Joder, me duele el cuerpo, se me caló todo el puto frio de la noche anterior ¿Qué hora es? Me duele la cabeza, dormí más de la cuenta, me levanto de la cama y me siento en un borde, estiro los dedos de los pies entre la alfombra, increíble sensación, adoro ese cosquilleo en los pies, estiro los brazos y me froto los ojos, como si tratara de borrarme los restos de los sueños que quedan en las retinas, veo por la ventana, joder, que luz tan fastidiosa, debo cambiar las cortinas, no cubren nada. Me paro de la cama y busco mi coleta, puta madre, no está por ningún lado, siempre las pierdo, necesito atar el caos de mi cabello, ¿Por qué la gente piensa que, por tener cabello liso permanecerá perfecto y arreglado? No es cierto, es un maldito mito, o por lo menos mi cabello no entiende de lógicas y se vale de rebeldías, que se pudra, me agarro el cabello en un moño improvisado con un lapicero que encontré en el piso y salgo de la habitación, que maldito desorden, Caius aún duerme en el sillón, ¿Qué le ve de cómodo a ese maldito sillón? Lleva varios meses durmiendo ahí ¿Porque no solo duerme en su habitación? No le di una puta cama para decorar la pieza, entro a la cocina, lavo dos tazas y enciendo la cafetera, me recuesto en el mesón y miro desde allí, por encima de la barra, como duerme Cauis en la sala, es tan alto, ¿Cómo cabe en ese sillón? Me complace verlo dormir, es el único momento en el que puedo ver su rostro tranquilo, como si de verdad sintiera paz, joder Caius, a veces siento pena por ti.
-Hey cabrón- Le grito desde la cocina- despierta, ya será medio día.
-joder, Shanni, cierra la puta boca- responde con voz ronca.
-Este es mi apartamento, así que cerrare mi puta boca cuando se me dé la puta gana.
-como ordenes muñeca- sonríe, gira su cara hacia mí y abre un solo ojo- ¿tienes alguna otra orden?
-Ven y siéntate, el café estará listo en un rato.- le sonrío de vuelta.
Se levanta y se estira, parece un gato, alto, delgado, sutilmente perfilado, rostro delicado y una sonrisa larga, traviesa, coqueta, su cabello es negro y largo, desordenado, le gusta dejarse crecer la barda, aunque no mucho, su mirada es profunda, joder, pero sus ojos, más que el color de sus ojos, lo más atractivo es el brillo que tienen, no es un brillo de vida, es más un brillo de nostalgia, de "joder Shanni, que puta vida tan triste", su voz no es muy gruesa, ni muy delgada, es perfecta, seductora, si no fuera mi mejor amigo pensaría que quiere llevarme a la cama solo con verme, joder Caius, eres perfecto, lo único jodido eres tú.
-Hey cariño, hoy te ves más linda que nunca- lo dice burlándose- me encanta tu peinado, ¿es lo que se está usando últimamente?.
-No te burles cabrón, he perdido otra vez mi coleta, bajaré en un momento a comprar otra.
Me siento a su lado y tomo mi taza de café, sorbo por sorbo, se escucha los autos en la avenida, un maullido proviene del apartamento del lado y cerca de mí la respiración de Caius, mi momento preferido en el día, es un momento casi sagrado, donde nos acompañamos a estar solos.
-Shanni, tu celu está sonando, hey Shanni, joder, tu celular, contesta.
-¡Lo siento! Estaba divagando en otro lugar.
-Carajo, pero si acabas de levantarte.
Corro a la sala buscando de donde provenía el sonido, ¿Dónde está ese maldito celular? Lo escucho en todas partes, no está ni aquí ni allá, oh espera, lo encontré ¿Cómo putas fuiste a parar allá? Me acuesto sobre el pecho en el piso para poder alcanzarlo, estiro el brazo debajo del sillón y lo agarro.
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Relatos de dos insignificantes vidas.
Fiksi RemajaShannielle y Caius son mejores amigos, Shannielle es muy distraída y Caius, bueno Caius es Caius, los dos como agua y aceite, blanco y negro, sus vidas se relatan en un balcón a las 3 a.m., en un cigarro, en una taza de café, en un cuadro de pintur...