Siete.

98 21 6
                                    


—¿Se conocen? —cuestionó el maestro.

El chico levantó una ceja confuso y yo sólo negué rápidamente con mi cabeza.

—Algo así —respondió Chris.

—Si te sientes cómodo entonces siéntate a su lado, es una buena estudiante. Podría darte buenas indicaciones.

¿¡Qué!? ¡No! Por favor, profesor.

—Te daré puntos extra, Danielle.

Estaré más que complacida de ayudarlo a adaptarse en la clase —respondí sentándome derecha. Quizá el chico no me agradara, pero necesitaba esos puntos extra.

Chris caminó hasta mi lado y se sentó justamente en el último asiento de la fila que seguía la mía. Las risas contenidas de mis amigas podían escucharse a sólo un asiento de distancia. Sujeté mi lápiz y me esforcé en poner atención a la clase e ignorarlos, tal vez así se iría hacía otro asiento ya que se aburriría de mí.

Sujeté mi mochila en busca de mi cuaderno de geografía y mi lápiz se resbaló de mi mano cayendo bastante lejos de mi alcance. En cuanto encontré mi cuaderno, observé mi lápiz y sin pensarlo dos veces dirigí la mirada al chico que se sentaba junto a mí.

Me lo pa... —detuve mis palabras al notar que me observaba. Enarqué una ceja pero aquello sólo bastó para divertirlo—... Me lo pasas, por favor...

Él se movió de su asiento, sujetó mi lápiz y me lo entregó sin decir una sola palabra. Lo observé con una mirada de extrañeza.

Gracias...

Volví a ubicar mi atención en la clase pero sentía ojos sobre mí. Sin poder resistir el impulso, me giré y observé al chico que aún seguía observándome. Por un momento creí que no me observaba a mí sino a la chica de la fila siguiente, pero ese pensamiento fue rápidamente desechado cuando agitó sus cejas tratando de molestarme.

¿Qué tanto me ves? Si tienes algo que decir, dispara de una vez por todas —mascullé tamborileando con mis dedos sobre la mesa.

—No es nada —dijo simplemente—. Soy Chris, y asumo que estoy a tu cuidado.

Puse los ojos en blanco.

Si... —hice una pausa y asentí con sarcasmo— Como sea, soy Danielle.

—Lo sé.

¿Lo sabes? —solté incrédula.

—Sí, el maestro lo dijo.

Ah.





Maratón 2/3

Poste.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora