Máquina del tiempo | SeHo

¡Regresaste!

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Eran las 4:30 p.m, un pequeño grupo de niños corría tras un bonito balón de Rilakkuma en Yeouido Park. Un par de adolescentes los observaban a unos cuantos metros de distancia, sentados sobre una manta de cuadros blancos y rojos, el día era perfecto para tener un picnic y ellos no habían querido dejar pasar la oportunidad.

Era ya una costumbre que la familia Oh y la familia Kim realizaran reuniones cada fin de semana, especialmente porque los hijos de cada familia eran muy buenos amigos. 

Especialmente los hijos más pequeños: Kim JunMyeon y Oh SeHun. A pesar de la diferencia de edades, ellos se llevaban de maravilla, con tan solo cinco años de edad, SeHun se había hecho de un mejor amigo cinco años mayor que él, y eso ante los ojos de los demás niños era algo simplemente fantástico, porque claro que tener un mejor amigo que estudiaba la escuela primaria era algo digno de admirarse cuando uno no era más que un chiquillo del jardín de infantes.

En esa ocasión los padres de ambas familias se encontraban comiendo en un pequeño restaurante cerca del parque y habían dejado a los pequeños a cargo de sus respectivos hermanos mayores; Kim MinSeok y Oh JongDae, ambos eran mayores de edad y sus padres confiaban ciegamente en su capacidad para proteger a sus hermanitos.

—¡Tengan más cuidado, no se acerquen mucho a la calle! —les regañó JongDae, poniéndose de pie y mirándoles con terror una vez que el balón aterrizó cerca de su canasta de picnic. —SeHun, voy a regresarte este balón, pero con una condición.

—¡Ay, solo dámelo! —puchereó SeHun, haciendo bailar sus piecitos y frunciendo el ceño, pero al ver que JongDae no cedía suavizó su expresión y le regaló lo que resultó ser un intento de sonrisa. —Está bien Hyung, dime tu condición.

—Solo pueden jugar en esa área. —señaló una pequeña área que se encontraba cercada por una malla. —Ya sé que parece muy pequeña, pero así nos aseguramos de que no se acerquen a la calle.

—Pero Hyung~. —lo miró con ojitos brillantes, batiendo sus espesas pestañas y abultando su labio inferior. —Entonces no será divertido, ¡no podremos correr!

—Hazle caso a tu hermano SeHunnie. —comentó JunMyeon. —Solo lo dice porque se preocupa por nosotros.

— ¡Oh vamos Dae! —intervino MinSeok. —Dejémoslos que jueguen libremente, recuerda cuando nosotros éramos más pequeños ¡hasta jugábamos en la calle! Todo estará bien, los vigilaremos muy de cerca.

—¡Aish! Está bien, pero si te caes no vengas llorando para que te ponga banditas de Rilakkuma en las rodillas.

—¡NO TENEMOS TODO EL DÍA! —gritó uno de los niños con los que JunMyeon y SeHun jugaban minutos atrás.

—¡Ya vamos ChanYeol! —le respondió JunMyeon. —¡Vamos SeHunnie! Ya sabes cómo se pone BaekHyun si nos tardamos mucho.

—¡Vamos Junie Hyung! —dijo SeHun sonriendo de oreja a oreja. —¿Ya puedes darme mi balón JongDae Hyung?

—Aquí tienes. —le entregó finalmente el balón. —No lo olviden, ¡los estaremos vigilando!

Ambos pequeños asintieron en respuesta antes de correr de regreso con sus amigos, los mayores se sentaron nuevamente sobre la manta a observarlos jugar.

Eran solamente cuatro niños corriendo tras un balón, sin un objetivo en concreto, solo patear la pelota y correr tras ella, no se trataba de anotar goles para sumar puntos y coronar a alguien como ganador, se trataba de divertirse, de sentirse libres, felices.