El peliazul se había ido a un rincón de la cafetería, comiendo soba en silencio, algo amargado. Entonces oyó pasos que se acercaban y entornó los ojos al oír una voz de un chico detrás suya.
-¡Yuuuuuuu!
-No me llames por mi nombre, conejo idiota.
-Vamos vamos, no seas así.-dijo el pelirrojo sonriéndole mientras cierta peliverde y un albino se acercaban también a la mesa.
-Hola Kanda, felicidades.-dijo la chica sonriendo levemente, con un regalo tras la espalda, y el albino se cruzó de brazos.
-No sabía que era tu cumpleaños, y pensar que hasta tú te haces mayor.
-¿Qué insinúas, brote de judías?-dijo el peliazul entornando los ojos.
-Que nunca cambias, es raro.
-Hmm, supongo que ya te llegará el momento cuando seas un adulto.
-¿Quéeeeeeeeeeee? ¡Repite eso si te atreves!
-¡Allen! No pelees con él en su cumpleaños.-dijo la peliverde poniendo mala cara. El albino desvió la mirada, entornando los ojos e inflando los mofletes.
-Ha empezado él...
-... No es especial de todas formas.-dijo levantándose, con el bol vacío, y caminó para dejarlo donde estaban los platos sucios, para marcharse de ahí después, mientras todos le miraban sorprendidos.
-K-Kanda...-la peliverde bajó la vista al suelo tras eso, y el pelirrojo se rascó la nuca, desviando la mirada.
-¿Qué narices le pasa?
-Yu siempre es así en su cumpleaños, no sabemos por qué...
-... S-Será mejor dejarle solo un rato, l-luego le daré el regalo...
-... Estúpido Kanda...
----------------------------------------------------------------------------------
El peliazul se tumbó en la cama de su habitación, mirando al techo, mientras tenía los brazos tras la nuca, y gruñó.
-Odio este día... Siempre lo he odiado...
"-¡Yuuuuuuuuuuuuuuuu!
El niño peliazul se sorprendió al ser abrazado por su amigo pelinegro, y le intentó apartar de forma brusca.
-¡A-Alma, quita! ¿Qué mosca te ha picado?
-¡Es mi cumpleaños! ¡No me digas que lo has olvidado!
-... ¿Huh?
-¿Qué pasa?
-¿Qué es... un cumpleaños?
-¿Eeeeeeeeeeeeeh? ¿No lo sabes?-el pelinegro le soltó y se rascó la nuca, pensativo.-Es... Como una celebración.
-... ¿Celebración?
-¡Si, de que hace años que has nacido! Se empieza desde el primer año. Y todo el mundo te da montones de regalos y hay tarta.
-... ¿Y cuándo sería el mío?
-¿Eh? Hmm... El 6 de junio, creo. ¡Es muy divertido, qué ganas de que llegue!
-... Oye.
-¿Hmm?
-... Estaremos juntos en mi cumpleaños y lo pasaremos bien, ¿verdad?
El chico parpadeó y sonrió a su amigo, asintiendo.
-¡Claro! ¡Lo prometo!
El peliazul sonrió levemente, entornando los ojos. Pero lo que no sabía es que esa promesa se rompería.
Seis meses después estaba en el cuartel general de la Orden Negra, en Europa, y sentía que su vida estaba destrozada. Entonces un hombre rubio puso una mano en su cabeza, y le revolvió el pelo con suavidad.
-Kanda, ¿sabes qué día es?
El peliazul alzó la cabeza levemente, mirándole en silencio.
-Es 6 de junio. Felicidades.
El chico parpadeó al oír eso y bajó la cabeza, levantándose y saliendo corriendo de allí.
-¡K-Kanda!
-Reever.
El rubio se giró al oír al hombre ciego, y suspiró.
-Marie...
-Yo me encargo de él.-dijo el hombre tranquilo y comenzó a caminar, marchándose de allí, y llegó a la zona de donde oía unos sollozos.
El peliazul lloraba desconsoladamente y el ciego puso una mano en su cabeza, sonriendo levemente.
-Kanda.
El chico parpadeó, alzando la mirada, y tranquilizándose un poco al ver que era él.
-M-Marie...
-No llores más. Hoy no debes estar triste, ¿vale?
-... Si Alma no está... No tiene sentido...
-¿Kanda?
-¡No tiene sentido celebrar mi cumpleaños si él no está!-dijo con lágrimas en los ojos.
-...
-Él lo prometió... Estaríamos juntos y lo pasaríamos bien... Lo prometió...-dijo volviendo a bajar la cabeza, tapándose la cara con las manos, algo tembloroso.-Pero yo... Yo le... Snif...
-... Está bien. Hagamos una cosa. Tu regalo será no celebrar tu cumpleaños, ¿vale?
-... Si...
-Bien. Ya te dejo tranquilo, deberías descansar un poco.-dijo y tras eso se giró para marcharse del lugar, dejando al niño solo."
El peliazul resopló mientras su mente solo le torturaba con recuerdos del pasado, hasta que de repente escuchó golpes leves en la puesta, y entornó los ojos.
-Quién es.
-K-Kanda, soy yo...-dijo la peliverde nerviosa. El chico parpadeó y se incorporó lentamente, quedando sentado en la cama.
-Pasa.
La chica entró y le dedicó una leve sonrisa al chico, aún algo nerviosa, mientras escondía algo tras su espalda.
-... ¿Qué llevas ahí?
-E-Es para ti...-dijo enseñándole el paquete, y tendiéndoselo.-F-Felicidades, sé que no te gustan nada los cumpleaños pero...
El chico arqueó una ceja y cogió el paquete, desenvolviéndolo, para encontrarse una caja llena de palos de incienso, y ladeó la cabeza.
-H-He oído que es bueno para la meditación, así que...
-...
El chico se la quedó mirando mientras que ella miraba al suelo, y suspiró, acariciando su cabeza con suavidad.
-Gracias, Lenalee.
La cara de la chica se iluminó al oír eso y le abrazó con suavidad, dejando al chico con cara de circunstancia.
-¡Me alegro mucho de que te guste! Ah, Jeryy dice que te va a hacer mucho soba, y Lavi y Allen prometen no ser molestos además de que mi hermano no la liará. Y te dejaremos meditar.
-... Ese plan me gusta.-dijo sonriendo levemente.
-... ¿E-Estás sonriendo?
-... No, para nada.
-Eso era una sonrisa~.
-Cállate...