Capítulo 1

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Hoy vienen Marc, Andrea, Julia y Pablo, mis mejores amigos. Casa sola y obvio pinta juntada. Me vestí con un conjunto rojo que me traje de las vacaciones y zapatos altos, porque soy mas enana que una oruga.

Tocaron 3 veces el timbre haciendo la secuencia que solemos hacer entre nosotros para avisar que estábamos afuera. Fui a abrir

-¡Hola chicos!- saludé y nos pusimos a hacer nuestro saludo chocando las manos. 

-No saben lo que me pasó mientras venía, ¿se acuerdan de Daniela?- dijo Pablo

-¿La puta esa que la echaron del colegio por meterse con el profesor?- preguntó Andrea.

-¡Esa misma!, me la encontré en la calle, iba con un chico y me saludó.

-Cuidado que esa se cogería con el que venga- dije.

Mientras tanto fuimos a la sala de estar, prendimos la tele y nos pusimos a charlar con un poco de música de fondo. Hace mucho no los veía.

-¿Y cómo estuvieron sus vacaciones?

-Las mías muy buenas- dijo Julia-, Miami cada vez esta más copado para ir. Y además me tocaron días de un montón de calor, fui con Pablo y nuestros papás.

Julia y Pablo son ese tipo de amigos que parecen novios, o que alguno esta en la friendzone. Todos dicen que son novios, pero ellos ya se cansaron de desmentirlo.

-Tiene razón, en especial la pileta del hotel, esa si que era buena pileta- agregó Pablo.

-Y en las mías- dijo Marc- estuve acá, muriéndome de calor, por lo que cada vez que destaquen algo de sus vacaciones es un poquito más de odio que les tengo, jajaj.

Me reí junto a los chicos.

-Yo fui a Brasil y bue, hice lo típico, probé Caipirinha y no me gustó. Compré y jugué a la oujia y no pasó nada.

-¡¿Tienes una ouija?!- preguntó Andrea- ¡Siempre quise probar una!

-¿Quieren probar?, pero si se van a cagar paso, eh.

-¿Yo cagarme?- dijo Marc- Es raro que lo digas vos que no querías subirte a la montaña rusa en el viaje de egresados.

-Eso no tiene nada que ver, además después me subí y la pasamos re bien. Pero bueno, juguemos.

Busqué la ouija que había guardado en el garaje, cuando volví ya estaban despejando la mesa para empezar a jugar.

-Apuesto a que no va a pasar nada- dijo Pablo.

Abrí el juego, puse la copa, pusimos todos los dedos, hicimos preguntas y nada, la copa no se movió.

-Yo dije que esto era una farsa y no va a pasar nada- dijo Pablo.

-Vamos, seguro pasa algo, ¿no vieron en las películas?- dijo Andrea.

-Sí, pero las películas son otra cosa- dijo Marc.

Sonó el timbre.

-Seguro es el espíritu que viene a decirnos que no sabe mover la copa- bromeó Marc.

Me reí y fui a abrir.

Era el repartidor de pizza, la pizza tenia un olor que poco más y me comía la pizza en la puerta. Nunca supe como esos repartidores se aguantaban a no comerla.

-Son $160, $80 cada pizza- dijo.

-Quédese con el cambio, adiós- dije y cerré la puerta.

-¡Chicoooos- grité-, el espíritu fue bueno y nos trajo pizza!

-Genial, moría de hambre- dijo Pablo.

Fuimos al comedor y nos pusimos a comer las pizzas.

-Si a mi me dejasen elegir con quien casarme me casaría con una pizza- dije.

-Jajaj- dijo Andrea-, no creo que dure mucho su relación.

-¿Por queeé?- dije.

-Y porque no creo que aguantes y no te la comas.

-Eso sonó bastante mal- dijo Marc.

-Suena mal para malpensados como vos- dije.

-Acá el malpensado es Pablo- dijo Marc.

Pobre Pablo, seguía comiendo tan tranquilamente la pizza.

-Ps, no sé, sigan discutiendo que más pizza para mi.

-No estamos discu..

Escuchamos el ruido de un vidrio romperse.

-¿Alguien invitó al espíritu a comer pizza?- dijo Marc.

Fuimos a la sala de estar y sí, estaba la copa rota tirada en el piso.

Aléjate de mi menteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora