C'est la vie

Capítulo 4: Destino.

Aclaraciones:

-Fanfic Slash/Yaoi/BL/ Chico con otro chico/ historia Homosexual. Si no es de su agrado, no lea.

- A partir de este capítulo no haremos más saltos en el tiempo, la narrativa sera lineal :)

-Draco es mitad Veela, si esto no te agrada, por favor, no leas.

-Este historia fue hecha para el "Festival Top!Draco 2016: AU's" celebrado por las páginas We love Drarry y I love BottomHarry.

Gracias a Scarlett O'Haran por Betear este capítulo

Capítulo 4: Destino.

Es posible que Harry haya idealizado un poco la cita que había tenido lugar un día atrás, recostado en el piso del departamento alquilado en el que se quedaba no podía dejar de pensar en lo mucho que se había reído, y reírse se había vuelto tan escaso desde su adolescencia que el hecho de pasar toda una noche en ello parecía demasiado idílico.

Draco no era el único que se encontraba fascinado, Harry también tenía un nudo en el pecho cada que veía a Draco en sus perfectos trajes con sus voz ronca y etiqueta refinada, pero sus modales de caballero o su porte férreo eran lo que menos mantenía a Harry tirado en el piso un día sábado mirando el techo como un completo soñador, era como emanaba aquella luz acogedora cuando el hombre lo miraba a los ojos, lo que esos ojos grises reflejaban era distinto al presumido Sangre Pura que miraba por encima de los hombros, Draco era luz que atraía a cientos de personas a su alrededor con su belleza, pero que lo envolvía únicamente a él en esa burbuja de risas y calidez.

Su luz alejaba las penas que Harry mantenía alrededor y eso era más de lo que podía agradecer.

Se suponía que era casi imposible estar enamorado tan rápido de ese creído rubio Veela, terco y quisquilloso que le había besado sin previo aviso en un callejón desconocido de Paris.

Pero si suponía que estaba un poco cerca de encantarle.

-C'estLaVie-

La casa de Fleur estaba rebosante de vida aquel día friolento, con la chimenea prendida y las niñas que correteaban alrededor de la sala, Bill estaba fuera ocupado en cortar leña debido a que la primavera estaba en cierne y no tendrían madera seca para los días de frío mientras durara la temporada de lluvia. Pero para sustituir su compañía estaba Gabrielle, de visita por ese fin de semana, había crecido y ya era toda una mujer, los bucles de sus cabellos enmarcaban su cara angelical y ante todo pronóstico parecía tener aún ese enamoramiento adolescente por Harry.

-¿Quieres galletas?-Gabrielle dispuso una charola con galletas recién hechas sobre la mesa de la sala, las niñas corrieron hasta ella para robar unas cuantas y agradecerle con un beso en la mejilla.

-Muchas gracias, pero ya estoy lleno-Harry negó, mientras complacía a la pequeña Dominique de subirse a su regazo a comer galletas.

-¿Yo también quiero sentarme con padrino!-protestó Victorie desde el otro lado de la mesita-¡Quiero!

-¿Ya estas lleno?-se rió Fleur, mientras regañaba a Victorie y la sentaba a su lado- Apenas te comiste un emparedado, es por eso que estas tan delgado, se supone que eres un inglés, lo ingleses comen grasa y se dejan crecer la panza.

-Pensé que los ingleses éramos "caballeros"-Harry bromeó.

-Caballeros con panza o en su defecto mucha masa muscular-desempolvando una galleta Fleur rodeó su estomago como ejemplo-, pero tú eres un pequeño caballero delgaducho.