—¿Cuál es su nombre señorita?
El policía que se encontraba justo delante mía, me había preguntado lo mismo tres minutos seguidos mientras tecleaba en su portátil. Y yo había respondido lo mismo esos tres minutos.
—Le diré mi nombre cuando usted me de su número
—¿Me acaba usted de guiñar un ojo señorita? - Dejó de teclear y mirar su portátil para dirigir su mirada hacia mi persona. Era un chico de unos 25 años bastante guapo, pelo castaño y unos ojos azules preciosos. ¿Cómo podía perder la oportunidad de un buen polvo?
—No, tengo espasmos en el ojo. ¿Usted que cree? Pues claro que le he guiñado el ojo, ¿por qué me hace una pregunta tan estúpida? - mi paciencia se agotaba. Necesitaba que mi padre se enterara de que estaba detenida y así poder fastidiar su boda, no estar sentada delante de un chico guapo mientras este hacia preguntas estúpidas. - ¿Ha llamado usted a mi padre? El pagará la fianza para que pueda librarse de mi.
Estaba incómoda. Mis manos se encontraban a mi espalda ya que me habían puesto las esposas al tener una actitud agresiva ante los agentes. ¿Actitud agresiva? Vamos, solo fue un pequeño puñetazo en donde más duele, se lo merecía, querían revisar el bolso de una señorita. Además de tener las manos atadas me habían obligado a sentarme en una silla la cual habían movido hasta que quedara totalmente atrapada. ¿Lo único bueno? Mis tetas tenían donde apoyarse.
Entonces Ryan -el nombre del policía que me interrogaba - sonrió y acercó su cara a la mía.
Dios, su aliento olía a menta.-Sí, lo hemos llamado. Esta muy enfadado contigo y también con él mismo. No entiende como has podido viajar de Londres a Estados Unidos sin que el se diera cuenta, ni si quiera sabe que haces aquí. ¿Me lo contarás a mi o tendré que sacarte la historia de otra manera? No necesito tu nombre, pero si necesito la historia de por que estas aquí detenida para el informe. - mientras me hablaba su aliento chocaba contra el mio y me estaba volviendo loca. Lo hacía a propósito, lo sabía, ¿pero que importaba? De todos modos tendría que contarle la historia en algún momento.
Acerqué mi cara lo que me permitió estar arremetida entre la silla y la mesa. Los ojos de Ryan se agrandaron un poco y se notaba la sorpresa en ellos. Había dejado de sonreír y sus labios ahora eran una linea perfectamente recta.
-Lo de sacarme la historia de otra manera suena tentador, pero no me quiero arriesgar a que mi cara salga mal parada. Ya sabes, una chica tan guapa como yo no puede recibir golpes. Te contaré la historia. - Mi sonrisa aumentó cuando este volvió a su sitio original con la misma linea recta en sus labios. ¿Quién se creía él para desafiar a Devorah? Todo su atractivo se había ido a la basura. Una pena.
Sus dedos comenzaron a teclear frenéticamente en el portátil y comenzó de nuevo con las preguntas.
-¿Nombre?
-Devorah
-¿Fecha de nacimiento?
-El 11 de octubre de 1994.
- ¿Edad?
Levante mis cejas mirándolo divertida - ¿No te lo dice mi fecha de nacimiento?
- Soy policía no matemático.
Bufé - Tengo 22 años.
- De acuerdo, comience su historia. La escribiré palabra por palabra así que por favor abstengase de decir palabrotas, esto se reportará a altos cargos que decidirán si dejarte una mancha en tu historial judicial, piensa bien antes de hablar.
- Me encantan cuando se ponen serios y me amenazan - ironicé - Comenzaré ahora no por que usted, cabeza de moai, me lo haya ordenado sino por que me estoy empezando a aburrir y mi historia es de los más divertida. Comencemos.
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Una novia para mi hermano EDITANDO
RomanceGyden Walberg acaba de empezar la Universidad y tiene un brillante futuro por delante. Es el chico perfecto y las chicas no pueden evitar suspirar cada vez que él pasa por su lado. ¿Qué más se podía pedir? Lo tenia todo, hasta que siente que toda...