A.A.S (Amando a Sofía) Parte 2

Efímero

Mayra, sentía como su corazón se estrujaba producto de esas palabras devastadoras (Ya no te amo)
_ Yo me quedé en silencio, planeé tantas veces el rompimiento de nuestra relación, repetí una y otra vez las palabras que diría y al final todo se resumió en cuatro simples palabras.

Ella dejo de apoyar su cabeza en mi hombro, me miró a los ojos con los propios humedecidos por las lágrimas que comenzaban a brotar y se deslizaban por sus mejillas. Desconsolada dijo;

_ Mi amor, por favor no me digas eso
_ Perdón May, pero es lo que siento.

En ese momento salió de su consultorio la médica ginecóloga y nos invitó a pasar.

_ Están bien? Pasa algo?

Claramente la doctora al ver nuestras caras noto que algo no estaba bien, se notaba que Mayra, estuvo llorando y mi cara reflejaba una profunda tristeza. -Ella contesto-

_ No pasa nada.
_ Bueno siendo así quiero informarles que a partir de los estudios que te realizaste puedo decir con total certeza que no estás embarazada.

En ese momento nuestras miradas se cruzaron una vez más, sin poder contenerse Mayra, comenzó a llorar nuevamente. Intente consolarla pero ella no quería que la tocará.

_ Tranquila linda, todavía son muy jóvenes van a poder tener hijos en un futuro.

Estás palabras de la doctora que buscaban darle cierto consuelo terminaron por hacerla sentir aun peor, como si intentara apagar un incendio con gasolina.

Mayra, abrió la puerta del consultorio y se marchó sin decir nada. Yo por mi parte le agradecí a la doctora y salí rápidamente detras de ella, me preocupaba que algo malo le pasará en el estado en el que se encontraba.
Llegando casi a la esquina del hospital la pude interceptar antes de que se fuera.

_ Espera, no te podés ir así
_ Lo decís cómo si te importará
_ No digas eso, vos me importas mucho
_ No hace falta que sigas fingiendo, ahora que sabemos que no estoy embarazada sos libre.

Mayra, al voltear para irse sufre de un leve mareó que la hace trastabillar, me apresure a sujetarla por miedo a que pudiera desmayarse.

_ Déjame que te acompañe a tu casa
_ No, no hace falta estoy bien
_ Mayra..
_ Está bien vamos.

Caminamos juntos hacia la parada del colectivo, no tardó mucho en llegar. Llegamos a la estación de Lanús y abordamos el tren. Este se encontraba relativamente vacío, por lo que pudimos viajar sentados.

Mayra, se quedó dormida recostada en mi hombro, mientras yo veía a través de la ventana un paisaje ya conocido pero que en ese momento me transmitía cierta calma, pero también melancólia, en realidad no logro disernir bien mi sentir, quizás era una mezcla de muchos sentimientos.

Cuando llegamos nuevamente a la estación del Jaguel, caminamos juntos hasta su casa, al encontrarnos en su puerta nos miramos fijamente, ambos en silencio sin decir nada.

_ Querés pasar?
_ No creó que sea buena idea
_ Solo un momento, después te podés ir y no volver más
_ Está bien May.

Al entrar subimos directamente a su cuarto. Micaela, se encontraba en la universidad así que nos encontrábamos solos en la habitación.

_ Sentate un momento Eze, no te quedes parado
_ Si, claro
_ Sabes ayer tuve un problema en el restaurante
_ Qué fue lo que pasó?
_ Un cliente, me trató horrible. Me grito porqué me había confundído con su pedido
_ Que maldito desgraciado
_ Yo siempre estoy atenta a las órdenes de los clientes pero ayer no estaba bien, no podía dejar de pensar en nosotros, en lo mal que nos estábamos haciéndo
_ Es entendible May, yo lamento mucho que hayas tenido que pasar por un momento así
_ No te preocupes, no es culpa tuya que yo sea tan sensible. Además el encargado al verme llorar me respaldo por completo con ese odioso cliente
_ Es bueno saberlo. Detesto a las personas que no respetan el trabajo del otro, que por ser clientes se creen con derecho a ofender y denigrar a alguien que está tratando de dar el mejor servicio posible
_ Trabajando en un restaurante de cómida rápida es normal curzarte con personas así
_ No, no es normal. Esta mal que sea así y normalizar ese destrato es parte del problema. Si hubiese estado presente en ese momento le habría dicho sus verdades
_ Gracias Eze, por un momento recordé a ese chico del que me enamoré.
_ Todo cambio, nosotros cambiamos.