Once. Custodia.

114 5 2
                                    

Capítulo Once.

Ari mió como se ponía de rodillas para después coger su mano y empezar a hablar.

- Ari, ¿quieres casarte con...? 

Esa tan importante frase fue cortada por Ari, la cual hizo que él se levantara. Ella estaba enamorada de él, pero todo era muy precipitado, aunque él la conociera, ella no lo conocía, solo llevaba unas cuantas semanas viviendo allí.

-Nicolás, cariño, apenas te conozco, no me puedo casar con alguien al que no conozco .-acarició su mejilla un poco rasposa por la barba.- sí, te quiero, siento algo demasiado fuerte y raro cada vez que te veo, o te oigo, o cuando pienso en tí, pero todavía soy muy joven para todo.

Nicolás la cogió de la cintura y la abrazó, haciendo que ella pusiera sus brazos sobre sus hombros y apoyara su cabeza en el hueco de su cuello.

- Pero .-se separó de él y le sonrió.- aceptaría encantada ser tu novia y una buena amiga y a la vez sirvienta.

Nicolás la volvió a coger de la cintura y la pegó a él. Sentían sus alientos, los dos volvieron a sonreír y se besaron. Un beso dulce, tierno y sincero. Nicolás fue el primero en separarse, ya que había vuelto a su cabeza aquella frase: "y a la vez sirvienta"

- Espera, Ari, cariño, si eres mi novia, no vas a ser la sirvienta .- dijo él tocando el pelo de ella, pero esta negó.

- Ah, eso si que no, yo seguiré ayudando a María y a tí en todo .- Nicolás intento hablar pero ella lo calló.- Que no, ya está tomada la decisión Nicolás, yo seguiré haciendo lo que antes hacía, por favor, permítemelo.

Nicolás no pudo resistirse a su ruego y asintió sonriendo. Ella pegó un pequeño chillido y se tiró a sus brazos,al fin la vida le sonreía y podía ser feliz. El sonido de una puerta hizo que se separan aunque aún seguían muy juntos. Una pequeña cabecita rubia se asomó con los ojos medio cerrados.

- ¿Que pasa?.- preguntó con voz melosa.

Nicolás avanzó hacia donde estaba su hija y la cogió en brazos para acercarla a donde estábamos antes. La pequeña estirando los brazos se tiró encima mía, para que la cogiera en brazos y ella pudiera acurrucar su cabeza en mi cuello. Nicolás se dispuso a empezar ha hablar para contarle, pero Ari rápidamente neguó.

-Nada cariño, ¿que haces despierta?.

- Tengo hambre .- bostezó y abrió más los ojos.- y escuché un ruido y me asusté.

Mientras Nicolás y Ari reían, bajaban las escaleras para ir a la cocina y empezar a comer.

***

Tras un mes, Ari todavía no podía creer como le había cambiado la vida. Aunque no tuviera familia, ya se sentía parte de la de Nicolás. A veces, cuando se sentaban en la mesa para cenar, deseaba que su madre pudiera estar allí, para que viera lo feliz que era con Nicolás y con su hija. 

Aunque había pasado un mes, todavía no habían dicho nada, el porqué, ella no se sentía preparada, era su primera relación y quería tomárselo con calma.

Hoy era el segundo juicio, y tenían que despertarse muy temprano para poder preparar todo. Ari cogió su bolso y se lo colgó en el hombro derecho, mientras bajaba las escaleras para ir a la cocina donde Nicolás la esperaba mientras desayunaba.

Tras cinco minutos salieron de la casa como hacía un mes lo hacían, sin mirarse y pareciendo enfadados. Nicolás entró en la parte del conductor y Ari en el acompañante; sin poder aguantarlo más, ella se empezó a reír como una loca.

Un viaje a tú vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora