Prólogo.

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New York 1956.

-¿Ya están en sus posiciones?-Dice al prender el micrófono y ver las pantallas.

-Si señor ¿entramos?-Se escucha a través de algunos parlantes.

-Si, no fallen en nada, ella es esencial.

Dos personas entran por la ventana silenciosamente y se acercan a la cuna de un bebé, la agarran cuidadosamente sin hacerle ningún daño y ningún movimiento brusco para hacer que la bebé no llore.
Hace una sonrisa al ver que ya habían agarrado a la bebe, y habían entrado al helicóptero.

-Señor, ya entramos al helicóptero misión cumplida.

-Bien, buen trabajo, haremos una mina de oro con esto.

Después de esperar mucho rato, llega el helicóptero con la bebé y la llevan directamente al laboratorio. Donde la examinaran y la van a mejorar. Justo como lo planeaba.

New York 1960.

Una mujer entra a la habitación y ve a una dulce niña con pelos de muchos colores dormida, al verla, le pregunta a los científicos que hacia esa niña ahí, algunos la miraban de mala manera por alguna una extraña razón pero otros le contaban toda la historia.
Al enterarse de la injusticia que estaba viviendo esa niña, aprovecha el momento donde no estaba nadie cerca, entra a la habitación blanca con una ventana gigante y la agarra cuidadosamente haciendo que no despierte.

Había oído que unos mutantes estarán cerca tal vez se la pueda entregar a ellos, no quería que viviera aquí toda su vida siendo un objeto.

Se hace invisible junto con la niña ya que esa era su mutación, no le seria conveniente que alguien de ahí se entere de que se la esta llevando, después de andar mucho rato por el edificio logra salir de ese maldito laberinto. Al salir ve a un hombre tirado en el suelo y unas 4 o 5 personas más.
Camina hacia ellos y se para a 1 metro de ellos, el hombre en el suelo la mira fijamente haciendo que los demás voltearan a mirarla también

-Hola.-Dice algo bajo acercándose un poco mas y haciendo una sonrisa al ver que realmente conocía al hombre que estaba en el piso, por lo que se acordaba su nombre era Charles Xavier y era un buen hombre era mejor para ella ya que podría confiarle a la niña.

-¿Quien eres?-Dice Charles mirándola desde el suelo haciendo algunas muecas de dolor.

-Me llamo Ashley Brown y soy una científica, vengo a ofrecerte si puedes cuidar a esta niña ya que ella no tiene familia, ella es una experimento de ese multimillonario.

-Ese multimillonario esta muerto y aparte ¿Porque tendríamos que aceptar a esa niña?-Dice rápidamente el hombre que tenia puesta un casco.

-Oh pues... Porque no tengo a nadie mas dárselo... Uhm... Yo... Yo no la puedo cuidar, no le puedo dar los cuidados que esta niña merece.-Responde la mujer trabándose un poco. -Conozco a ese hombre, eres Charles Xavier ¿Verdad?-Al terminar de hablar Charles la mira algo sorprendido y asiente.-Entonces con mas razones quiero que la cuides, se que esta en buenas manos a tu lado, por favor, acéptala.

Charles tardó unos segundos en responder pero luego asintió con una sonrisa y miro al hombre que estaba a su lado que era muy parecido a una mujer que también estaba ahí y tenia pelo rojo.

-Hank agárrala por mi por favor. -Le pide amablemente al hombre.

-Esta bien. -Asiente sin pensarlo dos veces y luego se acerca a la mujer, agarra a la niña que seguía dormida, parecía que había sido sedada.

-Muchas gracias. -Dice la mujer sonriendo y luego suena su teléfono y lo mira.-Es hora de irme, por favor, cuídala bien como si fuera tu propia hija.-Al terminar de hablar la mujer deja salir unas alas y se va volando.

(...)
Luego de un día la niña despierta en una cama, al abrir mis ojos ve una habitación llenas de libros y al acercarse rápidamente a las ventanas ve unos palos marrones con algo verde encima, la verdad no sabia que eran, había un círculo amarillo en el cielo que al mirarlo rápidamente gira su mirada al otro lado ya que le habían dolido los ojos, no entendía porque pasaba eso pero decidió no volver a hacerlo. Se voltea rápidamente para mirar la puerta ya que había escuchado como se abría, traga saliva, sentía mucho miedo ya que no entendía como había llegado ahí.

-Lo siento señor no quería hacer mucho ruido, no me haga nada. -se pone en posición fetal en la cama mientras cierra los ojos fuertes, al esperar un rato y al no sentir nada lo mira algo desconfiada pero luego su mirada cambia a una de confusión al escucharlo reír, por lo menos era una risa agradable.

-No quiero hacerte nada, estoy aquí para cuidarte temporalmente hasta que una familia te adopte.-Dice acercándose en una silla de ruedas.-¿Como te llamas?-Le habla con algo de ternura para no asustarla.

-Me llamo....-Se queda callada pero luego decide continuar.-No tengo nombre.- Lo mira fijamente haciendo que el hombre sonría.

-Yo me llamo Charles, y ya que no tienes nombre te pondré uno yo. Mmmm a ti te quedaría bien...-Dice poniendo una cara pensativa.-A ti te quedaría bien Scarlett.

-¡Me gusta!-Sonríe, por alguna razón a su lado se sentía segura, algo que nunca había experimentado con nadie ya que no tenia roce social.-Una pregunta... ¿Qué es lo que hay afuera?

-¿A que te refieres?-La mira sonriendo y luego mira a la ventana al ver que la niña había apuntado allí.

—Pues mira, eso de ahí es un árbol.- Apunta al objeto marrón con verde que anteriormente ella había visto.-Luego eso de arriba.-Apunta a la bola amarilla.-Se llama sol y no lo debes ver porque te hará mal a la vista.

(...)

Han pasado unos de días desde que estuvo en este lugar todo era muy divertido, ya no sentía dolor ni soledad, estaba Charles que era como un papá para ella.

Ella se hallaba en su habitación observando todo hasta que Charles entra y la ve con una sonrisa, le hace una seña para que se acerque, la niña se levanta y va con el tomándolo de la mano algo confundida.

-¿Que sucede?-Dice mientras caminaba a su lado haciendo que el la mirara.

-Ha venido tu nueva familia, no te preocupes son personas de confianza, cualquier cosa que no te guste me lo dices, hare lo posible para que estés a gusto.

Al entrar por la puerta la niña ve a dos personas, se trataban de un hombre y una mujer, traga saliva en seco ya que estaba muy nerviosa, se iba a ir con personas que no conocía, se hallaba alerta de cualquier movimiento extraño de las personas.

-Ellos son Rose Kennedy y Mark Robinson.-Dice Charles rompiendo el pequeño silencio incomodo que se había hecho.

-Mucho gusto.-Dice la mujer acercándose a la niña y tendiéndole la mano, no la quería incomodar.

La niña solo estrecha su mano con la mujer, aunque ya se sentía un poco mas tranquila ya al escuchar la voz de aquella mujer, era una voz muy suave y dulce, también tenia una cara terriblemente hermosa, la mujer tenia un pelo muy largo de color castaño oscuro, tenia grandes ojos verdes seguida de una tez blanca que era igual a la nieve dejando resaltas el verde casi esmeralda de sus ojos, luego su padre tenia el pelo corto de color castaño claro tirando mas al rubio, sus ojos eran color avellana, su tez era un poco mas oscura que el de la mujer, al verlo ya te dabas cuenta que era un hombre serio y algo frio.

-Mi nombre es Scarlett.-Dice finalmente la niña haciendo una pequeña sonrisa tímida.

La mujer asiente sonriendo y luego Charles la lleva afuera de la habitación, la niña confundida asoma su oreja a la puerta y comienza a oír unos papeles siendo movidos, al oír pisadas acercándose se va rápidamente de ahí ya que a Charles le molestaba que fuera así de chismosa, entra en su habitación y se acuesta, ella sabia que la iban a separar de Charles, pero si el decía que estaría ella le creería sin dudarlo. Cierra sus ojos ya que estaba algo cansada y se duerme al instante.

Al otro día despierta por los rayos de sol que impactaban en su cara y se sienta algo adormilada, luego Charles entra y se acerca en su silla.

-Buen día, hoy será tu partida, ¿Estas emocionada?-Dice con esa característica sonrisa suya.

-Mmm la verdad no, pero iré y hare las cosas bien porque por algo me estas llevando con ellos.-Dice con una sonrisa y lo mira.

Luego de unas horas los padres nuevo de Scarlett llegan y ella agarra algunas cosas que Charles le había dado y sube a su auto sin antes darle un beso tierna en la mejilla al mayor que estaba en su silla de ruedas, luego mira por la ventana del automóvil y ve como se aleja.

Gemstone - X-MenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora