My Lady. My Queen. (Fic Chatloe)

- B O N U S - #1

El simbólico felino había contado exactamente cuatro suspiros y tres rodadas de ojos de su cara desde que había entrado a la habitación de la Bourgeois. Y es que, ¿cómo no hacerlo? Después de escuchar gritar (por quinta vez) a la rubia mimada lo mucho que detestaba la ineptitud de cualquier sirviente suyo que se le cruzará en ese instante. Estaba realmente enfadada y se notaba a leguas.

Lastimosamente, el héroe tenía que aguantárselo.

—¿Solo te vas a quedar ahí, sentado sin hacer nada? ¡Si estás en mi casa, mínimo podrías hacer algo! —exclamó la rubia. En ese instante, el de ojos verdes ni siquiera volteó a verla: sabía que ahora le tocaba a él recibir sus gritos.

Suspiró, por sexta vez. Oh Dios— Solo estoy aquí para cuidarla del akuma, señorita Bourgeois. —"Akuma que causaste tu" diría él, aprovechando que ahora estaba disfrazado de su directo alter ego; sin embargo, hablarle así a la diva Bourgeois aún se le hacía un imposible mental.

Aun así, y por simple curiosidad mezclada con aburrimiento, no temió en preguntar:— ¿Se puede saber por qué está tan enojada, señorita?

La rubia lo miró con desdén, típico de su actitud altiva— No estoy enojada, y si lo estuviera, ¡no te interesa! ¡Hmp!

Séptimo suspiro. Cuestionó su inteligencia después de esperar que en realidad respondiera a la pregunta.

La diva Bourgeois cogió su celular (el gato pudo contar que era la treceava vez que lo hacía) y el rubio del traje de látex esperaba aunque fuera una mínima señal de su lady para poder irse de ahí. Por mera curiosidad, aprovechó que Chloe se había ido a su cuarto para jugar algún juego de celular en su teléfono de civil.

Una llamada entrante de Chloe lo sorprendió, ¿por qué lo estaría llamando?

Esperó hasta que colgase la llamada para comprobar que, efectivamente, las otras trece veces que llamo fueron para él (para "Adrien", siendo exactos).

Otro grito se dio a escuchar, mientras rápidamente el rubio en la sala de estar guardaba su celular en uno de sus múltiples bolsillos al escuchar los pasos cercanos de la Bourgeois.

—¿Sucede algo? —preguntó otra vez, pero esta vez con un leve toque de preocupación.

La chica de ojos azules lo miró, de nuevo con superioridad— Nada que te interese.

—Me interesa —comentó, sorprendiendo ahora a la rubia, y se levantó para sentarse en el sofá de dos plazas en el que Chloe se había sentado— ¿El héroe de todo París te suena?

—Sí. Me suena a LadyBug y tú no eres LadyBug —respondió con soberbia.

Demonios, no le estaba siendo fácil el tratarla con amabilidad— Pero soy su compañero y de algo debo servir. Así que, ¿puedo saber por qué van exactamente catorce veces que llamas por ese teléfono? —preguntó. Una sola negativa más de parte de la fémina y el felino simbólico se callaría, el intentaba ser amable pero no estaba para ruegos cuando sólo quería ayudar.

Sin embargo, sorpresivamente, respondió:— Es por un chico.

Chat, aprovechando que al fin había hablado, siguió preguntando— ¿Qué clase de chico?

—Mi novio, ¡por supuesto! —anunció sin pizca de duda en su tono, sorprendiendo a su compañero de charla.

—Ya... veo. Tu novio, ¿eh? —respondió, con una sonrisa algo incomoda. De repente llegó a su cabeza la duda de a cuántas personas le había dicho eso.

Ella prosiguió— Sí, mi novio. Seguro lo conoces, es el mejor modelo de París.

—¿Jean-Louis Dupont? —preguntó para no sonarse a sí mismo pedante (y porqué en realidad no se llamaría "el mejor modelo de París", creía sinceramente que a quien había mencionado era mejor).