Y me terminaste gustando #1

69.

EDITADO 24 SEPT 2021

IRENE

— ¿Pero solo nosotros?— le pregunté a Eva, quien estaba muy entusiasmada con su propuesta para esta noche.

— ¡Una noche familiar!— aplaudió ella y miró entusiasmada a Juan— ¿Verdad?

Él no respondió, sino que sonrió mientras seguía escribiendo en su Mac. Él siempre estaba trabajando y era algo que me daba mucha pena porque Eva había veces que se sentía sola. Nosotros a nuestro rollo, su marido trabajando y ella se vacaciones durante una semana más.

— Está bien— dije; lo hice por ella y por su ilusión.

— Genial, pues díselo a los chicos. Voy a salir a verme algún chofit para luego.— fruncí le ceño al no entenderla.

Acto seguido, me reí.

— Se dice outfit— sonreí — Está bien.

No tenía ganas de ir a un karaoke esa noche, pero Eva llevaba una semana aquí aburrida sin apenas salir. Cuando le conté a Jesús el plan, no le pareció nada mal, de hecho, me hizo mucha ilusión.

Durante esta semana habíamos estado hablando mucho y llevamos seis días sin discutir. Éramos hermanastros y ya, pero sí que era cierto que seguía sintiendo algo raro cerca de él.
Vale, era una cobarde diciendo "raro" en lugar de decirte  "el típico cosquilleo de cuánto te gusta alguien".

Me acerqué al cuarto de Dani; al contrario de Jesús, él estaba más distante conmigo. Apenas lo veía en casa, ya que se iba últimamente a casa de Yasmina. Al parecer, lo estaban intentando de nuevo. Cuando me enteré, quise felicitar a Dani, pero me respondió con un portazo en las narices.

Desde la noche en la discoteca, no habíamos hablado. Había algo que yo no entendía: el porqué entró a mi cuarto hace seis días para decir todas esas cosas buenas, si luego me iba a estar ignorando. Además, teníamos una conversación pendiente que él me había pedido en la discoteca. Aún no me había dicho lo que me quería decir, aunque quizás todo apuntara a que quería solucionar las cosas con Yasmina.

Bueno, la cosa era que no iba a saberlo nunca porque no me decía ni siquiera "hola".

No llamé a la puerta porque estaba abierta, así que entré. No estaba dentro y sinceramente, no me extrañó. Seguramente, estaría con Yasmina.

Se me ocurrió mandarle un mensaje de WhatsApp, ya lo leería.

En cuanto se lo envié, el sonido de una notificación sonó dentro de la habitación. Adivina sí.
Era de Dani.

De repente, un Dani semidesnudo apareció con una toalla cubriéndole de caderas para abajo. El pelo estaba húmedo, y gotas de agua recorrían sus marcados abdominales. La verdad era que él estaba más fuerte que Jesús, pero porque él era más constante en esto del deporte.

— ¿Puedes dejar de escanearme?— su voz me sacudió de golpe, y mis pensamientos se esfumaron.

Ni siquiera sabía porqué me seguía poniendo tan nerviosa con Dani así. Antes no me pasaba tanto, pero ahora, ahora no me entendía. Supongo que simplemente me recordaba a Jesús.

— Te he enviado un mensaje— ignoré su pregunta, tragando saliva mientras me mostraba segura.

— Osea que entras a mi cuarto, y en lugar de decírmelo en persona, me mandas un mensaje— alzó una ceja asintiendo, sin dejar de mirar su móvil— Guay.

La verdad es que sonaba ridícula.

— Pensaba que no estabas— le dije.

Viendo que no decía más nada, me giré y decidí irme de ahí. Me sentí muy decepcionada al ver que no había intentado hablar conmigo o detenerme. Me sentí, de nuevo, ridícula por esperar algo así de él. ¿Qué más me daba si venía o no tras de mí?

La noche cayó y llegamos al karaoke más famoso de la ciudad. En él, podíamos cenar y era un sitio muy lujoso. Nos sentamos en la mesa redonda que nos dijeron y me fijé en el sitio vacío que había al lado de Dani.

— ¿Por qué hay un sitio de más?— pregunté sin evitar mi curiosidad. Miré a mis padres, bueno, padrastros. Eso, ya me has entendido.

— A la novia de Dani— sonrió amablemente Eva.

Miré a Dani quien mostraba una mirada bastante indiferente. Para evitar sostenerla, cogió su carta y comenzó a ver qué pedir. Al cabo de unos minutos, apareció Yasmina. Fue la primera vez que no me hizo ilusión verla, y ni siquiera supe muy bien por qué.

La cena transcurrió de lo más normal. Al terminar el postre, Eva pidió a sus hijos que cantaran algo, ya que hacía tiempo que no los oía cantar.

— Yo no canto— dijo cortante Dani.

— ¿Ni siquiera por tu madre?— el tono serio de su padre le hizo cambiar la expresión de su cara.

Tanto Jesús como él se levantaron y se dirigieron al escenario pequeño pero elegante, que había justo en frente. Tras varios minutos, comenzaron a sonar los primeros acordes de la canción que había escogido. Mis pelos se erizaron cuando me di cuenta de la canción que era pero, en especial, se me erizó la piel justo en la parte del estribillo.

La parte que cantó Dani.

Porque podrá evitarme, pero en ese momento vi que me miraba a mí mientras cantaba "Another Love" de Tom Odell.

No supe descifrar bien si se trataba de que le recordaba simplemente a mí por mi querido Damon Salvatore, de The Vampire Diaries, o si me quería decir otra cosa...más intrínseca.

Pero supongo que era más fácil pensar que era por lo primero.

Porque él estaba enamorado de Yasmina y yo de Jesús.