EDITADO 10 SEPT. 2021
IRENE
Quedaban dos escaleras para llegar a lo más alto, y no sabía cómo huir de ahí. Estaba jodida. No solo me daba miedo esta atracción, ¡sino que tenía vértigo, de verdad! Si no llega a ser por que las escaleras no eran transparentes como las demás, me hubiese desmayando subiéndolas. Suspiré aliviada cuando llegué arriba, aunque ese alivio me duró poco cuando me di cuenta de lo que realmente había hecho.
Por querer joder a Jesús, me estaba jodiendo a mí misma.
— ¿No es emocionante?— me preguntó Guille, poniendo su mano en mi espalda desnuda y acercándose a mi oreja. Tragué saliva. No me gustaba que tuviera tanta confianza, pero en ese momento mi enemigo no era él, sino mi vértigo. Tenía que intentar distraerme con lo que fuera, menos con mi miedo.
— La verdad es que me da miedo, pero no hay vuelta atrás, ¿no?— su risa rozó mi cuello y dejó depositar un beso ahí— ¿Qué haces?— me despegué de él, incómoda.
— Perdón, pensaba que yo también te atraía.— me dijo, sonriente. Era obvio que estaba ironizando. Miré para los lados, deseando en parte de que apareciera Jesús, pero eso no ocurrió.
En lugar de encontrarme a Jesús, me di cuenta de que un chico se encontraba grabándonos. Y ahí entendí de qué se trataba. Había leído muchas historias de Wattpad en las que los machos alfa —también, he leído historias en las que son las chicas, pero ya me entiendes— hacían apuestas.
— ¡Das asco!— empujé a Guille, quien me había dado cuenta que me había puesto la mano en el culo.
— A ver, era solo una pequeña apuesta— intentó calmarme, y en ese momento sentía más ganas de abofetearle.
— Eres repugnante— me quité de la cola para dirigirme a las escaleras, pero me comenzó a dar vueltas todo nada más bajar un peldaño.
Me di cuenta de que la forma más rápida de bajar era tirándome por el tenebroso tobogán. Y eso hice. Volví a la cola, y de un empujón aparte a Guille, pues le tocaba a él tirarse. La monitora no me dijo nada, ya que sabía que había pasado, y me metí yo en la cápsula.
Me coloqué siguiendo sus indicaciones, y justo se cerró la cápsula. Cogí aire nerviosa, pensando que no sería nada. Pero todo fue peor.
Se abrió el suelo de la cápsula para dejarme salir disparada por el tobogán, y en el último segundo, del susto, me removí.
Lo último que sentí fue que mi espalda y brazos — en sí, todo lo que rozaba el tobogán— me quemaban. Hasta que caí al agua, y sentí alivio en esas partes. Era tan grande la sensación de alivio, que me quedé flotando en medio de la piscina. Ya podía tirarse la siguiente persona, que yo no me pensaba mover de ahí. Simplemente, sentía que todo en mí lo cicatrizaba ese agua helada.
— ¡Irene!— abrí un poco los ojos, pero me sentí atontada.
Los cerré.
JESÚS
— Ahí está.— escupí con desprecio, acercándome a Guille. Era la primera persona que había visto nada más subir arriba del todo. Se encontraba con un chico de nuestra misma edad, rubio.
— No pierdas las formas, hay muchos niños aquí— me dijo Álvaro en tono serio, mientras nos acercábamos.
Guille y el otro estaban riéndose de algo que veían en el móvil de este último. Al escuchar la voz de Irene, les quité el móvil rápidamente. Lo vi entero y le di a borrar.
— Eres un hijo de puta— le lancé el móvil a Guille—. No quiero que te vuelvas a acercar a ella.
— ¿Dónde está?— le preguntó Álvaro, mientras miraba a todo a su alrededor.
— Justo se acaba de tirar— sonrió.
No.
No puede ser.
— ¿Pero por qué no puedo tirarme, mamá?— la voz procedía de un niño de doce años. Se encontraba el primero de la fila.
— Porque ha habido una persona herida— todos mis sentidos se alertaron.
Y supe muy bien que mi orgullo me había jugado una mala pasada.
Había llegado tarde.

ESTÁS LEYENDO
Y me terminaste gustando #1
Teen FictionPorque todo lo que empieza, termina. Fecha de su nuevo inicio: 16 de julio de 2021 Fecha del final de edición: 25 de septiembre de 2021