Uno. Conociendo a Nicolás.

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Capítulo uno.

Camino rápidamente hacia el banco más cercano, el tiempo está raro, puede estar lloviendo y minutos después puede hacer un sol de mil demonios. Meto la cartilla en la máquina y veo en la pantalla un gran "0", es decir, estoy sin blanca. Cierro los ojos y miro de nuevo a la máquina, recojo la cartilla y la guardo en mi bolso junto con mi móvil y mis 100 últimos euros.

Camino sin rumbo por la plaza, ando y ando, hasta que llego a mi casa. Mi vecina está hablando con otra mujer mientras riega las plantas, camino hacia ellas y las saludo:

- Buenos días cariño .-saluda mi vecina.- ¿Cómo te va?

- Demasiado mal, Ana, estoy sin dinero y no encuentro trabajo .-suspiro melancólica e intento sonreír.

La mujer que está al lado de mi vecina me mira entristecida y me acaricia el brazo.

- Sé que no me conoces, pero tú madre era muy amiga mía, y me pidió que te ayudara, por eso estoy aquí.- miro a la mujer y cada vez me suena más.- te conocí recién nacida y varias veces de pequeña.

Me sonríe y sin esperarmelo me abrazo como mi madre, meses atrás había echo antes de morir. Le correspondo el abrazo contenta por su grata ayuda.

- ¿Te apetece que entremos en tú casa y hablemos tranquilamente?.-asiento ante su pregunta y beso la mejilla de mi vecina, Ana.

Cojo el brazo de la amiga de mi, ahora descanse, madre y entramos en el portál que dá a mi casa. Cuando abro se puede ver que está el piso casi vacío, le pido que se siente en el sofá mientras le preparo un té. Cuando lo termino de hacer, llevo las dos tazas y le doy una.

- Verás, tu madre me pidió que cuando ella faltara te ayudara a conseguir un trabajo y por ello estoy aquí.- le da un pequeño solvo a su té.- trabajo en casa de Nicolás Durán, un importante empresario y necesita una empleada para que le limpie las habitaciones, ya que yo no doy a vasto.- vuelve a dar un solvo al té.- sé que no es un trabajo muy bueno, pero el sueldo es muy bueno, y no te cansara mucho. Nicolás me ha dicho que esta tarde te espera en su casa a las cinco.-me dá un papel con una dirección.- no llegues tarde, no le gusta que la gente llegue tarde, espero haberte ayudado y que asistas a la cita.

- Muchas gracias....- me dí cuenta en ese momento que no me sabía su nombre.

- María, me llamo María cariño, y bueno, soy como tu tía, lo digo por si me quieres llamar tita.- sonrió alegre.

Hablé un rato más con María, la cual insistía en que le llamase "tita". A la hora de comer se marchó ya que tenía que preparar la comida. Yo entré en mi cocina, y me preparé unas salchichas.

Cuando terminé de comer, limpié los platos y la mesa. Me día una refrescante ducha y me vestí lo más formal posible. Sobre las cuatro salí de mi casa, y caminé hacia la para de autobús con los cascos puestos.

A las cinco menos cinco bajé rápidamente del autobús y corrí hacia la casa de Nicolás. En menos de cinco minutos llegué, toque el timbre y las verja se abrió, corrí hacia la puerta donde estaba Maria y un hombre esperandome.

- Buenas tardes.- saludé mientras intentaba coger aire. "Claro, con la carrera que te has metido para llegar a tiempo" me reproché mentalmente.

- ¡Hola, Ari!.-me abraza María.- este es Manolo, es el mayordomo y chofer de la familia.

Un viaje a tú vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora