2.

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Narra Marcy

Con los ojos cerrados, oigo un ruido desagradable, pero debo de escucharlo ¿qué significa?

-Marcy... ¿ese no es el despertador?- pregunta Comet desde su cama.

Me siento de un salto y volteo al despertador, nada más ni nada menos que...

-¡¿7:56 A.m?!- lanzo las sábanas lejos -¡Comet, nos quedamos dormidos, apresúrate!-

-¿para la escuela?- dijo aún durmiendo

Bufé -¿¡para qué más sería!?-

No se inmutó.

-Comet, si no te levantas de esa cama ahora, yo me encargaré de levantarte- le amenacé.

Abrió un ojo -¿Segura?- sonrío desafiante.

-no me obligues- le devolví la sonrisa

Se acomodó y volvió a quedarse dormido.

-estas muerto Comet-

Corro a la cocina y saco un recipiente, lo lleno con agua y escaleras arriba. Cuando llego, Comet no estaba acostado.

-¡en guardia!- grita él, escondido tras la puerta con varita mágica en mano.

Hábilmente, esquivo su hechizo y le lanzo el agua.

-¡Marcy!- grita Comet como un niño -¡no era necesario el agua, Maldición!-

Me río y corro a por una toalla para secarle. Él se saca la playera y me la lanza, me cae en el rostro.

-así no te puedo ayudar Comet- digo irónica y me quito la playera del rostro.

Hace una seña con la mano para que le entregue la toalla, pero corro en dirección contraria hacia el jardín.

-¡Marcy, no quiero estar así, dame la toalla!- grita mientras me persigue.

-¡ven a buscarla!- le grito de vuelta mientras apresuro la corrida.

Comienza a acelerar, cada vez está más cerca. Viro a la derecha y desaparezco en el sótano. Me escondo tras de unas cajas que están lejos de la entrada.

-puedes correr... ¡pero no esconderte!- grita desde la entrada. Al parecer no bajará a por mí, ni por la toalla.

Narra Comet

¡Maldita Marcy! Se ha escondido en el sótano y yo... detesto el sótano.

-¿acaso no vendrás a por la toalla miedoso?- pregunta burlona Marcy.

-si iré, solo aguarda.- le digo. Tomo mi varita y genero un hechizo de luz. Me armo de valor y desciendo.

A medida que llego, comienzo a escuchar crujidos; cajas que tiemblan y varitas de madera que voy rompiendo al caminar.

Escucho un "bip". El ruido era de mi varita.

-¿¡sin baterías!? Debe de ser una broma- me dije, la luz se comenzó a volver más y más débil, hasta que me sumergí en la oscuridad del sótano.

A donde mirara, se escucha el movimiento de las cajas.

Tras de mí, siento una mano que se apoya en mi espalda; se me eriza la piel; comienzo a temblar y un grito ahogado sale involuntariamente. Algo suave y peludo se es depositado en mi espalda.

Narra Marcy

Cada vez veía más cerca a Comet de mi escondite, hasta que su linterna se comienza a apagar y queda en completa oscuridad. Mi turno, empujo las cajas. Accidentalmente, en cadena comienzan a caer las otras pilas de cajas.

Mis ojos, ya acostumbrados a la oscuridad, veo a Comet paralizado del miedo. Tomo la toalla y me acerco por detrás a él. Le coloco suavemente la toalla en su espalda.

Suelta un grito ahogado
-¡no te acerques!- me grita.

-¡Comet, soy yo, Marcy!- le grito de vuelta, le abrazo para tranquilizarlo.

Le tomo la mano y lo saco del sótano.

-menos mal que eras tú Marcy, ¡nunca más me hagas eso!- vuelve a hacer puchero.

Me río demasiado fuerte, pero le logro responder
-está bien Comet, promesa-

Miro la hora. Comet hace lo mismo.

-¿¡8:30 am!?- gritamos al unísono. Corremos a por nuestras cosas y corremos a la escuela.

**

Tocamos la puerta, el maestro nos mira con mala cara y entramos cabizbajos.

-Marcy y Comet, apresúrense y siéntense.- dijo enojado.

Comet me miró, sus ojos me decían algo. Le mire de la misma forma para ver si le podía responder.

-a veces no te entiendo Comet, ¿crees que telepáticamente entenderé?-

Narra Comet

Mientras íbamos a nuestros asientos, los cuales no están al lado, mire a Marcy. Le traté de decir "lo siento", pero telepáticamente no funciona.

-sé que no me entiendes, pero enserio me encantaría que pudieras comprenderme. Y... también te quiero... comprender.-

-¡Comet!- me grita el maestro, sacándome de mis pensamientos -¡si llegas tarde, por lo menos contesta!-

Historia, detestable historia. En el pizarrón, la pregunta tres esperaba para ser escrita. "¿La razón de la caída del imperio romano?"...

¡Qué voy a saber yo sobre eso!

-las invasiones, la mala economía y la mala organización- responde Marcy, salvándome.

-gracias Marcy, alguien que presta atención- dice lo último en voz baja.

La vuelvo a mirar, esta vez con una sonrisa
-¡gracias Marcy!-

Ella me guiñe un ojo y sin hablar, con su boca modula "de nada Comet".

Marcy es... más que perfecta, es una estrella... ¿mía? Todavía no.


Continuara...

De la dimensión alterna -TERMINADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora