2. Y, ahora, ¿que debo sentir?

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El instituto se volvió un completo silencio cuando la rubia entro en el lugar (y ella lo notó, aunque decidió ignorarlo). Claro que no es que fuera para menos ya que, entre toda la ropa de marca que encontró de la heredera, hizo una mezcla que se acercaba más a su estilo que al de Chloe Bourgeois en sí.

Se acercó a su puesto antiguo sin fijarse y se sentó. Alya la miró con un asombro enorme y pestañeó hacia ella un par de veces, la de ojos celestes lo notó y se enrojeció al instante. Había olvidado en el cuerpo que estaba por un momento.

—¡L-lo siento! —exclamó, levantándose; cosa que no hizo más que aumentar la sorpresa que Alya tenía y la del resto del curso, que volteó de nuevo a verla al escuchar de los labios de "la princesa" un 'lo siento'. La de cabellos rubios, de nuevo, lo notó—. E-es decir... ¡yo puedo sentarme donde quiera! Pero si tanto te hace molestia mi compañía, me voy, ¡hmp! —Entonces Alya y el resto del curso se despreocuparon, era la Chloe de siempre.

La chica Bourgeois cogió su bolso y se fue hasta atrás, porque sinceramente no tenía ganas de hablar con una Sabrina que ya la veía con ganas de preguntarle de todo. Aprovechó que el pelirrojo que siempre se sentaba en ese lugar falto a clases, por suerte, y se sentó en ese puesto.

Adrien rio un poco al verla, estaba muy consiente de quien estaba dentro de ese cuerpo: su lady. Seguro que hacer del papel de Chloe por un tiempo le iba a resultar todo un desafío, sabiendo como de buena era esta; casi le daban ganas de ofrecerle un puesto alado de él, si no fuera porque alado estaba Nino y porque ella estaba en el cuerpo de Chloe.

Y, entonces, llego una sorpresa mayor.

El impacto que la Dupain-Cheng, envuelta en su aura de superioridad y las mejores ropas que encontró, dejó en sus compañeros no había sido mucho menor al de la Bourgoeis. Sino es que incluso fue mayor.

Buscó con la mirada a alguien; aunque nadie sabía quién era exactamente, una rubia sí que sabía a quién buscaba y respiró hondo. Movió un poco la mano hacia ella, para que la notara tras la espalda de Ivan; su contraria lo notó y, sin siquiera mirar a Alya y al puesto vacío a su lado o a Sabrina con su puesto de alado vacío también, fue directo hacia la rubia.

Se sentó, sin decir una sola palabra.

La rubia suspiró— Veo que ya lo notaste, ¿no?

—Aja —respondió cortante, sin voltear a verla.

Chloe pestañeo un par de veces en asombro— ¿No te preguntas nada? ¿No vas a insultarme? ¿Decirme algo como mi "fanática número uno"?

—¿Te interesa que lo haga? —respondió cortante. No volteó a verla, de nuevo, mientras sacaba un libro.

La rubia volteó su mirada al frente— Supongo que no.

En realidad, la de ojos azules sí que tenía mucho que decir. Y vaya que era mucho.

Pero estaba en un estado de shock desde la noche pasada. No sabía cómo reaccionar y, aun ahora, seguía sin saberlo, ¿qué tu héroe, a quien más admirabas, fuera una de las personas que más detestaras? Quería gritar, quería reír, quería llorar y quería hacerlo todo a la vez porque no se decidía por una sola emoción.

Vio su bolso a lado, recordó a la pequeña cosita roja llamada 'Tikki' que le ayudó a controlarse antes de tener un ataque (mientras evadía los intentos de esta de aplastarla con su zapatilla). Recordaba como todo el camino a casa de Marinette A.K.A Ladybug se la había pasado haciendo preguntas y más preguntas en un tono que desvariaba al andar de sus emociones.

Ahora solo estaba en shock.

La que estaba a su lado era Ladybug.

La que estaba a su lado era Marinette.

My Lady. My Queen. (Fic Chatloe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora