Capítulo 3

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Estaba en la clase, con mi top deportivo y unos pantalones cortos deportivos, esperando a que llegara el profesor (había llegado 15 minutos antes, de los nervios). Pero en lugar de un profesor, entró una chica más alta que yo, con el pelo rojo, de ojos azules. Parecía sorprendida de verme ahí, así que le dije: -Hola. Soy nueva en la clase. Me llamo Estela. -Y le tendí la mano.
-Yo soy Kathy. Bienvenida al club.
Y en vez de estrecharme la mano, me la chocó. Yo sonreí, y ella también me sonrió, cuando entraron dos chicos, hablando animadamente sin darse cuenta de que Kathy y yo estábamos ahí.
Entró el profesor, y todos nos callamos al instante.
-Bien, chicos y Kathy, ha venido una nueva a la clase. Estela, por favor, acércate.
Caminé hasta que estuve a su lado, y entonces me rodeó con el brazo y me acercó hacia sí. Me pilló desprevenida, así que solté un grito ahogado.
-Esta señorita va a convertirse en uno de nosotros, así que espero que hagáis buenas amistades, que a mí no me gustan los "malos rollos" en mi clase. ¿De acuerdo todos, incluida tú, nueva? -Dijo, mirándome.
Yo asentí, y los demás dijeron que sí, y entonces empezó la clase.
Hicimos una especie de baile de calentamiento, y luego nos emparejó para que elaboráramos una pequeña coreografía con los pasos básicos. A mí me tocó con uno de los chicos altos, el cual me enseñó muy detalladamente algunos pasos que yo aprendí fácilmente. Luego practicamos una coreografía con esos pasos, y el profesor fue llamando parejas para que enseñaran sus "proyectos", y cuando me llamó a mí, fui con el chico. Nos dijo que lo habíamos hecho bien, y anunció que era la hora de irse. Cogí mi chaqueta, y al salir, el chico con el que había hecho la coreografía me soltó: -Lo haces bien, nueva. -Con aires de suficiencia.
Debía tener mi edad, y no iba a dejar que me vacilara, así que le dije:
-Tengo nombre, para que lo sepas. Me llamo Estela.
-Y yo Alex. Nos vemos, nueva.
Y se fue. Sus aires de suficiencia no me habían acabado de parecer para enfadarme, pero yo tenía a Jake, así que no iba a ceder a sus encantos (aunque, ciertamente, era bastante guapo).

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