El nuevo problema

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"-Casi te pierdo."

Emily estaba segura que había escuchado eso, pero aun así dudaba y seguía planteándose si estaba imaginándolo o ya había muerto.

-¡Hola..! ¿Sigues ahí?- él chico frente a ella agitaba una mano por delante de sus ojos tratando de llamar su atención y lo consiguió.

- Si lo-lo siento. Es que te has aparecido de la nada, y sinceramente no esperaba que surgieras así, sin mas. En realidad, no esperaba que nadie se haga presente a las tres de la mañana.- accidentalmente había sonado un poco más brusca con su tono de lo que esperaba, y esto el chico pareció notarlo.

-¿Encima que acabó de impedir que termines con tu vida, me regañas por estar fuera de casa tan tarde! ¡¿Qué eres, mi madre?!- le contestó él joven con un tono medio en burla, pero al mismo tiempo se notaba que iba en cerio. Esto a Emily no le hizo ninguna gracia, por lo que en un movimiento efímero, ya estaba parada y marchándose.

-Oye, ¡Emily! ¡Espera!- La joven paró en seco, lo que hizo que el chico raro se golpeara contra su espalda- Auch! Mi nari -Pero fue interrumpido por una no muy contenta jovencita.

- Esta bien, esto ya es raro. Primero te apareces de la nada impidiendo que, que.. Ya no importa. Luego me llamas por mi nombre y ni siquiera te conozco- Emily sabía que seguramente se encontraba roja de la furia por lo que, por segunda vez en esa noche, se giró sobre sus pies y decidió irse.

- Emm, espera- ahí estaba él otra vez deteniéndola, tomándola nuevamente de la mano -Empecemos de nuevo, ¿quieres?.

No sabía cuantas vueltas había dado ya, pero nuevamente se giró.

-Esta bien. Soy Emily Green, pero eso no parece ser información nueva para ti, claro está, y tu eres?..- esta hizo un ademán con su mano invitándolo a hablar.

-Me siento detrás de ti en la mayoría de las clases, ¿realmente no te acuerdas de mi?- él joven parecía estar perdiendo las esperanzas.

-Ah sii..- ahí estaban volviendo su esperanza- Eh.. No- y ahí habían desaparecido.

-Ya que, me llamo... "Dee", puedes decirme "Dee".

-¿Dee? ¿Qué clase de nombre es ese? ¿Acaso, siquiera, se puede considerar un nombre?

-Es un apod...

-Ni modo, un placer conocerte "Dee" - la chica pronunció el apodo del joven mientras movía sus dedos en forma de comillas- Tengo cosas que hacer, bye.

-Dudo mucho que tengas que hacer algo más importante a las tres de la mañana y, después de ver lo que ibas a hacer, no te dejaré sola. Por lo menos no por hoy.

"¡Oh que bien!", pensó Emily, "una tortura más a mi detestable vida".

-¿Y qué piensas hacer, seguirme toda la noche?

-Si es necesario, lo haré- Esto a la joven, le sonó como un: "voy a molestarte por lo que te reste de vida"

-¡Has como quieras!- Tampoco es que le importara mucho los demás. Ella simplemente siempre había estado sola. No dependía de nadie, no debía estar al pendiente de nadie y tampoco había tenido a alguien que vele por esta.

- Está bien- dijo Dee, a la vez que mostraba una sonrisa desafiante. Emily notó que, este, tenía dientes blancos como la nieve y ojos verdes tan claros que parecían artificiales, que resaltaban con el castaño de su pelo- ¿Vamos?

-¿A dónde?

-A donde tu quieras, tampoco es que tengamos que ir aun lugar definido ¿o no?

-No...- y al decir esto dudo. No estaba segura si debía irse con alguien a quien no conocía. Pero, sin embargo, aseguraba conocerla a ella. De todas formas nadie la esperaba en casa.

-¿Vienes Mily?- dijo el joven que ya se encontraba pasos delante de ella.

-Si...- y recordó que minutos atrás estaba a punto de acabar con su vida. Pero, ya que, no cambiaba nada si lo hacía hoy o mañana, al fin y al cabo lo haría. Quizás no ahora, pero lo haría.

Y así fue como Emily, comenzó a caminar junto a la nueva molestia apodada Dee. No sabía si esto sería algo duradero, pero de lo que estaba segura era que este nuevo individuo no estorbaría y alteraría sus planes de abandonar esta vida.

EmilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora