Has deseado escapar?, has imaginado fantasías, duendes de película o princesas de cuentos, has pensado en volar como un ave y respirar bajo el agua; quizá estas sean fantasías y no sueños; pero de igual, son válidos y no son para cualquiera aparte de los niños.
Empieza a soñar que la vida es demasiado corta e insuficiente.
Sueña que puedes hacer lo que desees, sueña en llegar a lugares que nunca imaginaste y atreverte a tonterías que jamás pensaste.
Afuera los esquemas, sueña con tu felicidad y no una de momento si no una de verdad.
Sueña con el príncipe o la princesa echa para ti.
Sueña que puedes comerte las nubes y atrapar el aire.
Sueña con el mundo mejor que siempre has deseado.
Sigue soñando...
Pero ahora, pon los pies en la tierra. Teniendo presente ese montón de sueños, empieza a cambiar tus rutinas, tu modo de ver el mundo, empieza a intentar alcanzar tus metas y lograr tus sueños. Actúa en pro de tu felicidad.
Sigue soñando, pero ahora. Con los pies en la tierra.
Podemos ser tontos, pero nunca tanto como para dejar de soñar.
La cotidianidad de la vida no debe destruir la capacidad de nuestra mente para volar muy lejos.
