C A P I T U L O U N O

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-Eres increíble ______- jadeó Justin en mi oído.

Le sonreí con dulzura antes de juntar mis labios a los suyos suavemente mientras sostenía mi cuerpo desnudo contra el suyo.

-Espera- dice levantando un dedo en mi dirección, alargando su otra mano a su teléfono que estaba sonando-.¿Hola?- habló con voz suave.

-No, no estoy ocupado- no, ya no lo está-. Estaré allí en un segundo.

-¿Te vas? -le pregunté, aunque ya sabía la respuesta. Sí.

-Sí, ¿nos vemos más tarde?- sus cejas se levantaron, me vería más tarde para el sexo.

-Por supuesto- asentí con la cabeza mientras caminaba con él hacia la puerta, me dio una última mirada antes de dejarme sola.

No muchos sabían lo de nosotros. Es principalmente un secreto. Si la gente supiera que el adolescente corazón de Justin Bieber durmió con su mejor amiga por simple placer, bueno, las cosas toman un giro a peor.

Los pocos que lo sabían no estaban de acuerdo con él, pero lo entienden. Pattie lo sabía, sí, su madre sabe que no es virgen. Scooter lo sabe junto con Ryan Good, Carin Morris, Dan Kanter, bien, la mayoría de todo el equipo de Justin y algunos de los amigos más cercanos de Justin.

Cuando nos quedamos solos, automáticamente piensan que estamos teniendo sexo. La mayoría de las veces no era cierto, sólo por la noche y a veces en la mañana. Esos son los mejores momentos para aliviar su estrés, después de un largo día de trabajo.

Pattie fue a la más difícil de explicarle.

A ella no le gustaba nada. Ella estaba más decepcionada que nadie. Su bebé ya no era un niño inocente. Quería sexo, y yo felizmente obligada.

No me malinterpreten, yo no lo hago sólo para complacerlo. Me gusta, confía en mí, me gusta mucho. Él es increíble. La forma en que me hace sentir, la pasión y la ternura que transmite. Él es dulce, no es duro, y ruego por él. Él simplemente lo pide a veces, a veces simplemente sucede en el momento. Cuando estamos calientes.

Me gustan esos momentos.

Él no me hace darle sexo oral ni tampoco pido que me dé sexo oral. A él simplemente no le importa. A él sólo le gusta el sexo. No hay nada demasiado extraordinario. Hemos probado diferentes estilos y posiciones, anal es una de ellas, y por mi no soy parte de ese club de fans. Justin me dice que le gusta la posición del misionero mejor. A él le gusta en la parte superior.

Su dulzura me hace caer más y más fuerte cada vez que tenemos relaciones sexuales. Es extraño e indiferente, pero sucede.

Lo amo, pero él no me corresponde.

Mi teléfono vibró con fuerza contra la mesita de noche de madera.

Un mensaje nuevo.

Justin.

<<Has estado increíble hoy. ¿Nos vemos en mi casa a las once? Usa ropa interior a juego que me gusta mucho. Te quiero.>>

Sus hormonas hoy están raras, nunca suele pedir que me ponga algo en especial.

Suspiré mirando el reloj. Tenía exactamente treinta minutos. Poco a poco me deslicé entre el sujetador blanco y negro y el tanga bajo mi bata de seda.

A él le gusta así.

Me sacudí la parte de atrás de mi cabello, dándole un aspecto desordenado.

A él le gusta así.

Me quitó todo mi maquillaje y se deslizó en un par de sus Supras.

Él definitivamente le gusta así.

11:04.

Aparqué mi coche junto a la acera, su coche no estaba aparcado en el camino de entrada, lo que significa una cosa.

Él no está en casa todavía.

Él siempre me hace esperar.

Escuchaba el sonido de mis Supras en el suelo mientras me dirigía a la puerta de madera maciza de roble, deslizando mi llave en la cerradura y girando la perilla.

Tiré mis llaves alsofá y me dirigí a la cocina, sentada en la mesa con impaciencia esperando y golpeando mi dedos con fuerza.

Pasaron quince minutos.

No Justin.

Suspiré pesadamente antes de patear con los zapatos de pie sobre el suelo de baldosas frías. Mis brazos cortos no llegaban al estante superior, me estiro completamente para conseguir lo que necesitaba, agarrando mí propia taza de café verde. Acerqué la taza hacia el fregadero, llenando la taza de agua.

No debí haber oído la puerta abrirse, debido al ruido del agua del grifo corriendo a toda velocidad. A medida que la taza toca mis labios brillantes - la forma que a él le gusta – sentí unos fuertes brazos tirar de mi cuerpo al suyo por detrás.

Mis ojos viajaron hacia abajo a un par de brazos tonificados y bronceados que sostienen mi cuerpo con fuerza.

--Hola- me susurró mientras sus labios rozaron la nuca con suavidad, casi con cariño.

--Lo siento, llego tarde. Traté de ir rápido pero quedé atrapado en el estudio--murmuró contra mi piel.

--No te preocupes por eso.

Los labios de él se aferraron a un pedazo de piel de mi hombro, haciendo que mi cabeza caiga de nuevo sobre su hombro.

--¿______?

Dejé escapar un suave gemido, ni siquiera me atrevía a hablar.

--¿'Vicinity Seven' esta noche?--preguntó, en un tono casi rogando..

--Por supuesto--le dije con facilidad.

Vicinity Seven - El sexo en la habitación de invitados.

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