Capitulo 1

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Hay cosas que uno simplemente no puede soportar como persona, cosas que ninguno podría entender y que solo lo tomaría como algo bueno o malo, dependiendo del caso, y con ello las personas que he conocido en mi corta vida tienden a dos cosas; o sorprenderse o huir despavoridamente.

Pocas han sido las personas que no han tomado la segunda opción, aun, pero sé que pronto quedaré solo.
Todo empezó desde muy chico, o bueno, desde recién nacido. Según mis padres me habían llevado a la casa donde pasadía el resto de mis días como prisionero de mi nacimiento.

El caso es que, la noche en la que llegamos hubo un fuerte apagón en toda la calle, y por miedo a que yo me asustase, prendieron velas en mi cuarto y los lugares mayormente transitados por ellos, que no eran muchos.
Al poco tiempo de quedarme solo, sintieron un ligero olor a humo y azufre, cogieron algo de temor debido a que el olor a azufre es relacionado vagamente con el diablo, o ellos lo relacionaban.
Por lo que subieron corriendo a velocidad hasta donde yo, y lo que vieron simplemente los sorprendió y asusto. ¿Cómo no asustarse si tu hijo está rodeado de un aro de fuego? Sin embargo el susto duro poco, puesto a que pasados 2 minutos el fuego se desvaneció en el aire.

Creo que no fue nada chistoso para ellos, por lo que dieron su punto de vista, en el que fue efecto del cansancio de ambos tras pasar un largo tiempo en el hospital, dando paso a un descanso profundo para recuperarse.
Yo no podría creer eso hasta ahora, eso y muchas más cosas que las personas llegan a creer imposibles, pero si llegan a ser posibles las toman como algo amenazante, de temor y horror.

Para el día siguiente, poco de haberse despertado, fueron a revisar si aquello había sido una terrible alucinación. Dieron por hecho aquello, percatándose de que su mente les había jugado una mala partida la noche anterior, a pesar de que yo digo lo contrario.
Para la noche siguiente sucedió lo mismo, noche tras noche. Esto ya no era un juego de la mente, esto ya iba en serio para ellos, algo malo está adentro de aquella casa. Así que cuando hubo pasada una semana de aquellos pequeños incidentes, decidieron acudir a la iglesia local.

El padre o como sea, escuchaba atento a la situación, que estaba muy lejos de sus manos. Ante aquello el padre prefirió tratarlo con sus superiores y esperar una respuesta, pero la respuesta nunca se dio.
Para ese entonces yo todavía no tenía nombre, que irónico, pero he de suponer que se debía a que buscaban la protección mía, pero sin nombre yo no era nadie y si no tenía uno pronto, nunca llegaría a ser alguien.

Ya con el paso de las semanas, mis padres dejaron de preocuparse por los incidentes con el fuego y con ello eran más tranquilos, aunque sigo con la idea de que tenían muchas cosas en la cabeza como andarse preocupando por algo que nunca pararía. Todas las noches ellos anhelaban y pedían que fuera un niño normal, o lo menos anormal que se pudiera porque no querían problemas con las personas que los rodeaban, en ese entonces.
Según mis padres aquellos incidentes con el fuego terminaron el día de mi primer cumpleaños, aunque su felicidad no duraría por mucho, o más bien, nunca tuvieron felicidad alguna desde mi aparición en sus vidas, es lo que yo pienso porque la verdad nunca les he preguntado si son felices de tenerme con ellos.

Desde el inicio de nuestros días como humanos, debemos atenernos a las consecuencias de los hechos de las personas que nos rodean, seamos o no los culpables de ello, siempre habrá consecuencias.
Suena tonto, pero para ellos yo les he arruinado la vida. Ilógico para las personas del mundo, pero estoy seguro de que no soy el único que piensa lo mismo. Siempre habrá alguien que tenga los mismos pensamientos de uno, aunque no tengamos contacto alguno con esa o esas personas.

Todos los días me he hecho la pregunta de si algún día conoceré a una de esas personas, con pensamientos iguales a los míos, tan siquiera una pequeña idea. Pero aquello lo veo muy difícil, aunque dicen que el mundo es muy pequeño, algo irónico.
Regresando al cuento de mi historia, pasaron pocos días o semanas para que otra pesadilla de realizara dentro de esa casa, aunque ahora lo veo de otra manera, más bien no una pesadilla, sino, algo más allá de eso.

¿Después del fuego que era lo que vendría a suceder? Para ellos era una incógnita propia. Pero supongo que a la vida se le ocurrió decidir todo el tiempo, sin pausa alguna siempre tenía algo bajo la manga, para que el terror de mis padres nunca cesara.
La segunda cosa que me pasó, o más bien uno de los segundos incidentes que tuve fue uno muy curioso, ya que mis padres se horrorizaron de lo peor con esto. Les nació el miedo de tener contacto alguno conmigo, puesto a que daba unos toques muy fuertes, tan fuertes que según mi madre ella me intento cargar y sus pelos de erizaron, y que cuando llovía, yo me alteraba y si gritaba mientras lloraba caía un trueno que dejaba sin luz a la calle o más allá.
Simplemente creo que ellos exageraban con aquello, yo lo doy más a la casualidad, pero aun así, siempre les he sido un niño raro.

Continuando con sucesos anormales en mi vida, surgió algo, o más bien alguien, que no tuvo nombre hasta los 5 años de edad. Mucho tiempo sin identidad alguna te acostumbra a que debes tener cuidado con lo que haces, aunque podría ser divertido si haces algo y no saben cómo llamarte la atención.
Durante años mis padres se mataron las neuronas pensando en qué nombre le quedaría a un chaval como yo, diferente a todos los demás, aunque sea solamente en su forma de tratar las cosas.

El nombre con el que termine es algo extraño, pero con mucho significado para mí historia: Drac Kilian. Según las referencias de mis padres para darme tal nombre de comedia es porque Drac significa dragón (por lo del fuego todo un año cuando nací) y Kilian porque soy un pequeño Guerrero, o bueno fuerte y valiente, cuando yo no lo veo de esa forma.

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