Yaku~saaaan... odio cuando te haces daño y al ser libero te suelen salir moratones muy seguido... Mooohh Yaku~san, eso me duele mucho. Y me duele mucho mas verte asi ahora aun asi... Yaku~san tu me intentas reconfortar, crees que las heridas del Gato Demoníaco me duelen pero me duele mas verte asi.
"No te preocupes Lev", decia mientras acariciabas mi cabeza. "Esto duele ahora pero despues no dolerá", le sonreía de oreja a oreja... haciendo que un pequeño y puntiagudo colmillo sobresaliera de entre su preciosa dentadura.
"No me duelen tanto los arañazos", murmuró el mas alto agarrando la ropa de Yaku.
"¿Que has dicho?", le preguntó el libero ladeando la cabeza aun con esa sonrisa que le encantaba.
Lev también sonrió inconscientemente y se fue agachando hasta abrazar a Yaku, éste se sorprendió pero le correspondió.
Ambos se encontraban en el cuarto de Morisuke, en silencio y abrazados. Lev apoyaba su cabeza, que tenía algunas tiritas, en el hombro de Yaku mientras sonreía sonrojado y éste le acariciaba la cabeza con cuidado, delicadeza incluso.
Tenía muchss ganas de decirlo, no podía aguantar mas, su corazón palpitaba como nunca antes, y nunca antes había estado tanto tiempo abrazado a él, no quería soltarle lo unico que quería era poder decir. "Yaku~san... Te quiero"
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