Two is better than one [Spanish]

Capítulo 1

Veamos... Libros, bolis, lápices, calculadora... ¿Por qué siento que me falta algo? ¡Ah, sí! La redacción.

Corrí hacia la impresora y cogí mi trabajo para Historia y lo guardé dentro de mi mochila con cuidado.

Austin pensó que sería divertido cambiarme la alarma, entonces me he despertado 30 minutos más tarde de lo que suelo. Corrí al espejo y arreglé mi desordenado pelo de por las mañanas. Me puse mis Vans negras, me coloqué las gafas y bajé las escaleras. Salí por la puerta y me metí en mi coche. Dejé mi mochila en el asiento del copiloto y empecé a conducir hacia mi instituto.

A primera hora tenía Historia. Me las arreglé para llegar a clase a tiempo antes de que sonara la campana del primer período. Corrí a mi mesa y empecé a buscar mi redacción en la mochila. Todos los que estaban sentados a mi alrededor estaban hablando sobre la fiesta alucinante a la que habían ido el fin de semana. La fiesta a la que yo no estaba invitado, por supuesto.

'¿De verdad lo hizo?' Dijo la chica que estaba a tres sitios de mi.

'¡Sí! Ugh, es perfecto,' dijo su amiga, 'dijo que pronto me escribiría.'

Aunque no mencionaron ningún nombre, apuesto a que estaban hablando de Austin.

Mi profesor, el señor Rockwell, pasó por las mesas a recoger la tarea, después de eso la clase continuó hasta que la campana sonó para el segundo período.

Recogí todos mis libros y me dirigí a mi taquilla. Mientras andaba, oí un grupo de niños riéndose detrás de mí.

'De ninguna manera... ¿ÉL es el gemelo de Austin? Qué diablos pasó...'

'Lo sé' dijo otra voz.

Aunque estaban a sólo unos metros de distancia, no estaban tratando de susurrar.

Cogí todos mis libros y me dirigí a mi siguiente clase, que era mates. El día continuó como siempre, y pasó verdaderamente rápido.

La última campana del día sonó, y volví a mi taquilla a coger todos mis libros y estaba listo para dirigirme a casa.

En cuanto cerré mi taquilla sentí que dos manos golpeaban mis libros hacia abajo, haciendo que todo lo que tenía se callera.

'Jajaja, perdedor.' El chico alto dijo antes de seguir andando. Lo que todavía lo hizo peor era que él era uno de los mejores amigos de Austin.

Todas y cada una de las personas que estaban allí se rieron de mí. Al instante sentí mis mejillas volverse más calientes y sofocarse con vergüenza.

Esa era mi vida.