Saltando etapas

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Me había tocado ser un niño muy maduro, no lo quise yo, lo quiso la vida. De ser el bebé de mamá para que un año y medio después me encuentre en un dilema de adultos, si de adultos porque a mi edad la mayoría de los niños se preocupan por si asistirán al partido de fútbol o no, por si tendrán la tarde libre para ver la televisión, por si sus padres lo dejaran jugar en la consola de videojuegos esa noche; pero yo no, fuera de que no entiendo porque pienso de esta forma, nisiquiera me hace falta pasar por esas etapas, ni siquiera le encuentro sentido a esas "niñezes" pero se que algún día me harán falta .

De echo pienso que no es necesario ser un niño al principio para aprender a madurar cuando vayas creciendo, puedes tomar decisiones y ser tan maduro como para afrontar las consecuencias de tus decisiones.

Tenía esa mentalidad supuestamente "madura", pero de nada me servía porque la chica pelirroja nisiquiera me miraba, nisiquiera sabía que existía; pues yo estaba tan aferrado a que el mundo seria tan fácil como lo fue con jessi, además, supuestamente sabía hablarle a las chicas, sabía que era lo que les gustaba y lo que les disgustaba, porque entre esas cosas me lo inculcó mi madre.

Con ella todo era diferente, me paralizaba el corazón, no sabía lo que estaba sintiendo y sólo tenía claro de que cuando la escuchaba hablar me daba dolor y cosquillas a la vez en el estómago, pensé que estaba enfermo.

Diario de un adictoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora