebrio,

y, como no,

olvidadizo.

Por eso te escribo

a las tres de la mañana,

para que olvides

que te amo;

y que no es el tabaco quien me rompe,

sino tú.

Crying SeasonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora