Mis recuerdos y vivencias de la Guerra Civil Española

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SoyFélix Vicaria Gómez, nací el día quince de Enero de milnovecientos veintisiete, en Marmolejo (Jaén), en la calle Vistillas,nº 9. Así que cuando empezó la guerra tenía 9 años.

Eldía que empezó la guerra yo estaba en LaPeana, conlos amigos de la pandilla de la calle: Manuel el de Pepa, mi primoManuel, Rufino y Juanillo el de "LaBaldá".La Peana,era y es, la entrada de la calle que iba al cementerio.

Allíestaba la única gasolinera que había en el pueblo. Por cierto, lagasolinera tenía dos depósitos de cristal, de 5 litros cada uno,cuando uno llegaba arriba se vaciaba, y el otro mientras se llenaba.El gasolinero tenía que ir dándole a una manivela, hasta quellenaba el depósito del coche o camioneta.

Estandoen la gasolinera, pasaron cinco o seis camiones, cargados de gente,dando muchas voces. Tiraron por la calle Arroyo, en dirección a laplaza del Ayuntamiento, todos los niños corrimos y cuando llegamos ala plaza, estaban en el enlosado, que coge todo el frente del HotelCentral y la fachada del Casino, aquella explanada estaba frente a laplaza y a un lado el Ayuntamiento.

Loshombres se habían bajado de los camiones y estaban sentados en elsuelo. Me acuerdo que uno de ellos abrió una caja de zapatos, y latenía llena de huevos liados en papel de estraza y empezó atomarse los huevos abriéndoles un agujero en la parte de abajo yotro en la parte de arriba y los absorbía para comérselos. Yo lomiraba por la forma de comer huevos, nunca la había visto. Entoncesél se dio cuenta de que lo miraba, y me dijo:

-¿Quieres uno?

Yome encogí de hombros, como diciéndole que me daba igual.

Entoncescogió uno y le hizo dos agujeros, lo mismo que había hecho a lossuyos y me lo dio, diciéndome:

-Absorbe fuerte y verás que buenos están.

Yoabsorbí como me dijo y de pronto se me llenó la boca de una cosaviscosa y muy resbalosa. Me entraron fatigas y no me lo pude tragar,abrí la boca y salió más rápido que entró.

Enaquellos momentos, como la iglesia estaba enfrente, se levantaronunos pocos y cuando salieron traían a los Santos, y los echaban enun camión. Como la plaza de abastos estaba allí cerca se corrió lavoz de que los Santos los estaban sacando de la iglesia. Corrieronlas mujeres y dijeron que Nuestro Padre Jesús no lo tocaban, que eraSanto y el pueblo lo quería mucho.

				   PadreJesús

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   PadreJesús

Lodejaron donde estaba, así que la iglesia se quedó sin santos, nadamás que con uno. Para que no se lo llevaran, en el mismo sitio queestaba tabicaron al Santo, y pintaron la pared del mismo color. Allíestuvo hasta que se acabó la guerra, que le quitaron los ladrillos,y todavía está allí.

Loshombres cuando se fueron dijeron que eran milicianos, que iban alfrente y llevaban escopetas, hachas y algunos tenían hondas, porquetodos eran mineros de Linares, los de las hondas llevaban cartuchosde dinamita, los que usan para los barrenos y para sacar el mineral.Montaron en los camiones y se fueron.

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