Todos los días te veo caminar seguro por los pasillos de la escuela. Y durante todo ese tiempo me he hecho la misma maldita pregunta... ¿Qué carajos vi en ti?
Digo, no es por subestimarte, pero eres más simple que él agua. Sin embargo siempre mis ojos van detrás de tu silueta.
Lo peor es que las veces que he querido hablarte me asalta él miedo. Para mi eres perfecto, con tu corpulento y redondito cuerpo, tu altura de un metro ochenta y siete y tus ojos chispeantes y alegres.
Eres lo que se le llamaría un marginado dentro del grupo universitario, sin ser acosado pues tienes varios amigos y amigas que te consideran lindo ya que tu apariencia parece ponerte en esa categoría.
Mientras que yo... Soy uno de los chicos atractivos dentro de la carrera.
-Hoy se reunieran en equipos de a dos, hay un trabajo de investigación para la próxima semana, los murmullos de inconformidad e incertidumbre no se hacen esperar. Él profesor Castellano va formando poco a poco a las parejas.
Hasta que llega conmigo... Montes Rivera Aquiles y Cervantes Barrios Antonio.
Mi corazón late fuerte, hemos sido escogidos tú y yo.
Observo como te levantas de tu lugar y me buscas con la mirada, yo levanto la mano... Ahora lo sé gordito amor, tengo una semana para enamorarte. Yo sé muchas cosas de ti.
Sé que tu sobrepeso te ha limitado, pero tu sobresales en otras cosas, que has ganado concursos de poesía, y juegas ajedrez con él equipo de la escuela y eso te ha puesto en un excelente nivel.
Sé que eres gay y una vez te declaraste a un idiota que se burló de ti.
Sé que te gustan los dulces y que realmente te refugias en la comida cuando la presión es mucha.
Yo te he observado y me encanta ver tus mejillitas que se abultan cuando ríes, parecen dos manzanas.
-Hola, me saludas tímidamente, yo fingiendo desinterés te observo. -Hola, respondo a tu saludo con desgano.
-Aquiles como vamos a trabajar juntos yo puedo hacer todo el trabajo y solo será cosa de poner tu nombre en él. Así de esa manera no tendremos que reunirnos.
Lo miro extrañado, ahí esta mi gordito amor parado frente a mí. Con una sonrisa amigable en él rostro.
Mi mente funciona al cien. ¿A caso no quiere que nos reunamos él y yo?. De pronto una sensación extraña se apodera de mí.
-¿Antonio, estás diciendo que no nos vamos a reunir para hacer el trabajo?... Trato de sonar indignado y ¡es que en verdad lo estoy!.
Apenado bajas la mirada y tus mofletitos de manzanitas se tiñen de rosa.
-Bu... Bueno balbuceas, -Es que tal vez no quieras reunirte conmigo o al final terminas reuniéndote solo para "cumplir" y de todas formas seré yo quien haga todo el trabajo.
Rabia
Eso se apodera de mí, pero no es contra ti. Es contra los estúpidos que te han hecho eso.
Sonrío lo más amable y genuinamente posible. -Tony nos vemos en tu casa a las seis. Yo llevo algunos bocadillos. Tu mirada atónita me satisface. Me levanto y me dirijo a la salida despidiédome con la mano.
Como un tipo tan grandote puede ser tan condenadamente tierno. Para mi eres un enigma. Una forma perfecta como él fibonacci.
Al final de las clases voy a casa. Como rápidamente, me ducho y me arreglo lo mejor posible... Frente al espejo dando unos últimos retoques murmuro... -siete días es todo lo que tengo.
Sonrío, nunca he padecido por encontrar pareja, ya que siempre me persiguen los tipos y también las chicas. Así que esto es nuevo para mí.
Salgo para pasar a un centro comercial, si tengo siete días a partir de ahora lucharé con todas mis fuerzas para conquistarte.
Frente a tu casa estaciono mi automóvil. Bajo con mi mochila al hombro y timbro. Suspiro para calmarme (también los dioses nos ponemos nerviosos).
Escucho unos pasos y mi corazón se acelera. -Hola Aquiles, me miras desde tu altura. Tú sonrisa me recibe, si supieras lo que yo daría por besar tus rellenos labios.
-Hola Tony, te haces a un lado y me invitas a pasar. Busco entre mis cosas la pequeña cajita y lo extiendo delante de ti. Tu mirada de desconfianza y sorpresa te delatan. -Es... ¿Es para mí?
-Sí, espero que te guste... Digo mientras te sigo.
Vas abriendo la caja hasta develar el contenido.
Una sonrisa tierna se instala en tu rostro.
Un anillo de caramelo con forma de diamante sale a relucir. -Gracias, murmuras, eso es todo no hay más expresiones tontas o insinuaciones pendejas.
Nos dirigimos a una mesa circular de cristal. -Aqui trabajaremos, si te parece bien.
-Me parece perfecto. Extiendo el material y empezamos a trabajar Perdiéndonos durante más de dos horas.
-Vaya hemos avanzado algo rápido, ¿verdad?.
Tu mirada de satisfacción lo dice todo.
-Si y nos ha quedado muy bien el trabajo. Me estiro un poco en la silla mientras los huesos de mi cuello y espalda crujen. -¿quieres algo de tomar?, tengo té y refresco de cola. Refresco de cola por favor, respondo mientras te observo y hago unas anotaciones extras en mi libreta. De inmediato me muevo sacando una bolsa de frituras. -¿Tony tienes un plato?...
-¡Woooow! esas son mis favoritas dices entusiasmado al ver el producto mientras te diriges a unas gavetas y sacas un bonito plato de cristal.
Tengo que aprovechar el tiempo y tratar de conocerte más.
-Así que cuentame un poco de ti Tony, trato de sonar lo más natural posible, pero ciertamente mi corazón late desbocado y estoy seguro en un cien por ciento que mis mejillas están rojas.
-Mmm bueno, te encoges de hombros. Para empezar a hablar. -Soy hijo único de madre soltera, mi madre es ya mayor, era directora en una escuela. Vive en otro estado y por causas de la carrera es que vine a vivir aquí. Tengo algunos amigos, vivo solo y trabajo programando computadoras aquí en casa.
Te miro con asombro, -¡Eres tan talentoso!, tu rostro ruborizado sonríe. -Gracias, ahora cuentame un poco de ti Aquiles -aunque en realidad no hay mucho que contar de alguien tan "famoso" como tú, dices con algo de sarcasmo.
Sonrío y te miro, crees conocerme solo por los rumores.
-Bueno, yo juego fútbol en la escuela, mis padres están divorciados, vivo solo y tengo una hermana mayor. Mis padres mantienen una relación bastante cordial veces trabajo en un bar que esta cerca del centro. Respondo lo más calmado que puedo a tus preguntas mientras te observó comer.
-¿Cómo es que decidiste trabajar conmigo?... Tu pregunta tan directa casi hace que yo me atragante.
¿Acaso hiciste alguna apuesta con algunos amigos para burlarte de mí?... Me miras expectante y me observas esperando una respuesta.
Sonrío de lado, tengo que calmarme. Si quiero conquistarte no puedo parecer un idiota enojado.
Respiro hondo... -Para empezar puedo ser muchas cosas menos un estúpido que use a otros, te miro altivamente esperando que creas lo que te digo.
-Y quise venir contigo para conocerte, este semestre coincidimos en las mismas clases y sería ridículo no saber de ti.
Sonríes nerviosamente mientras tus grandes manos regordetas juegan con un vaso de cristal. -Perdoname, hablas tan bajito. -Es que por lo general la gente hace comentarios y burlas sobre mi persona. Y así como yo he escuchado de ti... Bueno tú también has escuchado de mí.
-Si es difícil ser corpulento, es aún más difícil ser corpulento y gay. Dices con cierta nostalgia.
Tu sinceridad me desarma.
Yo no he vivido lo que tu has tenido que enfrentar, de alguna manera mi vida a sido más fácil que la tuya.
-Me puedo imaginar lo que has tenido que soportar, y ni pensándolo podría acercarme un poquito a lo que has vivido.
Sonríes tiernamente... -gracias eres un buen amigo. Aquella palabra lejos de hacerme enfadar me infla él orgullo. Ahora soy amigo, pero he jurado no permanecer mucho tiempo en ese lugar.
Día dos... Te he visto llegar a la universidad. Tu cabello alborotado y tu caminar seguro y acompasado son la recompensa perfecta a mi espera. Me acerco hasta el casillero simulando llegar de manera casual... -Hola Tony, buenos días. Observo de reojo tu rostro rojo por la sorpresa de verme, siempre mirarte de soslayo impone un gran esfuerzo por la altura. -Hola Aquiles, sonríes confiadamente. Ya no siento tu recelo. Caminando a tu lado busco iniciar una plática casual. -Hoy estaré en tu casa nuevamente, sonrío de lado, me siento como un juez cuando acaba se sentenciar a alguien.
-Claro, te espero hoy podemos avanzar mucho más.
-¿Juegas algún videojuego?...
Pregunto casualmente, sonríes tan radiante.
-¿Bromeas?... Soy él amo y señor de Halo.
-Yo tengo él juego, lo llevaré cuando terminemos él proyecto.
Caminar a tu lado causa una gran sorpresa para los que nos miran. Algunos murmuran otros se ríen burlonamente.
Cuando de pronto uno de mis "amigos" hace un comentario.
-¡Hey Aquiles!... ¿Ya te gustan las mascotas gordas y grandes?
Yo vi tu rostro. Ese semblante tan triste. Y una rabia inmensa se apodera de mí.
Sin poder controlarlo me dirijo a grandes zancadas para encararlo.
-¿Que dijiste gran imbécil?... Y atesto el primer puñetazo.
Rápidamente te acercas a mí. Y yo tratando de desahogar mi ira apenas logro escucharte.
Tu mirada confundida me detiene. Recojo con mi mano él mechón que cae delante de mi frente. Una cantidad de estudiantes se arremolinan a nuestro alrededor, queriendo saber que sucedió.
Yo te tomo del brazo y te alejo de ahí. No quiero que te ofendan más.
-¿Por qué has hecho eso?...
Me preguntas desconcertado
-Yo sé que te pudo ofender que sugieran siquiera algo así, pero ¿tanto asco te da qué no pudiste controlarte?
Molesto te miro desafiante, eres tan malditamente alto que no alcanzo tu rostro para darte una cachetada.
-¿Acaso eres imbécil?... Ya no puedo reprimir mi enojo.
Como puedo jalo de tu camisa para que tu rostro quede cerca al mío.
Tu mirada es entre dolida y molesta.
-Escuchame bien, idiota.
¡Me encabronó que digan eso DE TI, no de mí!. Yo no valgo ni la mitad de lo que tu vales.
Me encabronó que te juzguen cuando no te conocen, ¡aaaaah! y si te parece poco, gran pendejo... Me encabrona la mala percepción que tienes de mí.
Nuestras respiraciones están agitadas por él enojo.
Tú mirada se nubla por las lágrimas. Finjo enfado para soportar las ganas que tengo de abrazarte y besarte. -To... ¿Todo esto ha sido por mí?.
Tu mirada me enternece eres tan simple y tan bonito. No me interesa tu apariencia, no me interesa tu tamaño.
Me interesas tú y nada más que tú.
Mi Fibonaci,
mi forma perfecta.
Suspiro y te miro fijamente -Soy tu amigo, ¿no?.
Sonríes tierno y me abrazas. Siento que tus brazos me envuelven y me levantas en él aire. -Gracias.
Paso a un centro comercial,
esa es mi nueva rutina, me dirijo a tu casa, me estaciono y suspiro, sé que estoy contrarreloj, tengo que cambiar mi posición.
Bajo del auto y tomo mi mochila. Timbro -Hola me saludas dándome una palmada amistosa.
-He preparado la mesa con nuestro material. Te sigo mientras busco dentro de mis cosas. -Ten, extiendo la bolsita delante de ti.
-¿Qué es?... Sonríes al palpar con los dedos él contenido.
-Abrelo, digo divertido.
Con nerviosismo veo que lo abres. Y tu mirada vale tu peso en oro. Sacas los pequeños colgantes para celular. Un corazón dividido, -Esto es muy bonito murmuras mientras lo sostienes.
-Es por sí tienes a alguien especial. Sonrío, estoy jugando mis cartas y sé que puedo perder o puedo ganar.
Sonríes y veo como los vuelves a guardar... ¡Ahí va mi oportunidad envuelta otra vez en esa bolsita!.
Nos sentamos, y empezamos otra vez la rutina para hacer nuestro proyecto. -Aaaaah, hemos terminado.
Te miro de reojo... -Tony hemos terminado la parte de hoy. Te recalco pero estoy intentando disimular mí enfado por lo de hace un rato.
Me miras divertido mientras te levantas resuelto hasta el refrigerador... -te o agua.
-Agua por favor... Digo en un tono molesto.
-¿Qué te tiene tan molesto, Aquiles?. Me acercas él vaso con el agua. -Nada respondo de mala gana.
-Ven vamos a jugar vídeojuegos, probablemente te gane, dices juguetón... ¡Y es que joder!, ¿cuando te volviste tan condenadamente sexy?.
No puedo resistirme a la manera en que lo pides. Así que suelto un largo suspiro de derrota y te sigo hasta tu habitación. -No creo que me ganes, digo algo fanfarrón.
-Eso ya lo veremos, me guiñas el ojo. Ese solo gesto hace latir al mil por ciento mi corazón.
Una hora después me has dado la arrastrada de mi vida. ¡Todo tú eres un pinche reto!.
Ves mi cara de enfadado y te acercas. Me abrazas, pero ese abrazo ya empieza a incomodarme. No quiero ser un estúpido amigo más, y sin embargo siento que aunque sea de esa manera, para mí es por ahora lo mejor.
Tu cabello desordenado y largo cae en tu rostro, y yo lo aparto.
Ese mechón oscuro de cabello suave y ligeramente ondulado es tan perfecto. Tu rostro esta rojo, dándome cuenta de mi actitud lo suelto de inmediato.
-Emmmm, será mejor que me vaya. Digo aturdido.
Te incorporas y me sigues. -¿Puedo llamarte Aki?...
-¡Claro!... Emocionado pues nunca me han llamado de esa manera tomo mis cosas. Volteo a verte como si yo hubiera ganado un trofeo. -Te veré mañana sonrió como despedida.
Ya en mi carro no puedo evitar la alegria de sonreír como menso.
-Aki... Suena tan bien entre tus labios.
Es el día tres... Ahora sé como se siente un condenado a muerte. Es como querer ganar una batalla al tiempo. Y eso suena imposible.
Tú no muestras señales de sentirte atraído a mí.
De pronto tu alta figura se abre paso entre la muchedumbre. Has recortado tu cabello y lo peinaste diferente, te rasuraste prolijamente. Tu ropa es más formal. Las personas parecen asombradas, unos te saludan y otros te miran con aprobación.
Las muchachas te observan con descarado interés y los tipos te miran con lascivia.
Estúpidos, yo te amé mucho antes que ellos, yo te amé así como estabas. Yo te amo así como eres.
Llegas hasta donde estoy y me saludas, te observo, estas nervioso. -Hola Aki, tu mirada inquieta no puede hacer frente a la mía.
-Hola Tony, mira que bien te ves. Tu quedas tan rojo pero logras sobreponerse.
-Gracias Aki. Nos encaminamos hasta el salón. -Tony salgamos hoy una película muy buena, es de comedia.
-¡Me gusta mucho ese género!... ¿Salimos terminando el proyecto?...
Tu entusiasmo es contagioso.
Mi rutina es la misma, centro comercial y a tu casa. Sales, me recibes.
-hola Tony.
Te extiendo la cajita transparente. Sonríes.
Por cierto nunca te he visto comer o usar lo que te obsequio y eso empieza a incomodarme.
En silencio me siento a tu lado. Te observo, quisiera tener él poder de algún súper héroe para leer tus pensamientos. Por ratos me desiluciono. Nunca me he sentido tan frágil, tan inseguro.
Ya sea por sexo casual o por que algún tipo se enamora, caen a mis pies. Pero tú, pareces inmune a mis intentos.
Y es que creeme, en verdad me esfuerzo.
Cuando llego a casa me pongo a leer lo que anote, cada reacción que vi de ti y busco pistas para saber que te gusta.
Trazo un plan para al día siguiente intentar sorprenderte. Pero solo recibo una tonta sonrisa y reacciones ambiguas.
En completo silencio escribo, sin mirarte de reojo como siempre.
Él ambiente es tan denso que hasta una mosca podría morir si llega a pasar entre nosotros.
Te escucho suspirar con cierto fastidio. -¿Te pasa algo?, preguntas mientras me observas curioso.
Tu voz grave me saca de mis pensamientos.
-No, no me sucede algo. Solo estoy cansado. Te miro y veo que ese corte y la manera en que te vistes te queda muy bien.
Te levantas y sacas algo del refrigerador. Escucho él tintineo de los platos... -Ten, para que te animes.
Observo un bonito cup cake en la mesa y un vaso con agua.
-Gracias, lo pruebo manchándome las comisuras.
-¿Compraste esto hoy?...
Tu mano se estira hasta mi boca y con tu pulgar limpias el merengue, viendo yo con asombro como lames tu dedo. Ante esa acción siento que voy a morir.
Tú, de lo más normal y sin reacción alguna respondes... -En realidad los hice desde anoche. Continuas escribiendo.
Me haces sentir como un idiota. Tú, redondito, Tú, callado y sereno, Tú, amigable y generoso.
Eres como un tesoro que solo yo he descubierto.
Te noto más seguro, más apuesto.
¿Y si ya hay alguien más?... Ahí va otra vez mi poca seguridad en un abismo.
-Ese... Ese corte te queda muy bien, hablo mientras escribo.
-Gracias, sonríes y recoges tu material. -Creo es hora de irnos me dices de manera casual.
Termino él postre y guardo mi material también.
-¡He muerto de risa!... Aki esa película fue genial.
Caminas con soltura a mi lado.
-Sí, fue buena... Estoy más relajado. Creo que escucharte reír me tranquiliza.
-¿Quisieras ir a cenar?... Pregunto mientras nos acercamos al área de restaurantes.
-Gracias Aki, pero hoy no puedo. Tengo que ver a alguien.
Intento pensar como preguntar sin ser tan invasivo. -Vaya, tendrás "acción". ¡Que suerte!.
Sonríes y no respondes. ¡En momentos así quisiera golpear tu cabezota!.
-Bueno entonces ¿quieres qué te lleve?.
-No, gracias. Te veré mañana te despides así nada más.
Nunca me imagine estar de cacería detrás de alguien tan difícil como tú.
Día cuatro...
Siento que no he avanzado ni un puto paso.
Otra vez te abres camino, pero esta vez hay un grupo de personas a tu alrededor. Platican contigo, e incluso ríen de manera amistosa.
Creo hoy tengo ganas de cometer un asesinato masivo.
Tu sonrisa es tan franca, te ves más atractivo y yo...
Me siento tan insignificante.
Un grupo de chicas y chicos me rodean, -Aquiles, vayamos a tomar algo hoy en la noche. Una chica voluptuosa se cuelga de mi brazo.
Tu me miras, me saludas con un ademán y me sonríes.
¡Al carajo, no veo reacción alguna! ¡Contigo ha sido un constante morir y resucitar.
Siento que ya no puedo más!.
Con coraje acepto... Después de todo tu estás platicando animadamente con un tipo, y eso me causa tantos celos.
-Hola... Me saludas de lo más normal, ajeno a la frustración que se apodera de mí.
-Te respondo con cierto cinismo. Ya nada me importa. -Tony hoy nos dividiremos él trabajo.
No podré ir a tu casa.
Hago un silencio esperando alguna pregunta, algo que me indique que no tienes atole en las venas. Pero ninguna expresión molesta aparece en tu rostro.
-Esta bien, antes de irnos te diré que tema te toca.
Caminamos juntos al salón. Y de inmediato eres acaparado por tus interesados amigos.
Me observas como disculpándote y te alejas.
En realidad no quiero salir. Solo quiero encerrarme a llorar, a gritar y si te tuviera enfrente de mí me desquitaría contigo.
Por la noche mientras en él karaoke las chicas cantan, los chicos alegres tomamos cerveza. -Aquiles, has estado muy callado. Mis amigos me miran extrañados. Normalmente suelo ser el alma de la fiesta. Pero no esta vez. -No me digas que te molesta no salir con tu nuevo amigo, detecto un tinte de molestia en su voz.
-No, la verdad él puede hacer lo que quiera. No logro frenar mi lengua. Y es que él alcohol ha hecho efecto en mí. Decido retirarme ya que de seguir así puedo hacer alguna estupidez de la cual me voy a arrepentir.
Un aviso en mi smartphone me indica que intentaste llamarme.
Suspiro y decido conducir... Ya en casa olvido todo y así como caigo en la cama, me duermo. Un día más... Un día más en que siento morir.
Día cinco
-Bueno, mi voz suena lenta y pastosa por él sueño y la resaca.
-Aki, tu inconfundible voz me vuelve a la realidad. Es sábado así imagino que cancelarás la reunión para hacer tarea. -Dime Tony... ¿Qué sucede?.
-Te oyes mal, me dices, pero no logro diferenciar tu tono de voz.
-Ah, salí a tomar ayer y bueno hoy estoy con resaca. Rasco mi cabeza mientras me estiro en la cama.
-Aki, por la tarea de hoy...
-No te preocupes, río con amargura -yo haré la tarea.
-Bu... Bueno, yo iba a pedirte que nos reuniéramos hoy en tu casa.
Mi razón parece perderse y mi euforia es imposible disimularla.
-¿Vendrás a mí casa?... Un silencio detrás de la línea me hace dudar.
-Pero si estas ocu... Te interrumpo abruptamente. -¡Me parece perfecto!... ¿A qué hora vendrás?.
Una risa tierna escapa de tu garganta -Bueno es medio día, ¿te parece bien en una hora?
Llevaré algo para comer.
Mi emoción se desborda, que rápido puedes hacer que mi ánimo cambie. Que poder tan grande tienes sobre mí.
-En una hora, me parece perfecto.
Si pudieras ver mi sonrisa de idiota no sé que pensarías.
Me doy un buen baño, recojo un poco mi recámara, apenas con él tiempo justo bajo para abrir la puerta. -Hola, saludas mirándome desde tu altura, una parte de mi se siente culpable, y eso me logra inquietar haciendo que desvíe la mirada.
-Adelante Tony. Pasas sin siquiera mirarme.
-¿Estas solo?... Ante esa pregunta me siento confuso, pareces molesto.
Asiento con la cabeza, Estoy solo. Te guió hasta la sala. Y te señalo él sofá. En la pequeña mesa he dejado unos refrescos. Te sientas y agradeces por las bebidas.
Empezamos a trabajar en silencio, realmente hoy terminamos nuestro trabajo lo más lento posible doy los últimos retoques. Si pierdo hoy ya no tendré ni motivo para verte, ni valor para buscarte.
-¿Estas molesto?... Incomodo te observó, mientras su ceño fruncido mira la hoja que tienes delante de ti. Sueltas un largo suspiro.
-No estoy molesto... Respondes serio, -Bueno, dejas salir otro largo suspiro -Hay una diferencia entre estar molesto y estar encabronado, y yo... Estoy encabronado. Tu mirada me produce cierto miedo.
Enfrentó lo mejor que puedo tu actitud, -¿Y qué te hizo encabronar si se puede saber?... Pregunto sonando tranquilo, pues realmente no comprendo la razón de tu actitud.
Te acercas a mí y bajas tu mirada tomando mi barbilla fuertemente con tu mano.
-Tú...
Sueltas mi rostro dejándome tembloroso y sorprendido.
-¿Yo?... Qué te he hecho, pregunto bastante confundido.
Tu expresión cambia a una que yo jamás te había visto. Azotas la mano en la mesa haciendo que lápices y gomas se dispersen por el suelo.
No voy a dejar que me trates de esa manera, pero a decir verdad sé que ese enorme tamaño no es un adorno nada más y sé de mi clara desventaja.
-¡Tú, me has ignorado y te largaste con los furcios de tus amigos, y lo peor pequeño tonto, no sé si dormiste solo o con alguien!, veo tu labio temblar por él enojo. -No dormí bien y ni siquiera pude avanzar lo que me correspondía de la tarea por estar pensando en ti.
Parpadeo muchas veces mientras mi cerebro trata de asimilar toda la información recibida. ¿Acaso son celos por amor?... Si es así es es oficial soy un pendejo... Pero un pendejo muy feliz.
-¿Estas celoso Tony?... Mi mirada cínica trata de ocultar esa alegría por saberme apreciado.
Bajas la mirada, un grito en mi interior sale, no quiero que te des por vencido, pero tampoco sé que más hacer.
Te ríes y ese sonido causa un temor, temor a que no sea lo que yo quiero, temor a que todo lo que he deseado se pierda.
-Cuando nos tocó trabajar juntos, tu mirada se clava en mí mientras tus manos juegan con un bolígrafo que quedó sobre la mesa, -Yo ya estaba enamorado de ti, la verdad pensé en pedirle al profesor Castellano que me cambie, pues para mis sería difícil disimular lo que yo siento.
Tu mirada luce triste, -Cada puto día a sido un reto, un suplicio.
-Y sin embargo decidí seguir adelante, tu mirada esta puesta en mí. -Eres más de lo que yo puedo soñar Aquiles, y también sé que nunca tendré una verdadera oportunidad.
Te miro sorprendido, y tu lo notas de inmediato. -Mirate, me dices con tu mirada dolida, -te he confesado como me siento y yo sol puedo ver...
Me levanto tan rápido de mi lugar, que con mi pierna casi tiro la mesita, me acomodo a tu lado mirándote -¿te escuchas?... Te pregunto molesto.
Tu me miras desconcertado. No entiendes de que hablo.
-Tony tú me gustas... Me gustabas desde antes. Tomo tu mano la cual es grande comparada con la mía.
-Me gustabas antes de siquiera empezar a hablar. Has roto mis esquemas, nunca luche tanto por alguien para que se fijara en mí. -Nunca pensé en enamorarme de alguien tan difícil. Sonrío al ver tu rostro sonrojado mientras un mechón de cabello negro cae ante tus ojos, él cual tomo entre mis manos retirándolo de tu cara. -Te amo Antonio Cervantes. Deposito un suave beso en esos labios rellenos como tú.
De inmediato te apartas... -¡Estas loco!... ¡Mirame!. Tu tono me hace perder los estribos.
-¿Que carajos te pasa?... Yo lo único que puedo ver es al hombre perfecto del que me enamoré. Al que me aventaba a un abismo cuando me ignoraba, al que amo observar como la octava maravilla que es, al que no le cambiaría algo de su persona. Sin darme cuenta estoy gritando mientras tu rostro sonrojado me observa fijamente.
Me abrazas llorando, -Te amo...dices entre sollozos.
Un suspiro de alivio sale de mí mientras relajo mi cuerpo y hundo mi rostro en tu cuello aspirando tu aroma.
Ahora puedo morir feliz. Has hecho realidad mi más grande anhelo... Estar entre tus brazos.
-Ten. Sacaste de tu mochila una bolsa.
La abro y con asombro veo una cajita con un anillo de caramelo, cuya tarjetita dice:
Para:
Mi perfecto e inalcanzable amor imposible.
Luego un colgante para celular.
-Yo planeaba dártelos hoy, sin saber que tu te sentías igual. Tu mirada tierna me desarma.
Minutos después estoy jadeando debajo de tu cuerpo en mi sala... Tus besos son salvajes... ¡mendigo gordito, que sensual eres!.
Muerdes con cierta fuerza mi piel mientras tu voz ronca produce jadeos muy varoniles.
-Ya deja de torturarme y metela, digo con urgencia.
Tu solo sonríes con malicia.
-Espera Aki, dejame probarte un poco más. Dejame sentirme él dueño de tu precioso cuerpo.
Amo como me llamas,nadie más me llama así.
Tu erección la rozas por mi trasero, provocando que involuntariamente busque empalarme.
Clavo mis uñas en tus mulliditos brazos... -Deja de jugar conmigo y metela, ordeno algo desesperado y enfadado.
Tu sueltas una risa, -Hiciste que me consuma de celos Aki, así que saldaremos cuentas. Tu mano baja hasta mi erección la cual frotas suavemente mientras tu boca marca la piel de mi cuello y la de mi pecho.
Tomo tus caderas empujandome. Pero es fisiológicamente imposible meterla en algo tan estrecho.
Te hiergues un poco con tus brazos y de rodillas tomas mis caderas separando con la mano una de mis nalgas para abrirte paso... Trago saliva mientras veo tu rostro con deseo... -Mi Daddy Bear. Susurro. Alineas tu erección metiendo la punta.
Mis ojos de inmediato se llenan de lágrimas.
-Aki relajante, no soy tan pequeño... Dices mientras quedas quieto.
Sonrío pícaro para provocarte... -Metela despacio, pero hazme sentir que me amas.
Tu mirada tiene un brillo de clara lujuria mientras empiezas a meter poco a poco esa extensa y larga longitud.
Él dolor y él ardor es grande, no soy virgen, pero eres bastante respetable en cuanto al tamaño de tu armamento.
Empezamos un rudo vaivén, quiero sentirte y quiero que tu me sientas.
No quiero que nada nos distraiga.
Alcanzamos él orgasmo en medio de besos y de confesiones amorosas...
Gordito amor eres tan perfecto.
Tan atractivo... La siguiente yo te probaré pero sospecho que prefiero ser yo a quien llenes.
Esa noche te quedaste a dormir en casa...
Terminamos nuestro proyecto siendo los de segunda mejor puntuación.
Me sigue dando celos verte con gente a tu al rededor.
Eres tan varonil, tan perfecto.
Para,ellos eres él gordito tierno.
Para mi eres mi dominante, mi erótico y apasionado Daddy Bear.
Adja... Tal vez no resulto como yo quería. Pero no cambio mi intención que es la desorpeenderte y entretenerte.
Gabriela, gracias una vez más. Tu también eres un gordito amor.
Matt que encuentres él amor.
Christian... Tu eres él amor perfecto de alguien. Espero que a su debido tiempo se encuentren.
Lectores él amor vale la pena, él amor no juzga, no etiqueta.
Es amor y punto.
Gracias una vez y él último shot que viene cierra este ciclo de las flechas de cupido.
ESTÁS LEYENDO
Las Flechas De Cupido
RomanceEl amor aparece siempre de manera inesperada. Este es un conjunto de tiernas y sensuales historias cada una independiente de otra, y que narran como sus protagonistas son atacados por Las flechas de cupido. Es de genero boy's love así que ignora s...