Junté mis cosas y me fui, una desgarradora tarde.
No es que tuviera decisión sobre eso, era lo que me tocaba.
Como siempre accedí, sin hacer berrinche.
Fui juntando una a una mis cosas, que hacian miles de preguntas, mareadas. "Otra vez?"
Hasta que me paré frente al más problemático. Mi corazón.
Mi corazón me miró. Te miró. Y me dijo con la mayor seriedad del mundo:
"Yo no me pienso ir.
Vos hacé lo que quieras,
andate sin pelear, pero yo me quedo acá.
Yo ya sé lo que quiero.
Vos jugá a rearmarte, a que es lo correcto, a que no depende de vos.
Con tu inseguridad me la robaste, pero no me pienso ir.
Mi lugar es acá, y si vos no podés estar acá, te las vas a tener que arreglar sin mí"
Asentí con la cabeza, me parecía lógico. Y así me fui.
Con un hueco en el pecho. Con frío, mucho. El frío de no tener corazón.
Leo tus palabras que me acusan de que él es de alguien más.
Si solo abrieras los ojos, y miraras hacia un costado,
verías que sigue ahí.
Inamovible, decidido,
En huelga.
Porque mi corazón, no quiso venir.
ESTÁS LEYENDO
Días Sin Vos
RomanceEscritos sueltos de mis días después de perder al amor de mi vida