¡Pero por qué te pones a gritar tanto por una cosa así! - me dijo aún más enfadada. Eso será de todo el azúcar que te comiste ayer. ¡Irresponsable! Yo no pienso pagarte el dentista y ya te puedes ir despidiendo del chocolate, ¡porque no lo vas a volver a ver en esta casa hasta que te vayas a la universidad!. ¡Me oyes! -me gritó roja de rabia.
Mi madre hizo una pausa para relajarse y respirar. Algo que me dio el tiempo suficiente para reaccionar, ya que con esa reacción viniendo de mi madre, me había dejado blanca con los ojos enrojecidos a punto, segundos, de llorar.
Y no te va ha funcionar el truco de la ultima vez. Lo de decir que a tu edad, al ser adolescente, necesitas algún que otro capricho, y, ya que solo te gusta el chocolate como dulce , necesitas tomar un poco de azúcar a diario. -me dijo firmemente. No te funcionará.
Se dio la vuelta con enfado y se fue alejando por el pasillo.
Y date prisa, que vas a perder el autobús, -me dijo sin ni siquiera girar la cabeza para mirarme. Niñata malcriada - dijo en voz baja mirándome de reojo, sin percatarse de que yo había escuchado ese par de fuertes y dolorosas palabras.
Y seguidamente entró en su habitación con un portazo. Inundando la estancia en la que me encontraba en un triste y apenado silencio.
Empecé a sentir como una suave y salada lágrima caía de mi ojo y se deslizaba por mi mejilla dejando tras de si un rastro de agua, llegando a mi barbilla y seguidamente cayendo al frío suelo de madera oscura , acabando por ser un pequeño charco de agua salada como la alegría que sentía en ese momento, pequeña, y transparente.
Y unos segundos después, me encontraba llorando, con la cabeza gacha, apretando mi mano formando un puño con todas mis fuerza, y enseñando mis mis dientes, en signo de rabia y tristeza.
No tiene... No tiene derecho... a hablarme así - me dije a mi misma. Yo solo he levantado la voz un momento por una causa importante, mientras, que ella, ha empezado a pegar gritos sin causa alguna para echarme una reprimenda por que iba a despertar a mis hermanos. Cuando ella es la que los iba a despertar. No hay derecho. -me dije en silencio por miedo a que me oyera.
Bueno. Será mejor que le haga caso y me de prisa -dije mientras me secaba las lágrimas con la manga del uniforme del colegio. No me vaya a ganar otra bronca sin motivo -dije, pero esta vez más bajo por precaución.
Me dirigí al baño directa para lavarme los dientes, se me había cortado el estómago y el apetito, me peiné, y me lavé la cara para que no se notase demasiado que había llorado anteriormente y preparé mi mochila. Cogí mi móvil, me puse los auriculares, subí el volumen para escuchar solamente mi canción favorita, a ver si me animaba un poco. Y me dirigí al lúgubre ascensor del piso en el vivía, dispuesta a pasar otro día de estudios normal, como siempre. Aun sabiendo que no lo iba a ser.
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¿Quién soy yo? ¿Qué soy yo?
FantasiaMe desperté sobresaltada, asustada. Había soñado que me perseguían perros, y , que en mi sombra se podía apreciar la silueta de un gato, no sabía por qué. Estaba somnolienta, ya que había estado estudiando hasta tarde para un examen que tenía ese d...