ya había comenzado la temporada de lluvias y una vez más, a mary le encantaba la lluvia.
como siempre ella estaba sentada en el sofá frente al ventanal, daba justo hacia el río, la lluvia le susurraba poesías y ella las escuchaba atenta, veía las gotas caer con su especial gracia, para ella no había algo más relajante que ver y escuchar la lluvia.
estaba concentrada en lo suyo cuando escucho un sonido diferente contrarrestando la gracia de las gotas al estrellarse contra el pavimento, era un auto estacionándose.
se fijó mejor, era el dueño de la casa, y venía con al parecer su hija, el mayor venía vestido de una forma muy elegante y formal, tal vez era un hombre de negocios, parecía de unos 50 y tantos, no era nada feo.
detrás de ese hombre de distinción venía una delicada chica, venía con la cabeza gacha caminando lentamente y arrastrando los pies, su padre la tomo bruscamente del brazo y la arrastro hacia la entrada.
en ese momento mary se dio cuenta de que aquella iba demasiado desabrigada, si mary fuese ella se estaría muriendo de frío.
ella llevaba unos simples jeans, unas zapatillas de lona rosadas y una pollera de manga corta.
su piel era blanca como la nieve y su cabello era de un color azabache comparable con el carbón, además por sus facciones delicadas era fácil pensar que se había escapado de una de esas películas de princesas de disney, pero había una cosa que hacía que no fuera blanca nieves de la vida real, sus labios eran delgados y pálidos como su nuevo hogar, en cambio los de dicha princesa eran carnosos y rojos como las rosas.
el padre de aquella especial chica la jaloneaba para que entrará en la casa, mary no podía dejar de observar la escena, algo se le hacía extraño.
antes de volver a lo que hacía mary miró hacia la casa como si está pudiera también devolverle la mirada, esa casa tenía aspecto de ser terrorífica por dentro, mary no tenía ni idea.
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❇ rainy season ❇
Lãng mạnmary tiene una nueva vecina, puede verla, pero no tocarla, y no, no está loca ni esquizofrénica.