Historias en un cigarro

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- ¿Sabes cariño? No siempre se tiene lo que se quiere.

-¿y qué tal si no quiero nada?

-Eso no es posible, siempre se quiere algo, pero, si en verdad no quieres nada, podría decir que lo tienes todo.

-Ajá, nunca entiendo tu jodida filosofía.

-No pedí que la entendieras.

Y entonces él sonríe, como si estuviera viendo a un gran actor en una ogran obra de teatro, una increíble actuación, es como si su cara se rompiera, pareciera que le doliera, no sé porque lo hace, sino quiere, que no sonría. Ay Caius finges tan jodidamente bien, pero te conozco tanto y por tanto tiempo que no hay necesidad de que hables para saber que tu vida esta vuelta mierda y que te duelen los pensamientos, si no fuera tu mejor amiga pensaría que estas enfermo, aunque no dudo que los malditos cigarros te estén enfermando, sé que no es la causa de tu estado, debes estar enfermo, sí, pero creo que está adentro, bien adentro, en tu alma, joder, Caius, te quiero tanto, a veces me asusta que te quieras largar de este mundo, no sé porque tengo la sensación de que un día llamarás a mi celular y dirás algo como "Hola muñeca, ¿sabes? Estoy mamado de este mundo, creo que tomaré unas pocas miles de píldoras con vodka y me acostaré a dormir por un laaaaargo tiempo" si, será así, te conozco tanto, eres tan cínico, tus ojos tienen tanto filo, es como si dijeran "Hey nena puede que mis palabras te causen gracia, pero estoy siendo sincero", tan cínico como siempre, no dudo que el día en que intentes quitarte la vida me cague primero de la risa pensando que todo es una broma y después empiece a llorar, cabrón, trato de odiarte, sí, lo trato, porque sé que me dejarás en algún momento, joder, porque tú, de tantas personas tuve que escoger la más problemática para compartir mis días de existencia, mi juventud, Cauis, joder, no intentes si quiera dejarme aquí sola, te juro que patearé tu cuerpo inerte si lo haces, no me dejes aquí sola, en este mundo tan grande, me sentiré tan insignificante, sabes que me haces sentir poderosa, inmortal, como si pudiera hacerlo todo en esta puta vida, Ay Caius, cuando te veo sonreír, me pones nerviosa, no sé si me alegra la vida o me la revuelves.

-Oye Caius, hagamos una promesa.

-¿Una promesa? ¿Y ahora que se te cruzo por la cabeza?

-Nada, ¿y entonces, vamos a hacer una promesa?

-Dale, ¿Qué quieres que te prometa?

-Prométeme que cuando te vayas de esta jodida vida me llevarás contigo.

-Jajaja flaca, como crees que te prometeré una cosa de esas.

-¿Por qué no?- Le hago una mueca mezclada con un tono de cinismo, entre bromas y verdades- En serio quisiera que me llevaras contigo.

-Porque no estás tan jodida como yo- Me pasa el cigarro y me guiña un ojo.

-Joder, Caius, sabes que si te vas estaré jodida, muy jodida.-inhalo humo, exhalo humo y lo miro a los ojos, tan filosos Caius, duele mirarte cabrón, te ves tan vacío que dudo de tu existencia, quizás sólo eres producto de mi imaginación- estaré más jodida que tú.

-Está bien, te llevaré conmigo cuando me largue de esta vida ¿ya estas contenta?

Y lo dice dice con un tono tan confiado, tan seguro, Joder Caius, intentas mentirme, cualquiera te creería, lo haces tan convincente, pero olvidas que yo soy yo y no soy cualquiera.

-Sí, estoy contenta- miro la luna y luego la colilla del cigarro.

-Si lo estas yo lo estoy- me estira su mano para recibir el cigarro.

-Joder Caius, mientes tan bien- le paso el cigarro y le sonrió.

-Lo sé cariño, eso es parte de mi filosofía- una sonrisa, de las pocas sinceras.

-Un asco de filosofía, solo eres un montón de carne hecha de mentiras.

-Jajaja que palabras tan fuertes Shannielle, para mí es muy valiosa, porque es quién soy, es lo que tengo, lo que pienso, lo que expreso, mi pasado, mi presente y quizás mi futuro, nena, cada uno tiene una filosofía, pero temen aceptarla, quizás la tuya es como la mía, quizás por eso estás aquí conmigo fumando y viendo la luna en una noche tan jodidamente fría.

-No lo sé Caius, quizás esa es la razón de porque te quiera tanto cabrón, eres como mi conciencia.

-Jaj, tu conciencia dice que si no entras ya te vas a congelar el trasero.

-Parece que mi conciencia no es tan amable.

-Si fuera amable no sería tu mejor amigo- me mira con ojos retadores.

-Joder es verdad, no soporto tanta condescendencia, es tan hipócrita, me revuelve las vísceras -lo miro simulando que me da asco.

-Jajaja entra ya Shanni, me quedaré otro rato.

Me quedo viéndolo, su mirada perdida en la luna, esa maldita diosa de locos, quizás por eso le gusta tanto observarla, especialmente cuando tiene días pesados,  jodidos, rotos, días vueltos mierda.

-Dale babe, no te entres tan tarde- Le digo desde la puerta del balcón-Hey Caius.

-Dime cariño- sigue viendo la luna.

-No olvides tu promesa.

-No lo haré- Gira un poco su rostro y mira el suelo- Te lo prometo.

Puedo ver que sonríe, otra sonrisa de mentira, de "joder, Shanni, ¿cómo carajos se te ocurre esas cosas?, cuando me quite la vida tu estarás en este mundo mientras yo me cago de risa al otro lado", a pesar de que diga que te conozco tanto, siento que no se quien putas eres, eres tan franco y sincero pero tan jodidamente mentiroso.

Joder que noche tan fría, miro hacia adentro, que puto desorden, ¿cómo dos personas pueden tener tan vuelto mierda un apartamento?, supongo que tenemos cosas más importantes que hacer, puede que no lo parezcan, pero sentarse a fumar en un balcón a las tres de la madrugada es importante para nosotros dos, por lo menos es más importante que lavar toda esa maldita loza, ¡Joder! ¿Cuándo fue la última vez que se lavó loza? Eso explica porque pedimos tantos domicilios desde hace unas semanas, no hay donde tomar ni un maldito sorbo de agua, suspiro, recojo una camisa del piso, mira hacia el balcón y veo a Caius hundiéndose en sus pensamientos, en su filosofía, un perfecto cuadro, "Filosofías del vacío" sí, que buena idea, empezaré mañana con eso, sonrío, volteo una vez hacia el balcón para verlo ahí sentado, y en mi mente le digo "espero que descanses cabrón, te quiero mucho, espero despertar y que aún estés aquí", joder, que frío, me quito la camisa y me pongo la que llevaba en las manos, ato mi cabello con una coleta, me estiro y entro al cuarto, me tiro en la cama y cierro los ojos, poco a poco empiezo a recordar lo que hablaba con Cauis, joder, cuanta historia tiene un cigarro, hey babe, no me dejes sola en este mundo, prométemelo, "claro cariño, te lo prometo", y no sonrías de esa forma cuando me prometas algo cabrón, solo me hace pensar que son puras mentiras.







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Relatos de dos insignificantes vidas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora