Una Mexicana en Diabolik Lovers

Los niños ricos.

Soy Abigail Armenta  o Ai-chan para mis conocidos en la iglesia de japón. Llevaba menos de un año en japón por un intercambio de iglesias a causa de la muerte de mi madre. después de once meses bajo el cuidado de mi padre en japón me dijo que iría a Inglaterra por un negocio con la iglesia de ahí, pues en la iglesia que estaba la iban a cerrar. me envió con un "conocido" que la iglesia tenia para pasar ahí mis años de preparatoria.

sinceramente me preocupa, no estar con mi padre... ademas en una casa con desconocidos, ya me ha pasado una vez y adaptarse al principio no es tan sencillo, pero no cederé, si algo he aprendido de mi madre, es a mantener mi carácter y postura firmes a cualquier adversidad.

soy de compleccion delgada,pero como, cómo cerrdo, mido 1,58  si, soy un pitufo

 busto 90, cintura 63 y cadera 92 , piel blanca y suave (me hace falta mas sol y menos crema), cabello cafe oscuro y por debajo del trasero, me gusta mantenerlo largo como mi madre. ojos grandes lilas y las pestañas un poco largas, a menudo me decian que me parezco mucho a ella.

siempre llevo una camisa a rallas que denota un poco mis hombros, una falda con pliegues negra medias negras a los muslos y un collar plateado con un dije de cuarzo que herede de mi madre.

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Era de día, yo viajaba en un carro que me llevaría a la casa en la que viviría hasta por lo menos graduarme del instituto, veía que llevaba hacia un lugar un poco alejado de la gente. A lo lejos vi unos barandales de metal por varios metros y baje el vidrio para observar mejor esa vista con mas luz.

— Madrres me despeine toda...—el carro me llevo a lo que era la entrada.

no... mames... wey, es tan grande como el pinche Palacio Municipal!

Abro el portón y camino por el jardín frontal, observo todo a mi alrededor, unas hermosas plantas, césped y matorrales bien cuidados, me dirijo por un camino y observo que hay una fuente con una gárgola encima.con eso en mente compenso a llover.

— Eso no le lo esperaba — en eso suena un estruendo muy fuerte por un trueno. — Tengo miedo xdxd

Voy corriendo hacia la puerta y toco un par de veces para ver si hay alguien dentro, pero no recibo ninguna respuesta.

— tamaleees Oaxaqueñoooooos— No termine de decirlo para cuando se abrió la puerta.

— ayale... ya ni las puertas del oxxo o la ley.— entro y digo.

— ¡¿hay alguien aqui con vidaaa?!

y solo hubo silencio.

— que pedo, no hay nadie?— camino por esa sala y veo unas largas escaleras centrales que se dividen hacia la derecha y la izquierda, con una alfombra carmín en ellas.

wey, pos' ¿cuánto ganara el Don para tener la casa así?... ¿sera narcó?

comienzo a observar a los lados para ver sino hay nadie, cuando me doy cuenta de que había alguien recostado en un sillón, un muchacho de cabello rojizo, uniforme desarreglado como si se hubiera agarrado a trancasos con otro vato y ademas que por lo visto no sabe como amarrarse la corbata (que pendejo).voy hacia el para intentar hablarle.