No podía dejar de pensar de lo sucedido el otro día, pasaron los días y solo vagaba en lo que era mi “vida” trataba de sobrevivir pero en las noches no podía dormir, algo en mi no me lo permitía, algo no me dejaba pensar cuerdamente, ¿necesitaba complacerme? Ya no sabia que hacer con mi ser o lo que queda cuerdo de el, lo poco que recuerdo de una noche fue que soñé que caminaba en plena oscuridad y no sabia donde ir, era un lugar frío y gris, devastado por alguna catástrofe, era un lugar triste, logre divisar una figura a lo lejos, le grite y no contesto, lo seguí por un rato luego no recuerdo bien lo que pasaba.
Una noche vagaba por la ciudad cuando veo a una persona caminar sola, sin ningún rumbo claro y el pequeño cosquilleo en mi interior comenzó a surgir llamando a ese instinto que llevo dentro, un sudor frío y a su vez extraño, fue cunado comenzaría una gran noche de diversión, lo seguí hasta que no se encontrara gente en los alrededores y con mi cuchillo ya preparado en una de mis manos comencé a acercarme lentamente a el, con unos pasos sigilosos y cautelosos, el era un hombre al parecer de una edad mayor de la que tengo pero no implicaría que no lo mataría, se sentó en una banca que estaba en una plaza desolada yo parado detrás de el sin hacer notar mi presencia, ante de poder actuar algo se interpuso en mis planes, UNA CHICA que hace una mujer tan joven sentándose con un hombre tan viejo, me detuve a observar que era lo que se tenían entre manos ellos dos, al pasar el tiempo logre darme cuenta de que esa joven era su amante por lo que podía escuchar y esto seria el acto perfecto para un asesinato de parejas.
Me acerque lo mas que pude a la pareja que estaba sentada en la banca y cuando el hombre voltio y tan rápido como pude con mi arma gris atravesé el cuello de la tipa sin que ella dijeras alguna palabra y me agache detrás de la banca para cuando el hombre logre ver lo que le ocurrió a su amante comenzó a gritar y a desesperarse y fue cuando me puse de pie y dije “La desesperación y el temor a la muerte, dos magnificas cosas que existen en este gris mundo” el hombre intento huir de mi felicidad pero no lo dejare, con un salto desde la banca mientras el intento correr con el cuchillo alcance parte de su hombro y golpearlo en la cabeza “no me hagas daño” era lo que me suplicó. Mi sonrisa y los ojos desorbitados con una meta en mi cabeza, ¿por donde comenzar? Era mi pregunta, lo mire y le corte el tendón de la parte de atrás del tobillo para que no pueda huir y la sangre comenzó a salir y entre gritos y carcajadas el ambiente comenzó a tomar forma pero aun faltaba mas.
Tome a la mujer ya sin signos vitales y con la punta del cuchillo lo introduje en su pupila para poder sacar el ojo, era un color café apagado y paso a un carmesí de un segundo a otro, abrí su cuello mas aun de lo que estaba y tire de lo que pudiese encontrar dentro hasta sacarlo, di vuelta a la chica y rebane gran parte de su espalda dejándola despellejada y la sangre fluyendo como un río hacia el mar de sangre, bese a la chica y luego corte su labio inferior por que estaba fría, algo que me llamo la atención fue que el hombre no paraba de llorar y de suplicar, no me dejo relajarme así que tenia que hacerlo callar de una vez por todas, tome mi cuchillo y lo enterré suavemente en su muslo logrando sentir cada fracción de el, sentía como el cuchillo atravesaba cada fibra de el y la sangre corría como una linda gotera y de un momento desde su cadera hasta la rodilla lo abrí con el cuchillo fue cuando el apunto de desmayarse me dice “déjame vivir…” le grite “calla idiota” le abrí la boca hasta que consiga tener una sonrisa de oreja a oreja para que muriera feliz, el era un hombre resistente aun tenia latidos de su corazón o mejor dicho por el momento los tenia y para terminar esta obra lo senté en la banca junto a la chica y le abrí el estomago dejándole el ojo de ella en su interior.
