Las Flechas De Cupido

Te necesito

-Por favor otra vez no, suspiraba el delgado joven de piel clara, una sonrisa encantadora y una mirada tierna enmarcada por unos ojos de un café claro. Es que en su casillero había encontrado otra nota.
Una "carta de amor" cuyo autor decía ser el guapo presidente de la sociedad de alumnos.
Pero Irving Andueza no era ingenuo, el sabía perfectamente que quienes estaban detrás de esas cartas eran el grupo de los "populares" conformado por varios estudiantes de todos los semestres y admiradores del presidente, no eran malos o algo así, solo no se llevaban con cualquiera.

Adjani la muy amiga de Irving sugirió en el grupo que su amigo, el lindo gay podría ser la pareja perfecta para el libertino presidente.
Y es que Miguel Sarmiento e Irving Andueza no podían ser más diferentes.

Miguel Sarmiento estudiante promedio del sexto semestre de la carrera de psicología, adinerado, hijo único desapegado de sus padres, promiscuo y libertino había tenido tantas parejas que hasta olvidaba sus nombres, vanidoso, bastante superficial y cabeza hueca, pero muy solidario y con un sentido del humor excelente;
parrandero, integrante del equipo de basket ball de la universidad, se ejercita diariamente, con un metro ochenta y siete, tes morena, ojos aceitunados y ultra sociable, desordenado y solo come comida basura pues no tiene habilidad en la cocina.

Mientras que Irving Andueza es pulcro, callado, becado por su excelente promedio, apegado a sus padres, de clase media, estudiante del segundo semestre de la carrera de educación especial, ama a los niños y los animales; apoya como voluntario en una escuela de educación especial y en un refugio de mascotas,vegetariano, odia desvelarse y escucha música clásica en su Ipod, ama caminar junto a su perrito Chip.

Según Adja confabulandose con el séquito de Miguel era perfecto... Todo un niño bueno.
Por eso cuando decidieron "ayudar" a su querido presidente, que a su ver de ellos estaba bastante descontrolado con sus inestables y nada duraderas relaciones solo pudieron aprobar a Irving.
Y es que analizaron a varios chicos gays pero la gran mayoría dejaba mucho que desear. Él único que parecía más que aceptable era...

El bello chico de rostro y sonrisa juvenil.

Querían unir a dos mundos totalmente opuestos...

-Adjani hasta cuándo dejaran tus amigos y tú de molestarme?... Irving estaba muy incómodo, miraba a su querida amiga con semblante enfadado, mientras se dirigían a su aula.

-Vamos Irving, solo date una oportunidad... La chica de hermosa apariencia a pesar de su sobrepeso trataba de convencer a su amigo, y usando una de sus clásicas miradas infantiles miró a su amigo Irving intentando chantajearlo, -Anda no seas así, el tipo es un desastre pero te puede gustar. A todos les gusta Miguel, dijo la chica mientras le guiñaba el ojo a su amigo.

-Ademas, si no te gusta al menos podrás follar con un espécimen como él, la chica parecía realmente divertida y más cuando observaba la reacción de un escandalizado Irving que la miraba como si le estuvieran describiendo un asesinato bizarro.

-¡Estas loca!, tu tan amado presidente seguramente acaba de crear una nueva enfermedad de transmisión sexual y encima quieres qué yo salga con él.
Caminaban a paso rápido pues las clases empezarían pronto, mientras saludaban a los compañeros que se encontraban en los pasillos.

-Vamos Irving pareces un santurrón, mira piensalo y me dices. Okey no te precipites.
Ambos ocuparon sus asientos y tomaron las clases olvidando el asunto.
Al menos por ese momento.

-Carajo Miguel, ¿otra fiesta?... El capitán del equipo encontró a un descompuesto presidente recostado en una de las gradas de la cancha de basket ball de la universidad.