Simples y diminutos detalles

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Actualmente, es muy fácil encontrar personas en las redes sociales con las que congenies y te sientas más cercano sentimentalmente que con las que siempre están físicamente ahí, a tu lado.

Puedes decir que ese individuo con el que hablas a través de una pantalla también esta a tu lado, aunque no materialmente. Muchas veces podemos encontrar soporte y confianza en alguien que no nos conoce personalmente. Y es tal vez el hecho de que nos abrimos completamente a esas personas que sabemos no están presentes en nuestro día a día, y que podemos contar con ellas sabiendo que no nos van a rechazar.

Puede que no sean todos los casos así. Pero yo tuve la oportunidad de tener uno de esos extraños casos.

Ya di

Contigo no se sentia asfixiada o prejuiciada, sabia que podía decirte cualquier cosa y tu me hablarías de manera racional sin llegar a ser hiriente o lastimarme. Sabia que poda contarte cualquier cosa y tu me guardarías el secreto. Sabia que cuando estuviera triste o tuviera un problema bastante serios tu le hallarías la solución, o sencillamente harías algo que me haría reír y manifestar cuan estúpido eras.

Todo eso lo sabía, y lo sigo sabiendo.

Es por esto que platicábamos mañana y noche, sin parar. Ocasionalmente nos llamábamos en la madrugada, aun así tuviéramos que madrugar; charlábamos medio dormidos y en susurros con el temor de que nuestros padres se levantaran.

¿Cómo no querías que te viera como alguien importante para mi? Era imposible desde el instante en el que comenzamos a depositar pensamientos en el otro.

¿Cómo no quería yo que comenzara a ansiar tiempos libres para poder comunicarme contigo?

Fueron esos detalles los que hicieron que mas de un día me sacaras una sonrisa verdadera dentro de toda la falsedad que puede llegar a ser una mujer.

Fueron esos simples y diminutos detalles...

Lo que fue de nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora