Yo venía cabizbajo, viendo los cambios de suelo y baldosas que había por la ciudad de Buenos Aires, y contando los pasos que daba para calmar el aburrimiento. Ya eran muchos pasos, venía caminando desde hace 20 minutos, decido levantar la cabeza, y miro, y la veo.
Enfrente mío, como a unos 5 metros caminaba una chica joven, como de unos 17 años, la mejor edad para las mujeres, la edad de soltase el pelo y disfrutar despeinandose. No se, vi algo raro en esa chica, algo especial, tenía que caminar como 15 minutos más, así que rogué que esos 15 minutos los pasase gozando de observarla. Sólo la veía de espaldas, pero no me hizo falta verle la cara para saber que se trataba de alguien diferente, alguien muy específico, era morena de piel, con el pelo corto, las calles de sombra, pelo marrón, las calles de sol, un rojizo muy peculiar, me ponía los pelos de punta. Llevaba unas zapatillas blancas viejas, unas piernas lastimadas, tenía picaduras, moretones y pequeñas heridas, unos pantalones cortos, le quedaban un poco grandes, y una camiseta algo entallada pero no demasiado a rayas marrones, era un poco corta, lo cual me dejaba ver su cintura y espalda cuando soplaba brisa, y luego su pelo, bastante despeinado pero le sentaba perfectamente. Caminaba de una manera muy delatadora, se podía descifrar entre paso y paso que era una chica interesante, amante del estar afuera, disfrutaba cada cuadra que pasaba, y disfrutaba mover la cabeza para que el perfume de su pelo llegara a todos los que estaban alrededor, quería ver su cara pero mientras me gustaba quedarme un poco con las ganas. Cada paso que daba remarcaba una línea de arriba abajo en los costados de sus gemelos, y movía los brazos de forma alebosa, le gustaba llamar la atención siendo simple y compleja a la vez. Entonces sopla viento más fuerte de su espalda, le pone el pelo en la cara, y mientras camina girá la cabeza para acomodarse el cabello, la vi de perfil, labios finos, nariz pequeña, un par de pendientes en la oreja y unos ojos marrones con pocas pero muy bien acomodadas pestañas, yo toso, me puse nervioso, llevaba 10 minutos observando la espalda de una chica y al fin se dio vuelta, me mira seria, vuelve a su lugar y sigue caminando. Empece a caminar rápido, sentía que ella me estaba llamando, quise tocarle el hombro y giro a la izquierda. No! Mi camino era hacia la derecha, quería seguirla pero ya llegaba tarde, me arrepentí todo el camino de no haber hablado antes, estábamos los dos solos, no tenía nada que perder. Pero se perdió.
9 meses después iba caminando por la misma calle en la que me encontré con esta chica, y la vi en la cuadra de enfrente, la distinguí por su forma de caminar, le había crecido el pelo, estaba más alta. Me acerque corriendo. La besé.
Esto es algo que tengo guardado hace mucho y quería compartir. No sigue, es sólo una muy breve historieta. Espero que guste!!
