Tirada en el piso helado del edificio, leía uno de los libros que su hermano le había obsequiado, pasar cada página era una experiencia excepcional, quería leer un capítulo más y más, hasta que él llegó y la saludo, lastimosamente por educación tuvo que cerrar su libro y saludar.
El era un chico que podía pasarse por desapercibido, era casi invisible, su aspecto era delgado y un tanto atractivo, sus ojos color cafés y su sonrisa, la más perfecta que ella sin duda podía haber admirado. Su expresión era un tanto seria y atenta, solía ser muy educado por sus gestos y la cortesía de su interés al sacar una plática.
Su vestir eran unos jeans entre ajustados y flojos y una camisa muy cómoda.El era su compañero de clases, una charla más entre conocidos, sentarse a prestar atención al tema de la materia, trabajar en equipo, salir a tomar un descanso y luego simplemente ir a casa a hacer el que hacer del hogar.
Hacer la rutina del día, comer, arreglar, limpiar, diseñar, no dormir por más de 3 horas, interactuar en las redes sociales, oír música y leer otro capítulo más.La noción del tiempo se perdía en pensar qué sería de su futura vida, había pasado por malas experiencias amorosas que la dejaron realmente egoísta y a cerrarse en tener la oportunidad de enamorarse nuevamente.
Podía observar a parejas llenándose de detalles y promesas, escribiéndose palabras que para ella era tan innecesarias y realmente tontas, que sólo conformaban sílabas llenas de mentiras, amores que tarde o temprano acabarían y que luego vendrían llantos y súplicas que al final ella pensaba ahorrar.La experiencia de pasar por tantas situaciones de soledad por un rompimiento la llevaron a enfocarse a un solo punto, tener una vida feliz sin necesidad de alguien a su lado.
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Una historia más
RomanceTal vez sus días no eran interesantes y eran tan comunes como los demás, pero conocerlo fue lo mejor de su corta vida, esta podría ser la típica historia de una chica enamorada, pero realmente es Mi Propia Historia.