"MI DESTINO ESTÁ SELLADO"

1.- Un mal presagiar

Señor, estoy aquí. Tu siervo Zden se arrodilla ante ti. Padre, os necesito. Anoche he tenido un sueño. Veía como la sombra se adueñaba del ambiente, oía el bramar de las olas y a lo lejos vi una fogata. De pronto un ser salió de las aguas y con solo tocar las llamas, estas se fueron a su cuerpo. Luego, el ente luminoso se acercó a mí, sacó su espada y me dijo: "Os reto a un duelo".- A pesar del relato, el caballero guardó la compostura.- ¡Oh Dios mío!, tú que eres el amor y la esperanza, la luz en las tinieblas, ¿Qué significa esto? ¿Será acaso alguna señal divina? ¿Un mal presagio? Me encuentro postrado en tu altar porque la verdad te pertenece como tuya es la luz. Te pido una respuesta. Siento el mal acechando mientras imploro arrodillado. Siento como si la muerte estuviera rondando. Escucho a los demonios y su maldito burlar.-Se puso de pie, perdió su calma característica y mientras lloraba lanzó un grito.- ¡Necesito tu fuerza para proteger a mi pueblo!- Volvió sentir el frío en sus rodillas para escuchar la palabra.

Mientras el fuego le daba paso al hielo, la noche se hizo reina de los cielos. Era una noche tan oscura.  Negra como una mentira. Negra como la traición. Negra como el pecado. El manto de las tinieblas ya había azolado el lugar sagrado. La soledad arraigaba hacia un camino de desesperación a todo aquel que estuviera ahí. No obstante, en fiel mostró tal fortaleza como los árboles cuando pasan los años. Los vientos rugían como fieras salvajes de la naturaleza. El mal se acercaba a lo lejos, mas no fue eterno, porque al fin llegó la purificación. La luna dio paso a su mentor y se hizo la luz. Se abrieron las puertas del templo con la llegada del Sacerdote Mevaser. Al ver al hombre aún arrodillado desde el día anterior sonrío y se acercó a él.

_Ay hijo, sigues aquí, ¿toda la noche? Me sorprende vuestra devoción hacia nuestro creador, tal vez deba aprender más de ti al fin y al cambo. Pero si el saludarte fuera la única razón por la cual interrumpo vuestras oraciones jamás no me lo perdonaría.-El siervo solo le respondió con un mirar perdido y un silencio infinito. El padre lo levantó y ambos fueron a sentarse en las bancas que se encontraban en el jardín de la iglesia. Este era tan bello que muchos incautos y hasta herejes dirían que tal lugar majestuoso es sin dudas el jardín del Edén. No obstante, la leyenda cuenta que aún se pueden ver siluetas de Adán y Eva corriendo juntos envueltos en fuego. Como niños inocentes que van por el verde pastizal. Su mentor continuó.- Escucha hijo, la muerte ha hecho acto de presencia en nuestro reino, en Cotrindo. Nuestro rey Fernando... - Zden lo interrumpió.- No... ya sé lo que viene, no prosigáis, ¡he visto el futuro!- El sacerdote desconcertado intentó detenerlo.- Por favor, ¡despertad!, ¡no te dejes llevar por las pasiones!, Dios está con nosotros.-Lo ignoró. El hombre portaba el incandescente fuego que corría por sus venas. Rápidamente se dirigió hacia su magnífico corcel y montó en él. Sin mirar atrás y con un dolor incomparable en su pecho cabalgó en su querido Nir en busca de respuestas hacia su patria, la cual juró proteger con su vida si era necesario. El juramento que hizo fue en nombre de Dios. Haberle fallado significó para él una pena tan grande que sentía que había traicionado al mismísimo Jehová que tanto tiempo lo acompaño y lo acogió. Cada paso que daba el caballo simbolizaba los recuerdos de su amo. La cruel nostalgia invadía sus pensamientos. Evocaba los momentos junto a su rey, los momentos en los que lucharon hombro a hombro en contra de la ambición de las naciones enemigas. Con cada recuerdo sentía como su alma se contraía contra su cuerpo, como su corazón se enfriaba y dejaba de latir.  Por desgracia no era el único peso que cargaba sobre sus hombros. Su familia, su amada familia, ¿Seguirán queriendo al hombre que abandonó su hogar en nombre de la patria?. Ya habían pasado 3 años desde la última vez que supo de ellos. ¿Aún tendría familia a la cual proteger? La guerra le había quitado muchas cosas que tanto amaba: nobles guerreros y pueblos enteros. Pensamientos oscuros se apoderaban de su ser mientras pedía ayuda al Único para que le mostrara el sendero correcto. Venía el recuerdo de la visión que tuvo noches atrás. Como crueles flagelaciones,  la frase del sueño azotaba su mente: "Os reto a un duelo".  Mientras cabalgaba,  por un momento se quedó mirando el cielo. 

_Tú eres la luz que ilumina mi camino. Os lo imploro Señor,  ¡Ayúdame!-Prosiguió con hablarle a Nir.- Vamos amigo mío. Tenemos que llegar antes que sea demasiado tarde. Siento el llamar de los demonios cerca a nuestra tierra.  Vamos a conocer la verdad. Como diría el apóstol Juan: "La verdad os hará libres".- Cegado por sus pasiones fue a encontrar su destino.