Un trueno alumbra toda la sala por un segundo, y aunque es muy poco tiempo, es suficiente para que tus ojos recorran el departamento entero en busca de algo que pueda salvarte.
Ideas un plan en tu mente, pero nada parece lo suficientemente seguro, y cada vez más se te acababa el tiempo.
Él terminará de bañarse pronto.Debes abrir la puerta y de allí correr hasta encontrar un lugar transitado. Pero...¿Como saldrás de allí?
Si mal no recordabas, la puerta estaba cerrada.Decides que la única opción es buscar un martillo entre tus cosas y romper el cerrojo. El destino dictará lo que ocurrirá después.
Caminas en puntillas de pie a lo largo del pasillo intentando no hacer ningún ruido alarmante que pudiera levantar sospechas.
El recorrido parece interminable, pero tarde o temprano llegas al armario, donde guardas de todo un poco, incluyendo el martillo.
Al ver sus enormes puertas en la oscuridad, imágenes de hace unas horas se proyectan en tu mente. Recuerdas el cuerpo de tu novio cayendo en seco como una mosca muerta.
Imágenes de como ingeriste parte de su cuerpo las siguen y no puedes evitar sollozar. Inmediatamente te cubres los labios con tu mano, intentando no llamar la atención.
Sacudes tu cabeza en un intento simbólico de alejar aquellos recuerdos y abres las puertas.
Tanteas en la oscuridad con ambas manos hasta que sientes la superficie fría y dura del martillo.Lo retiras con cuidado, pero algo cae al suelo haciendo ruido.
Quedas inmóvil con la herramienta en las manos pensando en lo peor, pero nada pasa.Al parecer no se dio cuenta...Vuelves a la cocina mirando hacia abajo y pasando la puerta del baño, la luz que sale por debajo de la puerta te ilumina, dándote ideas.
Debes encerrarlo, correr hacia la puerta y partir el cerrojo. No es tan complicado. Pero con los nervios en juego, aquella misión que parece tan sencilla se vuelve algo casi imposible.
Te dices a ti misma que si quieres sobrevivir debes hacerlo, sin importar lo que pase.
Y así el plan se pone en marcha.
Aprietas la tranca del cerrojo de la puerta del baño con tu mano derecha, mientras que con la otra sostienes el martillo.
Sientes sus gritos a través de la puerta, pero no te detienes, solo corres hacia tu destino.
Golpeas la puerta con el martillo, pero nada sucede. Te das cuenta de que deberás golpearla varias veces para romperla.
Tienes un problema. Tu tiempo se esta acabando y el misterioso hombre, ya consciente de la situación golpea la puerta del baño con demasiada brutalidad. Dentro de poco podrá romperla...
Golpeas una, dos, tres, hasta cuatro veces y cuando por fin sientes que la puerta esta por ceder, un golpe estruendoso te sorprende.
Su puerta cedió primero.
Corre hacia ti con un cuchillo en mano que no habías visto antes y está furioso.
–¡Te dije que te quedaras quieta!– gruñe mientras te persigue por toda la sala con el arma en mano.Tú solo corres intentando mantenerte lo más lejos posible del filo de su cuchillo.
–¡¿Porqué me desafías?! ¡Respeta mi autoridad! ¡Tú eres mi presa!– grita y cada vez se acerca más a ti.
En un intento de alejarte, buscas girar a la derecha pero tu pie resbala en la alfombra y caes al suelo sonoramente.
–¡Te tengo!– dice y se arroja encima tuya, tomando tus manos y colocándolas a los lados de tu cabeza impidiéndote moverte.
–¡Esto es para que aprendas!– levanta el cuchillo con su mano hábil, y lo baja de golpe, enterrándolo en la palma de tu mano.
Un alarido de dolor se escapa por tus labios y sientes unas inmensas ganas de vomitar.
El pelinegro se levanta y camina a tu alrededor burlándose de tu desgracia.Lo ves de pie con los truenos iluminando su cara, y puedes jurar que es un ángel de la muerte.
Mientras tanto, tú te encuentras tirada en el suelo, con raspones por todo tu cuerpo y heridas abiertas no solo en tu mano, pero también en tu subconsciente.Comienza a hablar de espaldas a ti, pero ya no puedes sentir sus palabras. Tu visión comienza a nublarse. Tienes que actuar...
¡Ahora!
Tomas el cuchillo torpemente con la mano sana, y lo arrancas de un solo movimiento.
El dolor es tanto que no puedes suprimir un grito, pero esto no te detiene.Te levantas en rápidos movimientos y dando tres torpes zancadas hacia él, clavas el arma en su hombro con una fuerza que no sabías que tenías.
El hombre asustado y ahora también herido, cae al suelo mientras grita intentando pararse de nuevo. ¡Esta es tu oportunidad!
Tomas el martillo nuevamente, corres a la puerta y con toda tu fuerza le pegas el último golpe. El pestillo cae al suelo, la puerta se abre.
Detrás de ti el hombre grita y se quita el cuchillo del hombro, débilmente comenzando a pararse.
Todo parece suceder en cámara lenta.
Este es el sexto sentido. El sentido de la supervivencia, las ganas de vivir. La salvación esta delante de tus ojos.
Todo comienza a transcurrir rápidamente de nuevo, pero ya haz tomado tu decisión.
Tu voz interna lo repite...
¡Corre! ¡Sálvate de esta miseria!
Tus pies parecen moverse por si solos...
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Escape
Mystery / ThrillerEn tu intento de seguir con la rutina ha habido un cambio de planes. Él te observa, te vigila. Seis sentidos podrían garantizar tu escape. Oído, tacto, olfato, vista, gusto... ¿Cuál es el sexto? Averígualo antes de que sea tarde.