Epílogo

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Llamo a la puerta varías veces pero sigue sin abrirme. Decidí sentarme en el suelo. Como odio a Ethan y a sus amigos. Encima que le hacen eso a Kim... Después de quince minutos sale del baño. Me levanto del suelo y la abrazo.
- Vamos a casa por favor...
- Claro.
Le beso la frente y juntos nos vamos a su casa.
Una vez allí bajamos y nos sentamos en los sofás.
Propongo ver alguna película y ella acepta encantada. Mientras la vemos no pueden faltar los besos y las caricias. Me encanta su olor y el sabor de sus labios junto a los míos.
- ¿Me quieres, Matt?
- Hoy, mañana y siempre.
- Yo... Yo no aguanto estar aquí más. Todo me recuerda a Ethan y a esa horrible noche... Además todo el mundo empezará a hablar sobre la detención de hoy.
- No te entiendo Kim.
Entonces se separa lo justo para mirarme a los ojos y me dice:
- Fuguémonos.
- ¿¡Qué!?
- Enseguida cumplirás los 18 y yo ya los tengo. Nada nos retiene aquí.
- P-pero... Las clases...
- Qué más da eso. Mientras estemos juntos podremos con todo y con todos. Sin embargo no sólo son los cotilleos y todo lo que ha provocado la detención de Ethan, Jake y Brad, sino la perspectiva de vivir la vida como hay que vivirla: universidad, trabajo, marido, hijos y todo lo demás. Yo no quiero algo así.
Sabía que ella no podría ser feliz hasta que se fuera de aquí. Pero el problema es que yo sí quería ir a la universidad, al trabajo y quizá formar una familia algún día. Creo en un futuro. Quizá es mi carácter, pero es lo que quiero.
- Pero ¿qué pasará con el resto de tu vida Kim?
- ¿Qué pasará?
- ¿No te preocupa el futuro?
- El futuro está formado por ahoras.
No tengo nada que decir. Creo que el futuro merece que creamos en él. Por fin entiendo que no puedo ser ella, y ella no puede ser yo...
- Podemos ir a Nueva York. Será divertido. Será como besarnos.
- Besarnos es especial.
- Estás diciéndome que no.
- Kim, toda mi vida está aquí, y no soy tu, y...
Pero no puedo decir nada más, porque nos besamos, y en el momento en que me besa sé sin la menor duda que llevamos caminos distintos.
- Te echaré de menos Matt.
Me susurra.
- Yo también.
Finalmente Kim decide hacer la mochila para irse de allí esa misma tarde. Me hace jurar que no le diré nada a nadie. Ella se pondrá en contacto con quien tenga que saberlo.
Ayudo a Kim a cargar en el coche sus cosas. El momento es tan valioso que, en lugar de facilitar la conversación, la hace más difícil.
- Te llamaré, Matt. Y te escribiré e-mails.
Sonrió.
- Te escribiré yo también. Y espero tu respuesta.
- Prometido. Y nos veremos. No vamos a dejar de vernos.
- A finales de verano quizá pueda ir a verte, antes de que empiecen las clases.
- Sí, buena idea.
Sonrió y asiento. Se gira y estoy preguntándome si lo decía en serio cuando veo que encorva sus hombros. Está llorando.
- Nos vemos entonces. Y entretanto te escribiré Kim.
- Sí. Yo también te escribiré.
Me contesta sin girarse y con la voz ronca.
Estoy delante de la casa de Kim pensando que aquí está la chica a la que amo y a la que no puedo seguir.
Pienso que subirá al coche, pero no lo hace. Al final se gira hacia mí y veo sus ojos mojados. Finalmente volvemos a juntarnos en un beso. Siento sus manos en mi espalda. Los dos cerramos los ojos mientras nos besamos. Después nos miramos tan cerca que nuestras frentes se tocan. Sí, la veo a la perfección en un futuro lejano donde los dos podremos volver a estar juntos.

FIN

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