En sexto grado conocí a una chica llamada Micaela, su belleza no podría ser representada en ninguna forma abstracta, era como una oveja tierna y dulce tenía una onda hippie liberal. Me enamoré, fue mi primer amor, a la salida del colegio la invite a una plaza a hablar teníamos mas en común de lo que pensamos, a los dos nos gustaba Nirvana, a los dos nos gustaba Cristina a los dos... ¿Los dos? ya no existía los dos ya no existía un nosotros, no se que eramos, en el diccionario no había una definición de lo que fuimos ella fue la primera mujer con la cual llore por su historia. Con ella fumaba porro, con ella nos hacíamos sexo oral, con ella chapábamos de una forma que no quería que terminara jamas sentía la lengua con lengua como nuestra saliva se juntaba y bailan al ritmo de Génesis y Nirvana que sonaba de fondo sus labios sabían a cigarro y chicle de menta. Todo esto en la casa de un amigo porque la madre me odiaba y a mi no me dejaban llevar gente a casa por un problema que tuvimos, cuando empecé la secundaria tuvimos horarios muy distintos pero nos seguimos viendo, hasta que nos dimos cuenta que lo mejor era tomarnos un tiempo, Días después me dejo por whattsapp ahí me di cuenta que nos separamos ya no éramos uno, ni un nosotros, ni un los dos ahora éramos dos individuos diferentes ya descubrí que era en realidad un lobo disfrazado de una oveja tierna y dulce
