Ese olor tan repugnante y a la vez delicioso lo vuelve a inundar todo por segunda vez, la primera vez ardía ahora es como un pequeño y dulce orgasmo.
Parece que recupero la conciencia, me siento en el suelo disfrutando de este dulce momento, nunca me había sentido tan vigoroso y fuerte, tan lleno de vida y tan vacío a la vez.
Intento recordad aunque mi mente es una neblina que no dice nada pero es entonces cuando lo comprendo todo, cuando veo esas terribles marcas, como la picadura de una araña y es entonces cuando sé que soy inmortal.