Ya-ku~saaaaaan... {LevYaku}

Ya-ku~saaaan .>31<.

Ya-ku~saaaan... es muy adorable cuando esta asustado ('つヮ⊂)....

Lev y Yaku habían decidido quedar ese sábado en que el peliplateado se quedaría en su casa a dormir y ese día ya había llegado.

"Hijo, ¿va a venir ya? ¿No será mejor que arregles tu cuarto? ¿Que debería dejaros para comer? ¿Es ese chico taaan alto que mide como ocho metros?", la madre del libero estaba... pues eso haciendo cosas de madre, caminaba de un lado a otro ordenando cosas que ya estaban bien puestas.

"Va a venir a las ocho. Mi cuarto ya esta perfecto. Yo cocinaré. Mama no exageres que no es tan alto pero si, es ese chico", Yaku tenía un pañuelo tapándole la cara, en su mano derecha tenía una fregona y sus ojos estaban como estrellas.

Su madre siempre había trabajado en turno de noche por ello todas las noches Morisuke se quedaba solo, ya que su padre casi siempre estaba de viaje de negocios, y esa no era una excepción. Su madre trabajaría y su padre no estaría, no se sentía mal, él ya estaba a acostumbrado a estas cosas.

"Oh! Pero si ya casi van a ser las ocho", decía viendo como su hijo dejaba la fregona y el pañuelo en un armarito que se encontraba en la cocina mientras daba saltitos de alegría.

"Si, y ya casi te tienes que iiiir", respondió imitándola a lo que su madre hizo un puchero.

De repente el timbre sonó, eran los ocho menos cuarto, Lev no podía ser. Yaku abrió la puerta y adivinar quien era, si, exacto, era Lev. "Antes de que pregunte, no podía estar nervioso asique vine aqui a las siete y me quedé en la puerta pero creo que los vecinos se creen que soy un ladron o algo peor asique llamé", toda esta explicación la dijo con una sonrisa enorme en la cara agachándose para mirarle a los ojos.

"Vale, anda pasa", reaccionó tras unos segundos de silencio.

Su madre estaba en la puerta ya vestida para marcharse a trabajar pero cuando vio a Lev se quitó los zapatos en dos patadas y observó su altura comparándola con la suya mientras sonreía como una boba. "Eres altísimo!", exclamaba sorprendida.

Mientras tanto Yaku fue a por los zapatos que su madre tiro y se los entregó. "Mama, no te entretengas que al final llegas tarde", avisó.

"Oh! Si, es cierto", se puso los zapatos. "Adiós cielo", le dio un beso en la frente a su hijo. "Adios a ti también", hizo lo mismo con Lev el cual se sorprendió al ser tirado por su brazo para que se agachase.

La mujer se fue feliz ya que odiaba tener que dejar solo a su preciado hijo y ahora ya no se encontraba solo, sino acompañado de Haiba.

Yaku le fue enseñando la casa al muchacho. "Aqui vas a dormir", dijo entrando en la habitación de invitados a lo que el alto respondió quejándose todo lo que quedaba de visita.

Iba enseñándole cada habitación pero Lev solamente se quejaba. "Por qué noooooo... Yaku~saaaaaaan.... Déjeme dormir con usteeeeed-es decir- en su habitación...", no sabía con certeza porque lo estaba aclarando asi parecía mas sospechoso pero aun asi no podía evitar hacerlo.

Mientras estaban cenando la comida que había dejado su madre, aunque Yaku le había dicho que no hacía falta, Lev seguía insistiendo. A Morisuke por poco se le salta la vena de la frente, pero aun asi estaba manteniedo la compostura.
Lev, que estaba de rodillas en el suelo, empujaba el cuerpo de Yaku, que estaba como las personas normales sentado en una silla intentando comer, con su cabeza al mismo tiempo que esta se frotaba contra su brazo y decía... "Vaaaaaaamos, Yaku~saaaaaaaan... No sea malo, vaaaaaaamos", el libreo ya cansado accedió a lo que Lev se fue a su sitió arrastrando las rodillas con los brazos levantados mientras decía..."Bieeeeeeeeeeeeeeeen", con todas y cada una de esas es.